martes, 27 de febrero de 2018

25/02/2018- El Día – ¿La argentina se “jodió” por un rayo peronizador?

La semana pasada, el Filósofo Jose Sebreli, parafraseando a Mario Varas Llosa, dijo que la Argentina se había jodido el 4 de junio de 1943, cuando un golpe militar derrocó al gobierno constitucional de Ramón Castillo.

Desde el punto de vista económico, prefiero en todo caso fechar el inicio de la decadencia en 1945, porque Argentina, que venía de una inflación de -0,3% en el año previo, tuvo 19,3% de aumentos en los precios, iniciando un desequilibrio que en ocho años creó una bola de nieve, con subas de precios del 460% en promedio.

La inflación, como es sabido, es un cáncer para la economía porque rompe el sistema de precios, transfiere ingresos de acreedores a deudores, afecta de manera más negativa a los que menos tienen, aumentando la pobreza, transforma a los gremios en una pieza de fuerte poder político, facilita la corrupción, reduce el ahorro y la inversión y destruye la moneda, generando una enorme pérdida de soberanía.

Además, creo que la inflación produce un mal incluso peor que todos esos juntos, porque le permite al Estado cobrar un impuesto que no ha sido legislado, de manera tramposa.

Cuando Alberdi pensó la Constitución del 53, mirando la experiencia de los Estados Unidos, pero también teniendo en cuenta lo que había ocurrido a partir de poder centralizado de la Provincia de Buenos Aires en cabeza de Rosas, tuvo el buen tipo de asignarle al Congreso las potestades de fijación de impuestos, colocación de deuda y emisión de moneda. Consistentemente, le dio al poder legislativo la facultad de establecer el presupuesto de gastos. En la mentalidad del padre institucional de la Patria, los diputados y senadores se hacían responsables del eventual déficit fiscal, explicitando el modo en que este sería financiado.

Los ciudadanos, a su turno, tenían todo el poder para exigirle rendición de cuentas a sus representantes y podían votar en contra de los que expandieran los gastos de manera irresponsable, o los ahogaran con impuestos.

Sin embargo, con la estatización del Banco Central y su posterior perdida de independencia en 1949, el país inició una historia nefasta de fabricación de billetes sin respaldo y estafa a la población. Lo interesante del caso es que ese primer proceso inflacionario fue empujado por aumentos salariales que luego eran convalidados con mayor emisión. El gobierno ganaba así adeptos por las subas salariales y diluía su responsabilidad en la inflación inventando historias conspirativas que ponían la culpa en cabeza de los empresarios, los gremios, o el imperialismo yanqui, según conviniera.

Contrariamente a lo que se piensa, los salarios reales subían por el atraso cambiario y se diluyeron cuando pasó la fantasía del dólar barato.

 

EL SEGUNDO RESPONSABLE

Otra de las consecuencias del proceso inflacionario es que se licuan las bases imponibles de los impuestos a la propiedad y los ingresos, haciendo que en las estructuras de recaudación de los gobiernos nacionales y provinciales pesen relativamente más los impuestos indirectos, que se fijan alternativamente como porcentaje de la facturación (ingresos brutos) o de la agregación de valor (IVA).

El problema de estos impuestos es que, a diferencia con lo que ocurre en otros países del mundo, como por ejemplo Estados Unidos, se encuentran escondidos en la factura final, a punto tal que hoy prácticamente cualquier producto que se vende tiene entre un 40% y un 60% de su precio compuesto por tributos de distinta naturaleza.

Peor aún; como la inflación licuaba los impuestos directos, la respuesta lógica de los gobiernos federales y locales ha sido aumentar sistemáticamente las alícuotas de los tributos indirectos; así, el IVA pasó de 13% en 1973 al 21% actual e ingresos brutos subió su importancia relativa y, según un informe del IARAF, pasó de representar el 56,2% de la recaudación a principio de los 90, a explicar el 75,7% de los fondos propios en la actualidad.

Nobleza obliga; la imposición indirecta fue defendida por el propio Alberdi en “Sistema Económico y Rentístico de la Confederación”, donde critica la reforma tributaria de Rivadavia, por sostener que los impuestos directos son más difíciles de recaudar. Allí reside sin embargo la principal garantía republicana para los contribuyentes.

Puede que para el Estado resulte más fácil colectar impuestos cuando están escondidos, como sucede en Argentina, pero ese camuflaje lastima de muerte el poder que la ciudadanía ejerce sobre los fondos públicos, generando la “ilusión fiscal” de que algunas cosas “las paga el Estado”.

 

SALIR DE LA DECADENCIA

No coincido tanto en la visión Sebreli, de un rayo peronizador que cayó sobre la Argentina en un momento del tiempo transformando la civilización en barbarie. Es cierto que pertenece a Perón la responsabilidad de iniciar el proceso de suba sistemática de los precios que lleva 72 años en la Argentina, pero muchos de los gobiernos que vinieron después, incluyendo el actual, siguieron cobrando impuesto inflacionario.

Por el lado tributario, en las últimas elecciones los tres principales candidatos con chances proponían bajar los impuestos directos y nadie se comprometió públicamente a bajar el gasto; la ilusión fiscal garpaba en votos.

Creo que la salida a la decadencia pasa por devolverle al Legislativo sus potestades presupuestarias plenas y la absoluta responsabilidad sobre el déficit, la deuda, y la emisión. Que los legisladores digan cuanto quieren que gane un docente, cuanto un policía y cuanto un jubilado y que voten los impuestos necesarios para pagar esa cuenta.

Necesitamos que se termine en Argentina de una vez por todas y para siempre, la posibilidad de que el Banco Central emita para financiar al tesoro, y que los impuestos salgan de los bienes y recaigan fundamentalmente en las personas.

Menos IVA, más Ganancias. Menos Ingresos Brutos, mas inmobiliario. Y tolerancia cero a la emisión.



España, cuarta economía del euro, penúltima en incremento de población

Tenga a este blog en el que escribo por uno de los mejores blogs de economía -si no el mejor o el más auténtico- de cuantos circulan por la red, de manera que voy a realizar aquí y ahora una pequeña reflexión sobre la variable población y su evolución respecto a las cuatro primeras potencias del Euro. España es la única de las cuatro primeras economías de la zona euro que ha perdido población en los últimos cinco años. Me parece que esta afirmación habla por sí sola. La primera potencia, Alemania, ha aumentado su población en más de dos millones de personas, tal y como se puede observar en el gráfico. La segunda, Francia, lo ha hecho en 1,7. La tercera, Italia, en 1,2. Pero llegado el turno de la cuarta, España, ¡boom! Resulta que pierde población en cerca de 300.000 personas. Creo que no hace falta ser un teórico para darse cuenta de que la situación económica en España no es positiva cuando su población está menguando. Creo, también, que no hace falta ser muy inteligente para entender que este contraste no sitúa a España en el grupo de cabeza europeo. Y creo, por último, que la situación en España es especialmente grave y preocupante, pues mientras las tres primeras potencias revalidan su posición en cuanto a evolución de población, la española queda relegada al puesto 18 de la Eurozona, siendo su comportamiento, en este sentido, el segundo más negativo de todo el conjunto de la Zona euro.

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lunes, 26 de febrero de 2018

Mobile World Congress 2018 y Ada Colau: el peligroso sinsentido

La pasada semana el INE publicó datos de coyuntura hotelera de enero de 2018: las pernoctaciones de extranjeros crecieron un 0,8%. Por lo tanto, empezamos el año con poca inercia. La buena noticia es la recuperación del turismo en Barcelona. Como se observa en el gráfico de abajo, las pernoctaciones hoteleras de extranjeros en diciembre se desplomaron en 140.000 con respecto a diciembre de 2016 y en enero han registrado 20.000 pernoctaciones más que en enero de 2017.

Mobile World Congress 2018

Barcelona es una ciudad maravillosa. En cuanto los independentistas han abandonado la DUI y socializar el conflicto en las calles, y Rajoy ha metido al ministro Zoido en la nevera, el turismo se ha recuperado. Aún así, el turismo español mantiene el estigma y las pernoctaciones en enero siguen siendo inferiores a las de enero de 2017, aunque seguramente ya hemos visto lo peor.

No obstante, el riesgo continúa y conviene mantener la prudencia. Sorprendentemente, tras el lamentable episodio del 1 de Octubre, Zoido sigue siendo ministro del Interior y nunca hay que subestimar su capacidad para apagar los incendios con queroseno.

Mobile World Congress 2018: si se hace en Barcelona en 2019 será un milagro

Pero el mayor riesgo ahora para Barcelona es perder congresos internacionales, especialmente el Mobile Congress 2018, una de las mayores ferias de innovación del mundo que, además de crear empleo, sitúa a Barcelona y a España en el mapa del ecosistema de innovación mundial.

El presidente Zapatero y el alcalde Maragall pusieron toda la diplomacia española y el apoyo institucional de la ciudad a trabajar conjuntamente para que Barcelona fuera la sede. Lamentablemente, la alcaldesa Colau y los líderes independentistas están haciendo todo posible para que se vayan.

Negarse a recibir al Rey -que es el jefe del estado de España- le puede suponer algún rédito político en votos, aunque no ha sido así en las últimas elecciones catalanas en las que Colau ha sacado el peor resultado de la extrema izquierda en décadas. Pero los empresarios innovadores de EEUU, europeos, asiáticos, africanos y latinoamericanos es difícil que lo comprendan.

Varias ciudades están haciendo campaña potente para llevarse el Mobile World Congress en 2019 y lamentablemente nosotros se lo estamos poniendo muy fácil. Si el Mobile se hace en Barcelona en 2019 será un milagro.

 

blog josé carlos díez

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domingo, 25 de febrero de 2018

Cuando la dictadura empieza por el lenguaje

– Palabra Permitida: Dinero. Palabra Prohibida: Cooperación – Palabra Permitida: Crecimiento. Palabra Prohibida: Esclavitud – Palabra Permitida: Emprendedor. Palabra Prohibida: Funcionario – Palabra Permitida: Privatización. Palabra Prohibida: Desmercantilización – Palabra Permitida: Consumo. Palabra Prohibida: Filosofía – Palabra Permitida: Tecnología. Palabra Prohibida: Control – Palabra Permitida: Libertad. Palabra Prohibida: Privación – Palabra Permitida: Crisis. Palabra Prohibida: Engaño – Palabra Permitida: Mariano Rajoy Brey. Palabra Prohibida: M. Rajoy – Palabra Permitida: Ciudadanos. Palabra Prohibida: Podemos – Palabra Permitida: Monarquía. Palabra Prohibida: República – Palabra Permitida: Informativos. Palabra Prohibida: Totalitarismo – Palabra Permitida: Encuesta. Palabra Prohibida: Ficción – Palabra Permitida: Elecciones. Palabra Prohibida: Indra – Palabra Permitida: Fiscal Horrach. Palabra Prohibida: Juez Castro – Palabra Permitida: Constitución. Palabra Prohibida: Régimen – Palabra Permitida: Autonomía. Palabra Prohibida: Autodeterminación – Palabra Permitida: Religión. Palabra Prohibida: Laicismo – Palabra Permitida: Silencio. Palabra Prohibida: Protesta

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miércoles, 21 de febrero de 2018

18/02/2018 – El Día – Una expedición científica para salir a la caza del culpable de la inflación

En la primera clase de los cursos de Economía Política que dicto en la Universidad, enseño a mis alumnos que la Economía es una ciencia, porque a) Observa un fenómeno de interés b) Elabora hipótesis sobre sus causas y c) Las contrasta empíricamente.

Esto quiere decir que si, por ejemplo, vemos que hay inflación debemos ser capaces de explicar por qué ocurre ese fenómeno.

En condiciones ideales como las que presentan las ciencias exactas, trabajaríamos con una serie de hipótesis y las contrastaríamos experimentalmente. Pero el problema de las ciencias sociales es que no podemos construir el escenario contra factual en un laboratorio; esto quiere decir que no es posible volver el tiempo atrás y ver qué hubiera ocurrido si cambiábamos alguna de las variables sospechosas (la emisión, el dólar, las regulaciones sobre los empresarios, la apertura, etcétera).

Por ejemplo, ¿qué hubiera pasado si Alfonsín, en 1988 hubiera tenido acceso masivo y barato a los mercados financieros internacionales, para poder financiar su déficit fiscal sin tener que emitir tanto dinero? O ¿Qué hubiera ocurrido si Macri no hubiera podido salir del default en 2016 y hubiera tenido que reemplazar con fabricación de billetes, todo el dinero que consiguió afuera?

Existe sin embargo una fuente diferente de variabilidad. Es posible observar lo que hacen distintos países en un momento, como así también las diferentes políticas que aplica un mismo país a lo largo del tiempo. Estrictamente no se trata de experimentos porque las condiciones del grupo tratamiento y el grupo control no son idénticas y porque las políticas que se ensayan no son exógenas, en el sentido de que son las propias condiciones internas de cada país o de cada momento del tiempo, las que las explican.

No obstante, ese tipo de evidencia puede ser muy ilustrativa. Tomemos por caso la sospecha de que los empresarios son los responsables de la inflación. Es fácil ver que otros países de la región donde operan las mismas empresas que en Argentina no tienen inflación. Basta recorrer un supermercado brasileño, por ejemplo, para ver que en las góndolas se encuentran muchas marcas que también habitan nuestra geografía, pero ellos tienen 2,9% de inflación…en el año. ¿Qué ocurre? ¿Será en todo caso que acá hacen lo que quieren porque nadie los controla, pero en otras latitudes no se lo permiten? Es fácil derribar esa otra hipótesis usando la fuente de variabilidad temporal; en nuestro país no hubo inflación entre 1993 y 2001, como así tampoco entre 2003 y 2005. ¿Qué pasó entonces? ¿se ablandaron durante esos años y se corrompieron luego? Difícil de sostener.

 

LA CULPA DE LOS GREMIOS

En momentos que comienzan a negociarse las paritarias aparece la hipótesis de que son los gremios los irresponsables que empujan la inflación exigiendo altas recomposiciones. Misma metodología; busquemos la evidencia en otros países, o en nuestro pasado. Lo que los datos muestran es que no hay absolutamente ninguna relación estadística significativa entre la tasa de agremiación, o la cantidad de huelgas, y los niveles de inflación, lo cual es obvio: de los 150 países para los que hay datos comparables solo hay 12 con inflación mayor a un dígito. En la mayor parte del mundo no hay inflación; no la hay en países con alta sindicalización y tampoco en los más liberales.

Mirando los datos de Argentina en perspectiva histórica, no es cierto que se acelerara la inflación con el nacimiento y desarrollo de los gremios en la primera mitad del siglo pasado y uno de los períodos de mayor aumento de precios se dio justamente en la peor dictadura militar que tuvo el país, cuando a los gremialistas que discutían con el gobierno directamente se los encarcelaba o desaparecía. La historia reciente también refuta esa hipótesis. Hubo gremios de fuerte oposición al gobierno en los 90, como la CTA o el propio Moyano y si bien es cierto que le hicieron solo cuatro paros generales, a De La Rúa le congelaron el país nueve veces en dos años y la aguja de la inflación no se movió.

 

ENTONCES ES EL DÓLAR

Otro de los candidatos señalados siempre es el dólar. Seguramente usted escuchó muchas veces la frase “en argentina, cuando aumenta el dólar, aumenta todo”.

Falso. En primer lugar, el dólar se mueve en la mayoría de los países del mundo y eso no genera inflación. Tomemos el caso de Chile por ejemplo; el dólar aumentó en ese país un 50% en dos años, entre 2014 y 2016, sin perjuicio de ello los precios subieron en ese lapso solo 10%. En Argentina la relación tampoco es tan fuerte como se sospecha; cuando el dólar se movió en el Brexit, luego con el triunfo de Trump, con el escándalo de corrupción que casi le cuesta el puesto a Temer en Brasil y con la incertidumbre electoral previa a las PASO, el traslado a precios fue muy bajo.

Es cierto que hay otros momentos en que se observó una relación más cercana entre las devaluaciones y la inflación, pero en esos casos el aumento del dólar se producía como consecuencia de un aumento de la cantidad de dinero que puede haber sido la real causa detrás de las subas de precios.

Por supuesto, en el café, o en un asado con amigos, uno puede sostener cualquier argumento, pero en la Universidad no; en la Facultad enseñamos ciencias y exigimos por tanto pruebas.

En momentos en que la inflación cede más despacio de lo que todos quisiéramos, el gobierno debería buscar más ayuda en las universidades, para evitar cometer errores como la señalización a empresarios o los límites a las paritarias.



viernes, 16 de febrero de 2018

La revolución no será televisada, así que no te quedes ahí sentada, hermana

La revolución no será televisada en abierto o a través de Facebook Live La revolución no será peticionada a través de Change.org La revolución no será promocionada a través del último spot de Apple La revolución no será constituida tras ningún recuento electoral La revolución no será top-ten en los resultados de búsqueda de Google La revolución no será jaleada en la noche de entrega de los Óscar La revolución no será viralizada a través de mensajes en cadena por Whatsapp La revolución no será teloneada por Bruce Springsteen La revolución no será retransmitida en los medios de comunicación propiedad de la Iglesia La revolución no será candidata a ningún premio Nobel La revolución no será breaking news en el New York Times La revolución no será enaltecida en el mensaje institucional de fin de año La revolución no será televisada, así que no te quedes ahí sentada, hermana

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miércoles, 14 de febrero de 2018

Inflación; entre las expectativas y la emisión

Empecemos por lo básico;
¿Qué es la inflación?
La inflación es el aumento sostenido y generalizado de los precios.

Parece obvia la definición, pero en el debate de todos los días se escuchan cosas como que “un aumento de impuestos produce inflación” o que “como no va a haber inflación si los precios están altísimos”

 

¿Qué No es la inflación?

La inflación no es que suba el precio de la nafta porque aumento el barril de petróleo en el golfo de México, tampoco que el pan salga $40 o que un jean cueste el triple que en Chile. Precios altos no es lo mismo que inflación. Japón tiene precios altísimos, pero hace años que son los mismos; eso NO es inflación

¿Por qué se produce?

La principal causa es la emisión de dinero sin respaldo, que no resulta demandado ni para hacer transacciones ni para postergar el consumo de un bien o servicio. Me explico: SI la economía crece un 5% digamos, se multiplicarán las transacciones y será necesario tener más dinero, del mismo modo que la fábrica de cervezas tiene que producir más botellas de vidrio retornables, si aumenta el consumo de esa bebida. De manera que siempre y cuando la emisión acompañe al nivel de crecimiento de la actividad, no tiene por qué producir inflación

Pero incluso si la economía no creciera y por lo tanto la demanda de dinero para hacer transacciones no se viera modificada, todavía existiría la posibilidad de que el gobierno emita dinero sin generar inflación, siempre que las personas lo guarden en sus bolsillos sin gastarlo, puesto que técnicamente esto sería equivalente a colocar un bono de deuda; un pagaré por el que el gobierno le dice a la gente “por favor présteme dinero ahora, que dentro de un tiempo se lo voy a devolver”

Para que el exceso de medios de pago en relación a los bienes de la economía genere inflación, necesitamos que se introduzca en la economía presionando a las demandas de bienes y servicios. Es cierto que al principio los fabricantes no podrán distinguir si las ventas de sus productos están subiendo porque se pusieron de moda, o porque hay más dinero en la calle, de manera que la mayor demanda, en la medida de las posibilidades expandirá la producción, hasta que empiecen a aparecer restricciones para fabricar más; cuellos de botella como cortes de energía, o imposibilidad de conseguir más trabajadores. A medida que la mayor demanda causada por los nuevos billetes encuentre esas restricciones, comenzarán a subir los precios.

Nótese que, si la gente ahorra sus excedentes en dólares, por razones culturales, por ejemplo, la mayor emisión volcará billetes al mercado de cambios y hará subir el precio de las divisas foráneas, aun cuando no se haya saturado la capacidad de producción de la economía.

Ahora bien, en un contexto donde la gente no demanda moneda local para ahorrar, la posibilidad de que la emisión extra vaya al colchón y opere en la práctica como un préstamo subsidiado al gobierno, no existe. Esto confunde a muchos que no entienden por qué la emisión en Estados Unidos no causa necesariamente inflación como acá, sin darse cuenta que el mundo entero demanda dólares. Es más; muchas de estas personas que no comprenden la diferencia entre una moneda demandada y una moneda repudiada, luego son sorprendidos en la cola del banco, comprando dólares.

Resumiendo; no necesariamente la emisión produce inflación, pero si la economía tiene pleno empleo de algún recurso que no se pueda sustituir (trabajadores calificados por ejemplo), o cuellos de botella para seguir creciendo y encima nadie desea esos billetes con propósitos de ahorro, ineluctablemente habrá inflación. Esto ya no es un principio de la economía, sino de la física; los billetes nuevos no se evaporan, sino que acaban yendo hacia algún lugar.

La inercia inflacionaria

Una vez que un shock de emisión disparó la inflación, ésta puede propagarse en el tiempo por múltiples causas.

Supongamos por ejemplo que los gremialistas abren las negociaciones paritarias mirando por el espejo retrovisor. Si el año pasado hubo 25% de inflación, pues piden 25% de recomposición. Luego si los empresarios no enfrentan la competencia externa, trasladarán esos aumentos al precio de sus productos en la góndola. Eventualmente en una economía que tiene 25% de inflación por varios años, se crea una especie de inercia cultural, por la cual todos saben que deben remarcar sus precios 25% por año, aunque nadie entienda muy bien por qué.

Por supuesto, si el gobierno no acompaña esa inercia aumentando nuevamente la cantidad de dinero, eventualmente esos precios chocarán con la imposibilidad de realizase en el mercado.

Volvamos ahora al ejemplo de la cervecería que tenía más demanda, pero no contaba con más envases retornables. ¿Hay alguna solución sin fabricar más botellas? Sí; toda cosa escasa sube de precio. Quilmes podría cobrarnos $10 el alquiler de las botellas, de suerte tal que aumentaría la velocidad del reciclado.
Una cosa muy parecida ocurre con el dinero; si todo el mundo aumenta los precios 25% pero no se multiplica la cantidad de billetes en esa proporción; el alquiler del dinero subirá por los cielos. Ese precio tiene nombre y apellido; la tasa de interés.

En cualquier caso, el resultado será una actividad económica frenada y por esa razón, es habitual que los gobiernos que observan que los precios han subido y que se necesita más dinero en la economía para poder hacer todas las transacciones a los nuevos valores, emiten esos billetes, convalidando una inflación que en esta oportunidad no tenía raíces monetarias.

Otras causas.

Del mismo modo que ocurrió en el mecanismo que recién describimos, hay otros factores no monetarios que pueden empujar el promedio de los precios al alza; por ejemplo, en un famoso artículo el Profesor Olivera (link al artículo) demostró que si los precios son rígidos a la baja (como ocurre habitualmente en Argentina cuando un producto, deja de ser escaso, pero sin embargo no baja de precio), cada vez que existen shocks de oferta o de demanda, que modifican los precios relativos, se produce inflación, porque el bien que se torna más escaso sube obviamente de precio, pero el que pasa a ser relativamente más abundante no baja.
Uno de esos cambios de precios relativos puede ser, por ejemplo, el que se produce cuando por alguna razón externa sube el precio del dólar. Lo normal es que, como consecuencia, los precios de los bienes que son fáciles de importar o exportar acompañen esa suba, puesto que su valor de referencia, expresado en pesos, acaba de subir. Lo esperable sería que el resto de los precios de la economía, de todos aquellos bienes y servicios que no compiten con el exterior, bajen, pero todos sabemos que eso no es lo que ocurre. Tampoco los precios de los bienes transables vuelven a los niveles previos cuando el shock externo pasa y el dólar baja.

En general y cualquiera que sea el caso, para que ese proceso inflacionario se materialice y perdure, es necesario que opere el proceso de convalidación monetaria que describíamos antes, puesto que, sin más dinero en la economía, los precios más altos no pueden durar para siempre. Sin embargo, como esos precios más altos, sin convalidación monetaria, frenan las transacciones y paralizan la economía, por lo general los gobiernos ceden antes de que eventualmente estos bajen.

Entonces ¿como paramos la inflación?

Primero me gustaría decir cómo NO paramos la inflación.

El garrote no sirve

Para los precios opera el mismo principio que para las mentiras había denunciado Abraham Lincoln cuando decía que “Se puede engañar a todo el mundo algún tiempo…se puede engañar a algunos todo el tiempo…pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

Por ejemplo, se puede controlar las tarifas y el dólar Es cierto que habrá escases de energía y de divisas, pero al menos esos precios operarán como anclas. Se pueden establecer listados generales de precios máximos por unos meses, como hizo Moreno en su momento. No se puede de ninguna manera fijar todos los precios por tiempo ilimitado, como quiso hacer el Emperador romano Dioclesiano, en el año 301, o como pretende ahora Maduro en Venezuela.

Peor aún, como con las mentiras, los controles de precios lejos de parar la inflación la patean hacia delante. Dejemos la economía de lado y volvamos a la física por un momento. Supongamos que el gobierno emitió 200.000 millones de pesos y que al mismo tiempo estableció precios máximos de los bienes y servicios. ¿Donde irán todos esos pesos? Evidentemente acabarán de manera forzada en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero. Es decir que el gobierno convierte a la emisión en un bono de aceptación forzosa, que no solo no paga interés, sino que pierde una cuarta parte de su valor todos los años.

Si luego de un tiempo el sistema de precios se libera, lo que ocurre es que esos pesos corren al dólar, a buscar tasa de interés en un deposito o bono del propio Estado, o a comprar bienes de la economía. Por lo tanto, basta el mero anuncio de la liberación para que el que tiene dólares los venda un poco más caros y el que produce y vende bienes transables los aumente.

Esto es importante porque hay una confusión grande con el efecto que tienen los aumentos del dólar en la inflación. Si el dólar sube, porque hay más emisión, no es la suba del dólar la que genera la inflación, sino la emisión. Obviamente; si esa emisión se contiene con un dique, el agua no correrá por el sistema mientras el dique se mantenga cerrado. Pero cuando el cepo se abre, o el comercio se libera, el agua correrá mojando lo que estaba seco.

¿Es culpa de los empresarios?

Supongamos que el diablo diseña a un empresario inescrupuloso y especulador; un hombre sin corazón, con un estomago que solo puede procesar billetes: Charles Montgomery Burns, para una representación más gráfica.

El señor Burns baja a la tierra y pone el precio de sus productos a un millón de dólares por unidad. No vende nada. Prueba con 500.000 dólares. Sigue sin vender. Ensaya entonces con 100.000, con 10.000, con 1.000 y baja el precio todo lo que sea necesario para poder vender. Pongamos que a 500 dólares finalmente encuentra el equilibrio que le permite ganar la mayor cantidad de dinero posible.

Ahora viene la pregunta del millón; ¿Por qué razón el señor Burns subiría el precio si se supone que ya había puesto el máximo precio que podía poner? O dicho sea de otro modo; si podía vender a 600, ¿Por qué esperó hasta hoy para subir el precio?

Obviamente; en los procesos inflacionarios hay empresarios subiendo los precios, de todos los tamaños y de todos los colores, pero también hay gremialistas subiendo los salarios. ¿Es culpa de los gremialistas entonces? Tampoco. En cada momento del tiempo suponemos que los gremialistas consiguen negociar la fuerza de trabajo al máximo precio que les resulta posible obtener.

Después de todo; también hay empresarios ambiciosos y gremialistas que son muy buenos negociando, en tantos otros países. Pero solo nosotros (y un puñado de países periféricos) tenemos inflación. Y tampoco la hemos tenido por siempre. ¿Acaso los empresarios y los gremialistas eran buenos en los 90, se hicieron malos en el 2002, se volvieron a ablandar en el 2003 y otra vez se convirtieron al mal en el 2007?

La verdad es que a ningún empresario argentino que fuera a trabajar a Holanda, por ejemplo, se le ocurriría remarcar 25% los precios, del mismo modo que ningún gremialista sueco pediría un aumento de esa magnitud. Y no es que no lo piden porque son distintos. No lo hacen porque saben que están en un contexto estable, en el que un comportamiento de ese tipo los haría perder dinero.

Es cierto que para que haya inflación alguien tiene que remarcar, pero para que esa decisión exista, los empresarios y los gremialistas deben estar convencidos de que están inmersos en un proceso inflacionario en el que lo mejor que pueden hacer es seguir la corriente de la nominalidad.

¿Controlar la cantidad o el precio del dinero?

Ok, ahora que entendimos qué es y que no es la inflación, pasemos a la medicina.
En el mercado de dinero, como en cualquier otro mercado, se puede fijar el precio o la cantidad, pero nunca ambas cosas al mismo tiempo.

El gobierno eligió controlar el precio (la tasa de interés), de manera que la cantidad de dinero queda determinada como resultado de ese precio. Por lo tanto, la estrategia descansa casi por completo en las expectativas. Si el programa de metas de inflación convence a la gente y todos forman sus precios (pactan contratos, negocian paritarias, etcétera) en torno de la meta establecida por la autoridad monetaria, la economía se desinfla a la velocidad que establezca el Banco Central.

Pero si los precios se forman con incrementos del 20% en promedio, por ejemplo, pues no hay manera de frenar el aumento de la cantidad de dinero que convalida esos nuevos valores. En ese caso, el Central entrega el dinero que le piden y lo único que puede hacer es subir la tasa de interés.

Esa suba de tasas opera por tres canales;

1- Encarece el crédito de corto plazo, frenando el consumo que se financia en cuotas

2- Aumenta la reputación de la autoridad monetaria respecto de la meta de inflación

3- Incentiva el ingreso de capitales financieros que, buscando esa tasa, venden sus dólares, pinchando el precio del billete verde.

Es importante mencionar que en Argentina el canal 1 es pólvora mojada porque el crédito representa solo 14% del PBI, de modo que la suba de tasa no enfría realmente la economía.

El segundo canal, con un Banco Central de baja reputación, está lisiado.

Casi todo el impacto de la suba de tasas se canaliza por un dólar más barato, que a su turno frena los precios de los bienes con competencia del exterior, que obviamente están dolarizados.

El costo de este camino es simple; la inflación baja con un dólar que se pone cada vez más barato, salvo que el Banco Central gane reputación y no necesite usar la suba de tasas para convencer al público.

Control de agregados

La alternativa es informar a la población que la emisión solo crecerá 18%, para que, simplificando, el dinero alcance justo para hacer las transacciones que la economía necesita en un escenario de inflación del 15% y crecimiento del PBI del 3%

Otra vez; la clave es si la gente cree en la autoridad y realmente forma precios con aumentos nominales de solo un 15%. Si eso ocurre, ningún problema, pero si el BCRA no convence y los precios crecen, por ejemplo, un 20%, entonces la plata no alcanzará para hacer todas las operaciones y el precio del dinero volará por los aires, reflejando la escasez de medios de pago.

Son las expectativas estúpido

En síntesis, establecer una limitación cuantitativa en la cantidad de dinero, es equivalente a poner un precio tan alto del dinero (suba de tasas), que arroje como resultado una demanda de medios de pago, de igual magnitud a la que hubiera surgido con control de agregados.

La diferencia central está en el compromiso que se transmite ex ante, que resulta fundamental para formar expectativas. Porque la pregunta es obvia; ¿Qué ocurriría si la formación de precios entrara en una dinámica explosiva (por el dólar, por conflictos con los gremios, por debilidad política, etcétera) y el Banco Central tuviera que poner la tasa de interés en el 50%? Ese es un resultado probable si existe la misma dinámica bajo un esquema de control de la cantidad de dinero, pero en ese caso la tasa de 50% no es fijada por el Banco Central, que puede encogerse de hombros y mirar para otro lado, sino aparece como resultado endógeno del propio mercado.

En cualquier caso, si la política monetaria no quiebra las expectativas de inflación e induce a los agentes a formar sus precios con menos aumentos por las buenas, el resultado será una tasa alta y un dólar barato, hasta que se desinflen los precios.

Para que ello suceda, tiene que percibirse un cambio de régimen. Ese fue uno de los grandes éxitos de la Convertibilidad, aunque para lograrlo comprometió el precio relativo más importante de la economía; dejó al auto sin amortiguadores, sin capacidad para responder ante los shocks externos, como el Tequila, la crisis del sudeste de Asia o la devaluación de Brasil.

Creo que ese cambio podría lograrse si el Banco Central se independiza del Tesoro, modifica su carta orgánica e impide que se imprima un solo peso más para financiar el déficit presupuestario. Para que el shock sea contundente es probable que haya que combinarlo con un cambio hacia el control de agregados, sabiendo que, si todo el combo no alcanza para quebrar las expectativas, habrá que tolerar una tasa muy alta, como resultado. Soy consciente que, planteado así, es a matar o morir.
Como es lógico, el timming ideal para hacer esto es una vez que los cambios en precios relativos hayan finalizado y los precios regulados no sean un factor disruptivo que empuje las expectativas de inflación con cada tarifazo. Por esta razón sigo siendo partidario del shock en esta materia también.

Con la reputación del Central tan golpeada no hay lugar para gradualismos en materia monetaria y son los legisladores los que deben dar la cara ante los ciudadanos, justificar cada peso que aprueban de presupuesto y votar los impuestos necesarios para financiarlos, o la emisión de deuda que se requiera para cubrir el bache.



Antigüedad y posición dominante: ejemplos de empresas y mercados

Dentro del análisis que se hace de las economías de los distintos países se incluyen conceptos como PIB, inflación, paro, etc. En general se suelen comparar los datos de un año con los de años anteriores. Pero, ¿qué es lo que realmente produce el crecimiento de las economías? Principalmente, la eficiencia, la calidad y la “posición dominante” de las empresas que las componen. Tarea fácil, pues con crear más empresas todos los males económicos estarán resueltos. Sin embargo la cuestión es más complicada, como podemos observar si analizamos la evolución de algunos sectores o mercados de la economía a lo largo del tiempo como, por ejemplo, el sector de la minería. Durante la segunda revolución industrial se empezaron a utilizar nuevos materiales: acero, zinc, aluminio, níquel, cobre, manganeso, cromo.  La “nueva economía” de entonces demandaba estos productos. Se crearon empresas para satisfacer esta demanda: a modo de ejemplo, tres de las cuatro empresas más grandes del sector de la minería hoy en día, se crearon en esa época. BHP Billiton, la más grande del mundo actualmente, surge de la fusión de dos empresas: Broken Hill Propietary, fundada en 1885 y Billiton, fundada en 1860. Rio Tinto Group, la tercera más grande, fue fundada en 1873 y Anglo American, la cuarta más grande, fue fundada en 1917. La conclusión es que hubo un momento adecuado para crear empresas de minería, la segunda revolución industrial, y aquellos que lo aprovecharon consiguieron hacerse con el mercado quién sabe si para siempre. Para los demás, no se sabe si será imposible, pero si desde luego muy difícil, poder crear una empresa al nivel de las mencionadas. Otro de los ejemplos de posición dominante lo observamos  en el sector del automóvil. Las empresas más grandes que controlan actualmente el mercado fueron creadas también durante la segunda […]

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domingo, 11 de febrero de 2018

11/02/2018 – El Dia – Para combatir la inflación, primero, hay que entenderla

Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto gobernó Roma entre el año 284 y el 305. En la historia del imperio se lo recuerda por su enorme despliegue militar y al mismo tiempo por haber sostenido la paz con el Imperio persa de sasánida, pero en el Museo de Pergamo, en la ciudad alemana de Berlín, lo que resalta es un resto de un pergamino que contiene un fragmento del Edicto con el que el Emperador pretendía controlar la inflación que sacudía a la región.

La norma determinaba una serie de precios máximos de productos de primera necesidad, pero también fijaba los salarios y establecía duras penas para los que osaran negociar valores por fuera de los límites que establecía el poder.

Aunque todos los precios estaban nominados en denarios, Dioclesiano buscaba la convergencia monetaria a un nuevo signo; el argenteo. No necesito contarles como terminó el plan.

 

¿QUÉ CAUSA LA INFLACIÓN EN ARGENTINA?

Quiero empezar este razonamiento con una pregunta capciosa ¿hay algún caso de inflación en una economía de trueque? ¿Podría ser que el granjero que antes cambiaba una gallina por dos kilos de pan, ahora exija que se le paguen tres kilos de flautitas para desprenderse de cada pieza de su producción avícola y que al mismo tiempo el panadero que antes pedía una gallina cada dos kilos de pan, ahora pida dos gallinas a cambio de la misma cantidad bolsa de flautitas? Imposible. ¿Seguro?

Para que exista inflación, obviamente necesitamos dinero; es una condición necesaria. De allí que para el monetarismo “la inflación es siempre y en cualquier lugar un fenómeno monetario”. La comprobación empírica de este fenómeno es impresionante. Por ejemplo, los Rolling Stones hicieron cuatro visitas a la Argentina; si uno mira la evolución del precio de la entrada es exactamente la misma que los cambios en la cantidad de dinero entre esos eventos. ¿Casualidad? La gente de la consultora Oikos hizo el mismo calculo mirando el precio de las entradas de futbol desde el 2003 y encontró una correlación del 99,4%, que en castellano y parafraseando a Clinton, quiere decir “es la cantidad de dinero, estúpido”.

Pero volvamos al ejemplo de la economía de trueque. ¿Qué pasa si el granjero y el panadero piensan que hay inflación y que por lo tanto deberían exigir más pan por cada pollo y más pollo por cada pan, al mismo tiempo? Es evidente que ese intercambio sería imposible de materializarse. Así y todo, si alguien del INDEC pregunta los precios del pollo y del pan, registraría inflación, siempre que esos sean los precios puestos en la góndola. Esa no sería, para ponerlo en términos economicistas, una situación de equilibrio, pero sería posible.

Lo que quiero mostrar con esto es que, aunque el exceso de medios de pago en relación a los bienes de la economía y a la voluntad de la gente de ahorrar en pesos debajo del colchón, produce inflación, transitoriamente una economía podría experimentar alta inflación incluso cuando no exista convalidación monetaria.

Dicho esto, en argentina la cantidad de billetes, en relación a la cantidad de bienes, se multiplicó por 22 desde el 2003 a la fecha. Negar el efecto del dinero en los precios nominales, con una expansión monetaria tan espectacular, es de una necedad supina, pero pensar que el freno automático de la emisión congela los precios, también es un error, aun cuando estoy dentro de los economistas que lo considera necesario.

 

DÓLAR E INFLACIÓN

Una de las formas de evitar el traslado de la emisión a los precios, es congelar el dólar. Si duplicamos mañana la cantidad de dinero, pero dejamos el dólar clavado en $20, lo productores locales no podrían duplicar todos los precios, siempre que fuera posible importar los bienes del exterior. Pongamos el ejemplo de un paquete de fideos local, que compite con una pasta similar importada de Italia, por la que se pagan 2 dólares. Simplificando el resto de los componentes del precio, supongamos que en el súper los tallarines quedan a $40. En ese caso no sería posible que el exceso de billetes se manifieste en un mayor precio nominal del producto que se fabrica en casa, porque mientras el dólar este congelado siempre será posible importar el producto a $40.

Obviamente, si persiste esa conducta generaría un boom importador y una demanda creciente de dólares, puestos que además habría cada vez más pesos para comprar billetes norteamericanos. A diferencia de las películas; aquí cualquier semejanza con la economía del cepo y las restricciones a las importaciones (DJAI), no es mera coincidencia

Si al cabo de un tiempo el dólar se libera y su precio sube, ya no será posible sostener el paquete de fideos a $40, pero no es la devaluación la que ha producido la inflación, sino el aumento de la cantidad de dinero que la precedió y la generó.

 

INERCIA E INFLACIÓN

Me gusta aquí pensar a la inflación como una persona que va en un tren a 20 kilómetros por hora, se para y camina en el sentido de la formación, a 5 kilómetros por hora. Si alguien mide la velocidad a la que avanza nuestro pasajero, verá que en realidad se mueve a 25 kilómetros por hora. Esa es la inflación observada. Si en cambio el viajante camina en sentido contrario, que sería en nuestra analogía el equivalente a achicar la cantidad de dinero y bajar la inflación, todavía se movería a 15 kilómetros por hora, por culpa de la inercia.

Para el observador externo que juzga a la inflación mirando el GPS del pasajero, los precios siguen moviéndose muy rápido. Al mismo tiempo la política antinflacionaria está funcionando.



sábado, 10 de febrero de 2018

Las diez diferencias entre los verdaderos y los falsos patriotas

No importa el lugar del mundo al que nos refiramos, los falsos y los verdaderos patriotas se distinguen con gran facilidad. Pero si aún tuvieses alguna duda, aquí va el decálogo que te permitirá diferenciarlos con la mayor claridad. 1- Los falsos patriotas dedican el 90% del tiempo a hablar de la patria Los verdaderos patriotas dedican el 90% de su tiempo a que no existan las patrias 2- Los falsos patriotas aspiran a mercantilizar el 95% de la patria Los verdaderos patriotas aspiran a desmercantilizar la patria 3- Los falsos patriotas traicionan al pueblo con el fin de gobernar la patria Los verdaderos patriotas renuncian al gobierno de la patria con el objetivo de no traicionar al pueblo 4- Los falsos patriotas desprecian el sector público e identifican el sector privado con la patria Los verdaderos patriotas defienden la dimensión preponderante del sector público y jamás confunden el sector privado con la patria 5- Un falso patriota de Estados Unidos tildaría de “movilidad externa” u “oportunidad” a todo éxodo laboral masivo que ocasionara un descenso demográfico en su patria Un verdadero patriota de Estados Unidos lamentaría profundamente la caída demográfica experimentada por causa de un mercado laboral ineficaz en su patria 6- Un falso patriota se autocomplace y no ejerce el juicio crítico ante una deriva socio económica dañosa para la patria Un verdadero patriota señala los defectos del sistema socio-económico para perfeccionar el estado de la patria 7- Un falso patriota se jacta de que la redacción normativa constitucional propugne valores de libertad, igualdad, justicia y pluralismo político, finalizando ahí su implicación con dichos valores. Un verdadero patriota entiende que una redacción realista de la normativa constitucional debería propugnar que ante la existencia de límites a la libertad, la igualdad, la justicia y el pluralismo político hay que […]

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jueves, 8 de febrero de 2018

¿Por qué uso Cabify? Mi visión del conflicto entre el taxi y la VTC

Escribo este post desde la T4 de Barajas, a punto de despegar para Londres donde participaré en un seminario sobre economía global y futuro de las ciudades. Y uno de los temas candentes que vamos a debatir es el presente y futuro del transporte de viajeros. Ya he explicado varias veces que en el conflicto entre el taxi y la VTC soy neutral, ya que soy usuario de ambos servicios y los dos me aportan valor. Ayer mismo cogí tres taxis. Estaba en el centro, llevaba prisa y las VTC tardaban en llegar. Por eso el taxi es mucho más competitivo. Pero hoy para ir al aeropuerto he usado Cabify ¿Por qué? Porque desde mi dormitorio pido el coche mientras me visto, y tengo fiabilidad precisa de dónde está el coche y me garantizo que no voy a perder el avión.

Antes de que existiera Cabify y las aplicaciones era usuario de emisora por teléfono y varias veces el taxi no llegó, tuve que usar mi propio coche y perdí el avión o el tren. Y encima, tienen la opción de pedir un coche eléctrico, opción que suelo elegir para contribuir a hacer un pequeño planeta tierra más habitable.

1. Mi experiencia con un trabajador de Cabify

Pero hoy he tenido una experiencia que me ha emocionado y quería compartirla contigo. El conductor me ha contado su caso. Tiene 58 años, llevaba muchos años en paro y tres años siendo pobre cobrando la pensión de subsistencia de 400 euros. Estaba deprimido y había perdido la esperanza de volver a trabajar ya que ninguna empresa le ofrecía empleo. Si no lo hubiera conseguido, estaba en riesgo cobrar su pensión contributiva.

Ahora trabaja mucho, pero cobra 1.021 euros al mes. El pasado mes su coche estuvo en el taller 11 días y no trabajó, pero aún así su empresa le pagó 1.021 euros con el variable a pesar de no haber alcanzado los objetivos.

cabify

Fuente foto: elconfidencial.com

Comprendía a los taxistas que tenían una licencia que llegó a valer 250.000 euros y que ahora con la competencia haya perdido valor. Una licencia que es prácticamente gratuita cuando la emite el estado, que se negocia en el mercado negro de manera informal y, en la mayoría de ocasiones, sin pagar impuestos por ella cuando se producía la venta.

En el sector del transporte de viajeros se está produciendo lo mismo que sucedió en su día con la liberalización del sector de las comunicaciones, de las funerarias, de las gasolineras en centros comerciales, etcétera. La competencia mejora el servicio, introduce innovación tecnológica y aumenta el empleo en el sector.

Las empresas quieren maximizar su beneficio y a todas les gustaría ser monopolistas, como es lógico. Por eso es necesaria la intervención pública con una buena regulación, instituciones como la CNMC o la DG Com en Bruselas que vigilan que las empresas cumplan la regulación y las sanciona cuando no lo hacen; sindicatos para que los trabajadores tengan condiciones dignas de empleo y cuando no se cumple la regulación laboral, inspección de empleo para sancionarlas.

2. ¿Por qué uso Cabify y nunca Uber en España?

Principalmente porque Cabify tiene muchos más coches que Uber y da mejor servicio en nuestro país. En segundo lugar porque Cabify es un empresa española, con tecnología española y sus creadores son héroes que han conseguido triunfar en este mundo con tanta competencia global, mientras expande su tecnología y modelo de negocio por el mundo. Conozco a varios jóvenes ingenieros que trabajan para Cabify cobrando buenos sueldos y disfrutando de su trabajo.

Si uso Uber estaré pagando beneficios para que el desarrollo y los ingenieros sean de California.

Escribo este post al amanecer con un sol maravilloso desde una cafetería de la T4 donde tuve el placer de trabajar durante cuatro años de mi vida en el diseño y fui consciente de la innovación y la gran competitividad de nuestras empresas (por ejemplo, en el montaje del muro cortina de nueve metros sin estructura visible; la primera vez que se construía en el mundo algo así).

Y me surgen varias dudas ¿por qué los sindicatos no salen a defender a estos trabajadores de Cabify en el conflicto con los taxistas y piden una regulación que respete a todas las partes? ¿Por qué los partidos de izquierdas empiezan a ser reacios con la economía colaborativa? 

cabify

Especialmente el Psoe, que aprobó la directiva de servicios con los votos en contra del PP sin la cual mi conductor de hoy seguiría en la pobreza. Y pensé qué posición tomaría Pablo Iglesias -fundador del Psoe y de la UGT- en este conflicto? Seguramente sería neutral con la competencia y con el capital y concentraría sus esfuerzos en garantizar condiciones y salarios dignos de todos los trabajadores ya fueran del taxi, de Cabify o de Uber. Pablo Iglesias fue un visionario y era mucho más progresista hace un siglo que muchos dirigentes políticos de izquierdas y sindicales hoy en España y en toda Europa.

 

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miércoles, 7 de febrero de 2018

Las buenas maneras de la concentración de mercado

El 10 de Abril del 2017 United Airlines sacó a la fuerza a un pasajero que había pagado su billete porque les faltaba un asiento para la tripulación y nadie se ofrecía voluntariamente a salir. Todavía nos acordamos con indignación de ese episodio y de las imágenes del doctor ensangrentado. Las acciones de United Airlines cayeron un 4% (unas pérdidas de 1 billón USD) y tras la disculpa del CEO cayeron un 1% adicional (250 millones USD). Los accionistas mayoritarios de United Airlines perdieron sumas importantes: Berkshire con un 9.1% de las acciones perdió 24 millones USD y Vanguard con un 6.8% unos 18 millones USD.

Sin embargo, a pesar de la crisis importante que supuso para United, tanto Berkshire Hathaway como Vanguard salieron ganando ese día.

Berkshire ganó 105,4 millones USD netos y Vanguard 78,2 millones netos... de sus portafolios en las aerolíneas competidoras!

La presencia de grandes fondos con posiciones importantes en competidores naturales dentro de un sector se ha ido acentuando desde el 2000. Azar, Schmalz and Tecu muestran de manera ilustrativa la presencia de inversores comunes en sectores tan diversos como la banca, las aerolíneas, las farmacias o la tecnología.

Un reducido grupo de gestoras de activos controla una parte muy significativa de empresas cotizadas en Estados Unidos. La gestora de fondos BlackRock con $6 trillones de activos es el mayor accionista de una de cada cinco empresas cotizadas y está entre los 5 accionistas mayoritarios en el 90% de las compañías cotizadas. El fondo de inversión Vanguard con $4 trillones de activos tiene también un patrón similar dado su amplia diversificación.

Por ejemplo, si seleccionamos al azar dos empresas del S&P 1500 dentro de un mismo sector (3-dígitos del SIC), la probabilidad de que actualmente compartan un inversor con una posición mínima de un 5% del accionariado es del 90% (mientras que en 1999 tan sólo era un 20%).

Fuente: Azar (2016)

El gráfico nos muestra cómo el solapamiento de propiedad es realmente un fenómeno reciente fruto del fuerte crecimiento de los fondos de inversión pasivos y de la consolidación entre grandes gestoras. En el 2010 se completó la adquisición por parte de BlackRock de iShares Barclays Global Investors por $13 billones y esta consolidación se traduce en un salto sustancial en la probabilidad de solapamiento para umbrales del 5%, 6% y 7% de propiedad.

Dada esta evidencia, surgen inmediatas preguntas sobre el comportamiento de las empresas bajo propiedad común: ¿dos empresas con accionistas comunes cooperan más? ¿compiten menos ajustando precios para ganar cuota de mercado? ¿Se embarcan en proyectos de R&D conjuntamente?

La teoría económica respondería afirmativamente. La teoría predice que la propiedad común parcial de competidores naturales puede reducir los incentivos a competir: los beneficios de competir agresivamente y ganar cuota de mercado se producen en detrimento de otras empresas competidoras dentro del mismo portafolio y, por lo tanto, reduce el valor de la cartera total. Así, la propiedad común empuja a mercados de productos más monopolísticos, es decir a subida de precios y disminución de cantidades.

Sin embargo desde la perspectiva empírica se ha asumido que los intereses de los inversores poco importan para el objetivo de la empresa y la determinación de sus políticas. Sólo recientemente han aparecido una serie de artículos que examinan si la presencia de propiedad común conlleva a decisiones corporativas más monopolísticas.

En primer lugar es importante medir la propiedad común y ver en qué medida implica una mayor concentración de mercado. O’Brien & Salop desarrollan una medida de concentración basada en la literatura aplicada de la competencia / antitrust: el Modified Herfindahl combina el clásico índice de Herfindahl de cuota de mercado (HHI) con un elemento adicional que mide la concentración fruto de los intereses de los accionistas (MHHI delta). El MHHIdelta mide la densidad de la red o network de accionistas dentro de un mismo sector o mercado.

Fuente: Anton et .al 2017

Vemos pues que el MHHIdelta para cuatro sectores amplios de la economía americana se ha duplicado desde mediados de los 90. Y esta subida del índice desde los mil puntos hasta casi los dos mil es sustancial: el Departamento de Justicia (DOJ) de EEUU considera una subida de 200 puntos de concentración puede conllevar a poder de mercado. Por ejemplo, si dos empresas se fusionan y se estima que la concentración resultante en el mercado que operan incrementa 200 puntos, el peso de la defensa de la adquisición recae en las empresas. Lo mismo debiera suceder para gestoras de fondos cuya fusión generase una subida del MHHIdelta superior a los 200 puntos.

Vista esta evidencia, volvamos a United Airlines. ¿Qué efecto tiene la existencia de propiedad cruzada sobre precios y cantidades de las rutas de las aerolíneas? Azar, Schmalz y Tecu  utilizan precisamente la adquisición de BGI por BlackRock en 2009 como instrumento para estimar el efecto causal sobre precios. Encuentran que los precios  son de 3-7% más altos para la aerolínea promedio (y el volumen de pasajeros menor) que para el caso alternativo con propiedad completamente separada. Los accionistas que determinan estos resultados son los de mayor peso y los de larga duración, es decir, aquellos con más control dentro de las empresas.

¿Y qué ocurre en el sector bancario, donde también tenemos mucha concentración entre pocos bancos y mucha propiedad cruzada?  Sorprendentemente la medida estándar de concentración, el IHH, no tiene ningún rol, mientras que el índice que captura la propiedad común (el MHHIdelta) está muy correlacionado con los precios (aquí).

La concentración de los mercados es un tema de creciente preocupación (aquí) y por, lo tanto, no podemos obviar la parte determinada por el network de inversores, cada vez más denso y solapado. Es más, este tipo de concentración seguirá subiendo de manera mecánica por el incremento de ETFs y los fondos pasivos.

Sin duda la pregunta del millón es cómo logran los fondos intervenir en precios y cantidades si son pasivos!

En la próxima entrada examinaremos los posibles mecanismos.

 

 

 



Houston, tenemos un problema... de comunicación

Con Marina Della Giusta

El 2016 ha sido denominado el año de la post-verdad, en la que prevalecen los apelos a las emociones sobre la información basada en hechos y evidencias. Dichos apelos han demostrado mucha eficacia a la hora de modificar las construcciones mentales y la interpretación de los hechos del público en general. Esto ha sido acompañado por movimientos políticos populistas y noticias falsas. Esta retórica se ha diseminado a través de nuevas herramientas como Twitter. En este contexto pueden explicarse algunos fenómenos inesperados como la elección de Trump como presidente del gobierno de Estados Unidos y el resultado de la votación a favor de Brexit en el Reino Unido.

Por otro lado, los Economistas que se habían unido (salvo contadas excepciones) para desaconsejar la elección de Trump y Brexit (ver aquí  y aquí), se preguntan por qué su mensaje no ha llegado a la población. La coautora de este post, Marina Della Giusta y otras dos investigadoras de la Universidad de Reading (Sylvia Jaworska y Danica Vukadinovic Greetham) usan una gran base de datos que incluye todos los Tweets enviados por una serie de personas influyentes durante casi una década para realizar un análisis sobre cómo los economistas usan Twitter. Para tener en cuenta el hecho de que los argumentos económicos son más complejos y por tanto, difíciles de comunicar que otros argumentos más cotidianos, las autoras usan como punto de comparación un grupo similar de científicos de otra serie de disciplinas. En la práctica, ellas analizan el contenido de las cuentas de Twitter de los mejores 25 economistas y los mejores 25 científicos según el ranking de IDEAS y sciencemag. Los tres mejores economistas son Paul Krugman, Joseph Stiglitz y Erik Brynjolfsson y los tres mejores científicos son Neil deGrasse Tyson, Brian Cox y Richard Dawkins. En total sus datos cuentan con 64,212 Tweets de los economistas y 63,472 Tweets de los científicos (los Tweets de los economistas van desde 2/11/2009 a 6/4/2017 y los de los científicos van de 9/12/2008 a 13/4/2017). De estos seleccionan los últimos 3,240 Tweets de cada persona en la lista  De estos Tweets las autoras del estudio analizan tanto las conexiones de los autores a través de la red social como el lenguaje utilizado en estas comunicaciones.

Los resultados de la investigación muestran que aunque el número medio de links en Twitter sea el mismo para los economistas que para los científicos, los economistas mencionan a otros usuarios con menos frecuencia y mencionan un conjunto más restringido de usuarios, lo que en la práctica implica que “los economistas hablan entre economistas”. El análisis de diferencias en el registro utilizado revela que los economistas usan un número más elevado de palabras complejas, términos específicos y abreviaciones que los científicos. Otros niveles de análisis del lenguaje evidencian que los economistas son menos capaces de comunicarse con el público de las redes sociales que un grupo comparable de expertos (ver la tabla 6 de su articulo abajo). También se ve que los economistas usan la tercera persona mucho más de lo que ocurre en el uso común y más que los científicos, lo que crea más distancia con la audiencia (ver su tabla 7 abajo).

Es posible que los tres científicos del estudio sean más divulgadores que científicos académicos mientras que los economistas son en su mayoría académicos. En ese caso el estudio nos indicaría que necesitamos mas economistas divulgativos o darles más protagonismo a los que ya hay.  En cualquier caso, los economistas no sólo estamos fallando en comunicar  los consejos derivados de nuestras investigaciones a individuos e / o instituciones. También estamos fallando en algo mucho más básico, comunicar cuáles son nuestras competencias, es decir, de qué nos ocupamos. Della Giusta, Sarah Jewell y Danica Vukadinovi Greetham analizan un muestra de adolescentes del Reino Unido en un momento de sus vidas académicas en el que tienen que tomar una decisión crucial para su carrera académica (el equivalente a nuestra selectividad).  Usando datos procedentes de redes sociales demuestran que los jóvenes británicos tienen una visión muy sesgada de las diferentes disciplinas. Además, en una encuesta de Economics Network realizada a través de internet a 1,700 habitantes del Reino Unido aparece que la Economía viene asociada a aspectos como las predicciones, las finanzas y los negocios, ignorando otros tan intrínsecos a esta disciplina como el intentar racionalizar las elecciones individuales en presencia de diferentes incentivos, grados de aversión al riesgo, preocupación por el futuro, etc. (ver gráfico abajo). Aspectos estos últimos que suelen ser asociados por los jóvenes en la muestra de Della Giusta y sus coautoras a campos como la psicología. Quizás ligado a estas creencias sesgadas, la Economía aparece como una disciplina asociada al género masculino (ver grafico abajo) y la licenciatura en Economía se perfila como unos estudios preferidos en mayor medida por hombres. Además, esta diferencia de género se está acentuando con el tiempo. De hecho la Economía es la única licenciatura en la que la proporción de mujeres ha caído en los últimos 4 años en Reino Unido.

No es casualidad que el tema de los problemas de comunicación de los economistas haya interesado a estas economistas radicadas en el Reino Unido. Este país es pionero en enfatizar la importancia de que los académicos se comuniquen con la prensa:

  • 1. En la conferencia anual de la Sociedad Real de Economía inglesa los ponentes son animados a escribir una corta recensión de su trabajo para la prensa. A continuación la prensa selecciona los trabajos más interesantes y entrevista a sus autores durante el evento.
  • 2. El impacto de la investigación en términos de consejos para el diseño de políticas públicas pero también diseminación a través de la prensa divulgativa es uno de los criterios que están aumentando en importancia en la evaluación que realiza el gobierno del Reino Unido de sus universidades y que determina la asignación de recursos (la Research Excellence Framework).
  • 3. Algunos departamentos de Economía incluyendo la prestigiosa London School of Economics ya están contratando personal especializado en trasladar los resultados de la investigación a la prensa.
  • 4. Fuera del Reino Unido, "el impacto" es cada vez más valorado en la asignación de becas y la financiación de proyectos. La beca Marie Curie de la Union Europea requiere la elaboración de un plan de difusión de la investigación.

En el mundo de las publicaciones científicas, algunos journals como Review of Economics of the Household han comenzado a publicitar sus artículos con Tweets.

En España este blog ha sido mencionado aquí como una de las mejores maneras de dar a conocer la investigación económica al público en general. Esperemos que esta práctica se difunda mucho más. De momento, la Asociación Española de Economía se podría plantear adoptar algunas prácticas de su homóloga inglesa.



martes, 6 de febrero de 2018

Los pensionistas españoles serán un 10% más pobres cada 5 años

En 2011 el PP heredó el sistema público de pensiones equilibrado: los ingresos eran igual a los gastos, y la hucha estaba inmaculada con 67.000 mill. En 2017 el sistema tenía un déficit de 19.000 mill y se han pulido la hucha. Además, el déficit aumenta a pesar de beneficiarse España de la política monetaria más expansiva de su historia, de tipos del BCE al 0%, con crecimiento del empleo del 2,5% y con las pensiones congeladas.

1. El PP en Bruselas reconoce que están recortando las pensiones

El Gobierno envía a Bruselas todos los años un Programa de Estabilidad en el que hay que estimar cuál será el gasto en pensiones a largo plazo. Para cuadrar las cuentas, éste mantiene estable el peso de las pensiones sobre el PIB. Pero el número de pensionistas será mayor, por lo tanto el PP reconoce oficialmente en Bruselas lo que nos niega a todos los españoles: que está recortando las pensiones.

La cuadratura del círculo se consigue congelando las pensiones y dejando que sea la inflación la que haga el trabajo. Si nos creemos el objetivo de estabilidad de precios del BCE del 2%, los pensionistas españoles cada cinco años serán un 10% más pobres. Como dice Rajoy, le gusta ser previsible. Este economista observador se atreve a anticipar cuál será el debate que el gobierno y los círculos de influencia del PP querrán imponer en los próximos meses.

2. ¿Cuál será el discurso del Gobierno a partir de ahora?

Su tesis será que el problema es que, además del problema demográfico y la baja natalidad, nuestro sistema de pensiones es extremadamente generoso. En el gráfico de abajo se puede observar que la tesis es susceptible de generar debate. La tasa de reposición que calcula la OCDE es el porcentaje de la pensión sobre el salario medio del trabajador. He elegido la tasa de un hombre que cobre 1,5 veces el salario mínimo (que es el pensionista más frecuente en España), y he elegido la tasa neta descontados los impuestos y subsidios públicos.

Efectivamente, nuestra tasa de reposición está próxima al 80%, superior al 70% de Francia, al 60% de promedio de la OCDE y muy superior al 50% de Alemania, al 40% de EEUU y al 20% de Reino Unido.

Por lo tanto, el PP intentará crear un debate que justifique sus recortes y su reforma de 2013. Y sobre todo, ahora que los pensionistas escuchan a Rajoy decir que España va bien y exigen -con razón- que les llegue a ellos esa mejoría de la economía.

Toda tasa tiene un numerador -que es la pensión- y un denominador -que es el salario medio-. Si el salario medio subiera más que la pensión la tasa de reposición podría ir bajando a la vez que los pensionistas mejoran su nivel de vida.

La realidad es que los pensionistas alemanes con una tasa de reposición más baja pueden venir a España de vacaciones. Y la mayoría de pensionistas españoles no pueden permitirse el lujo de viajar a Alemania y tienen que ir a la playa, cuando los alemanes no quieren venir y con precios subvencionados.

3. La realidad es Rajoy no tiene Plan B

Para subir salarios en una unión monetaria es necesario que aumente la productividad por ocupado. Si el salario sube con la productividad estancada nuestras empresas exportadoras perderían competitividad, nuestro déficit exterior aumentaría, nuestra deuda externa también y tendríamos otra crisis seguramente peor que la de 2008 al tener mayor deuda externa.

Para subir la productividad hay que mejorar la calidad empresarial, el capital humano, la imagen de marca de nuestras empresas, el diseño y contenido tecnológico de nuestros bienes, mejorar nuestra eficiencia en logística y otros procesos, etcétera.

El estado puede ayudar a mejorar la productividad mejorando las infraestructuras, mejorando las universidades, la ciencia, la investigación, la innovación, potenciando las energías renovables, o la política de agua y economía circular, etcétera.

3.1 Ni rastro de futuras inversiones

La realidad es que el PP desde 2011 ha recortado brutalmente la inversión pública en infraestructuras hasta registrar su peso sobre PIB más bajo desde 1980.

Ha recortado brutalmente la inversión en innovación y la brecha de su peso sobre PIB con la UE es la mayor desde 2004, y con China y EEUU la brecha es aún mayor. Y reventó la negociación colectiva en su reforma de 2012 favoreciendo que los salarios sigan estancados y que todo el aumento del PIB vaya a beneficios empresariales y a impuestos para pagar la deuda pública próxima al 100% del PIB, la mayor desde 1909.

3.2 Nuestra productividad está estancada y nuestros salarios y pensiones no consiguen subir ni el 2% del objetivo de inflación

En 1996 el PP llegó al gobierno y mientras Aznar, Rajoy y Rato inventaron el España va bien, se estaba gestando la mayor burbuja de suelo y de crédito en España desde Isabel la Católica.

Un lazo marrón para denunciar “la subida de mierda” de las pensiones del 0,25%

Me uno a la campaña de UGT Unión General de Trabajadores Un lazo marrón para denunciar “la subida de mierda” de las pensiones del 0,25%. El FMI estima que perderán un 30% de poder adquisitivo cada 20 años. Así que, más que nunca, te pido que lo difundas, querido lector 👇

Geplaatst door José Carlos Díez op woensdag 17 januari 2018

Ahora mientras Rajoy vuelve a decirnos que España va bien y todo su discurso en torno al crecimiento económico, nuestra productividad vuelve a estar estancada, nuestros salarios y pensiones no consiguen subir ni el 2% del objetivo de inflación y los españoles se empobrecen a pesar de que el PIB aumenta un 3%.

¡Y lo que queda si no cambia la política económica low cost!

 

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lunes, 5 de febrero de 2018

04/02/2018 – El Día – Es un error poner cupos o arancelar la universidad

Esta semana hubo un debate muy interesante en las redes sociales, iniciado con un provocador mensaje que la semana anterior Marcelo Zlotogwiazda posteara en la red social del pajarito. Palabra más palabra menos, Zloto proponía examen con cupo para carreras masivas de ciencias sociales que “no fueran prioritarias”.

Confieso que la idea del examen me seduce, pero no en la línea de mi colega, sino más bien como una manera de testear si el alumno posee las capacidades más elementales que el secundario debería haberle provisto; comprensión de textos y manejo de operaciones matemáticas básicas. Puede argumentarse que un examen de ingreso de alta exigencia, como los que habitualmente se toman en las facultades de ciencias exactas o médicas, desnivela la balanza en favor de aquellos con capacidad económica de pagar profesores particulares y dedicarle tiempo a la preparación, pero no puede sostenerse eso en el caso de una evaluación de capacidades básicas, para las cuales además el Estado ha garantizado plenamente las posibilidades de adquirirlas en el secundario. Además, la universidad estafa a un alumno si lo admite sin estar en condiciones de afrontar los desafíos de estudiar y aprender; se miente a sí misma y le hace perder tiempo y recursos al joven y a la sociedad.

Pero no comparto la propuesta de cupos, primero porque la idea de que el Estado decida cuantos abogados o cuantos ingenieros deben formarse me parece más propia de las economías socialistas. Sostener eso equivale a pensar que se puede diseñar el futuro y la realidad demuestra que eso es imposible. ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que dentro de 20 años se necesitarán ingenieros agrónomos y no abogados, cuando bien podría ser que se impongan los servicios que requieran mucho Derecho y que los alimentos se sinteticen en laboratorios? ¿Cómo sabemos que no ocurrirá exactamente lo contrario y que la inteligencia artificial tendrá la capacidad de redactar contratos y hacer cumplir la Ley? No hay modo de saberlo. La promoción de una carrera en particular me parece una apuesta. Cuestionable o no, pero una apuesta. La imposición de un cupo equivale a cortarse las piernas en la creencia de que en el futuro no las vamos a necesitar.

La segunda razón por la que me opongo a los cupos es que no parece haber tampoco evidencia de saturación en el mercado de trabajo; no es cierto que los abogados, los contadores y los psicólogos, por nombrar tres casos de los más comunes, tengan un desempleo superior al de la gente que no pasa por la universidad, aunque sí es verdad que el premio por ir a la facultad, que según las investigaciones del Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales de la UNLP (CEDLAS) hacía que los graduados ganaran 60% más que los que no tenían estudios superiores hace diez años atrás, cayó al 43% para los hombres, mientras que en el caso de las mujeres ese diferencial bajó del 52% al 39 % en la última década.

Si en general los graduados universitarios ganan cerca de 40% más, no parece una mala inversión dedicarse a estudiar. Más aún, si tenemos en cuenta que de acuerdo a un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) los contribuyentes aportan al fisco entre un 47% y un 59% de sus ingresos en la forma de impuestos, vemos que cerca de la mitad de la renta que produce una inversión en educación es apropiada por el estado, de modo que sigue siendo una excelente inversión pública financiar una parte de la educación superior de todos los jóvenes que quieran estudiar, siempre que estén en condiciones académicas de hacerlo.

 

LA RENTABILIDAD DE FINANCIAR LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

Hagamos números; tomemos el ingreso mediano de los trabajadores registrados que informa el SIPA y que asciende a $21.015, como el monto que percibe alguien sin estudios universitarios (dejemos de lado por simplicidad la mayor probabilidad de estar en blanco de un graduado). Entonces si en promedio alguien recibido gana un 40% más, quiere decir que en plata eso significa $8.406 más por mes, que a lo largo de trece sueldos acumula $109.278. Si el Estado capta en la forma de impuestos la mitad de ese dinero, acabará recaudando $54.639 por año, durante los 35 años laborales del universitario.

Ahora bien; ¿Cuánto le cuesta al Estado bancar a un estudiante? De acuerdo al último presupuesto la Nación invierte 95.000 millones de pesos en un millón cuatrocientos mil estudiantes. Pero afinemos un poquito más el lápiz, porque solo el 64% de ellos rinde materias y mantiene la regularidad. Con una simple operación de división llegamos a que el Tesoro destina $106.381 por año, por estudiante regular.

No parece una mala apuesta destinar $106.381 por cinco años para recolectar $54639 por los próximos treinta y cinco. De hecho, matemática financiera mediante, llegamos a la conclusión de que esa inversión tiene una renta del 8,1% que resulta muy superior a la tasa que paga Argentina por su deuda. Se me dirá que muy poca gente se recibe en cinco años y que en promedio lo hacen en ocho, pero incluso considerando ese lapso más largo, todavía la inversión ofrece una renta del 4,2%. En todo caso aquí sería válido abrir el debate sobre la posibilidad de cobrar más allá de los primeros cinco años de garantía gratuita.

La realidad es que los bienes públicos son en general de baja calidad y contribuyen a estratificar socialmente a la población entre ricos y pobres. La Universidad tiene muchos problemas, pero es el bien público que mejor funciona, de todos los que provee el Estado y por ello es elegido masivamente incluso por los que optan por el sector privado para la educación primaria y secundaria de sus hijos. La autonomía es la clave que explica por qué todavía la Universidad resiste a la debacle generalizada del Estado.

Reforcemos la autonomía y sigamos apostando a una universidad sin cupos, sin aranceles y abierta para todos los que están en condiciones de estudiar.

fuente: ELDIA.com



Los motivos (REALES) del crecimiento económico de España

Desde 2013, el gobierno ha anunciado que la causa del crecimiento diferencial entre España y la Eurozona eran las reformas que habían acometido (forzados por la Troika durante el rescate). Sin embargo, la estimación de crecimiento económico de España a largo plazo de la mayoría de economistas y los principales organismos internacionales se mantenía estable y por debajo del 2%.

¿Quién tenía razón? Parece que la mayoría de economistas. En el gráfico anterior se puede observar el crecimiento del PIB por años y la previsión de consenso para 2018. Como se ve, la economía española crecía casi el doble que la Eurozona en 2015 y 2016 y la previsión para 2018 es similar. En el cuarto trimestre de 2017 el PIB en la Eurozona creció 0,6% y en España 0,7% por lo que España crece lo mismo que la media.

1. Motivos del Crecimiento Económico de España

1.1 La bajada de los tipos de interés

¿Qué ha cambiado? En el gráfico de abajo se observa el comportamiento de los tipos de interés de la deuda pública en Alemania y España desde 2012. Desde 2012 hasta 2015 los tipos de interés bajaron desde el 7% (julio de 2012, cuando los inversores temían la salida de España del euro), hasta el 1,5%. Esto es la mayor política monetaria expansiva desde 2008 tras la quiebra de Lehman y similar al efecto que tuvo nuestra entrada en el euro en 1998.

 

 

La decidida intervención del BCE puso un suelo a la restricción de crédito y al abaratar el precio del mismo, las empresas se animaron de nuevo a invertir y crear empleo y las familias a comprar viviendas y coches. Pero desde 2015 los tipos de nuestra deuda están estables, lo cual elimina impulso adicional al crecimiento económico de España que explicaba el diferencial.

Como vemos también en ese gráfico, en 2017 Portugal registró una bajada de tipos de su deuda muy intensa. Justo cuando los inversores eliminaron el temor a un nuevo rescate que dejase su deuda pública fuera del programa de compras del BCE (eso explica que Portugal crezca próxima al 3%).

El programa de reformas en Portugal se registró en 2010 dos años antes que en España y el crecimiento llegó tres años después. Por lo tanto, la causa que explica el diferencial no son las reformas sino la efectividad de la política monetaria del BCE y la accesibilidad de cada país a su programa de compras.

1.2 El precio del petroleo

Otra variable que explicaba nuestro diferencia es la brusca bajada del precio del petróleo (ver gráfico de abajo). España tiene un dependencia del crudo mayor que la media de la Eurozona. La intensa bajada del precio del crudo ha permitido que España registre un superávit exterior y es equivalente a una bajada de impuestos. Dinero que en 2011 se iba a pagar petróleo y gas a otros países se quedó en España y las familias y las empresas tenían más renta disponible con el mismo sueldo o los mismos márgenes.

En el gráfico se observa la brusca bajada y como desde 2016 el precio del crudo ha vuelto a subir. Comienza el año en 70 dólares barril y aunque sigue por debajo de los niveles de 2011, ayuda a explicar nuestro diferencial de crecimiento.

3. El crecimiento económico de España depende de nuestro nivel de inversión

Si España quiere aumentar su tasa de crecimiento a largo plazo debe aumentar su inversión, especialmente en innovación. El Gobierno de Rajoy ha recortado la inversión pública sobre PIB a su nivel más bajo desde 1980 y tras los recortes, el diferencial de inversión en I+D+i sobre PIB con la UE está en máximos desde 2004.

Rajoy tiene el récord de deuda pública sobre PIB -próximo al 100%- más alto desde 1909 y promete bajar los impuestos. Ciudadanos (con quien sumaría mayoría para gobernar) también promete bajar los impuestos. Eso condena al estado a tener insuficiencia de recursos y hará que la reducción de la deuda pública sea muy lenta, lo que mantendrá la dependencia de los mercados internacionales de la economía española y su elevada vulnerabilidad.

España crece y crea empleo aún con intensidad. También ha vuelto a demostrar que es una economía muy agradecida que cuando tiene condiciones de estabilidad crece más que nuestros socios europeos. Además, pertenece al euro y se aprovecha de tipos de interés bajos.

2.1 ¿Y qué pasará cuando Draghi paralice su programa de compras?

Pero Draghi ya ha dado la señal del fin de su programa de compras del BCE y si el petróleo sigue subiendo, el crecimiento de España seguirá perdiendo intensidad. ¿Motivo? Porque está lastrada por una política económica cortoplacista que dirigen los mismos que montaron la burbuja inmobiliaria y que, a pesar de haber provocado la mayor depresión económica desde la Guerra Civil, no han aprendido nada.

Como nos enseñó el filósofo, “los países que no aprenden de sus errores están condenados a repetirlo.”

 

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