jueves, 30 de abril de 2020

COVID-19: no evaluar para proteger a nuestros mejores estudiantes en la universidad

La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 está impidiendo que los estudiantes puedan acceder físicamente a las aulas. Muy previsiblemente, la situación en el plazo de unas semanas seguirá desaconsejando también la realización de exámenes presenciales. Con las clases y los exámenes tradicionales suspendidos, las universidades han realizado un acelerado y meritorio esfuerzo por continuar [leer más ...]

¿Cuál es la mortalidad y la letalidad por Covid-19 en España?

Los casos confirmados en España por Covid-19 ascienden a 210.406 con fecha 29 de abril de 2020. Datos del Ministerio de Sanidad. Pero, ¿cuál es la mortalidad, esto es, el porcentaje de fallecidos por tramos de edad, sobre el total de fallecimientos por coronavirus? Los datos están en el primero de los gráficos. Tal y como se puede observar, cuatro de cada diez fallecidos tienen una edad de entre 80 y 90 años. Es la franja de edad con mayor mortalidad. O dicho de otra manera, seis de cada diez fallecidos tienen una edad de más de 80 años. O, nueve de cada diez, a partir de los 70 años de edad. Veamos otro gráfico con datos sobre letalidad. La letalidad es un concepto que hace referencia al total de fallecidos en un determinado tramo de edad, teniendo en cuenta el total de casos confirmados en dicho tramo de edad. Según se observa, la letalidad más alta se materializa a partir de los 90 años de edad, cuando de cada diez casos confirmados en este tramo, dos terminan en fallecimiento. Así, en el otro extremo de los rangos, en el tramo de 0 a 9 años de edad, de cada cien casos confirmados, menos de uno – o prácticamente cero- concluyen en fallecimiento. Este tipo de letalidad es similar hasta los 49 años de edad, tal y como se aprecia en el segundo gráfico; esto es,  menos de 1 persona de cada 100 cuyo diagnóstico por Covid-19 ha sido confirmado. Cabe destacar que en términos absolutos, y no en porcentaje, solo se han registrado dos fallecimientos por Covid-19 en el tramo de 0 a 9 años, y de manera acumulada hasta los 49 años de edad, el total asciende a 258 personas, de las 16.517 personas que han precisado hospitalización por coronavirus.

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Situación Fiscal pre-COVID: ¿Qué ha pasado?

José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), Carmen Marín (@camrglez), Manuel Díaz y Juan Rubio-Ramírez Este post es el primero de una serie en la que pretendemos analizar cuáles pueden ser las consecuencias para las finanzas públicas españolas de las crisis del COVI-19. Pero antes de meternos a pormenorizar los costes de la cuarentena en las cuentas públicas [leer más ...]

miércoles, 29 de abril de 2020

¿Existe oportunismo electoral en la fijación de las tarifas del agua para usos residenciales en España?

Andrés J Picazo-Tadeo, Francisco-González-Gómez y Marta Suárez-Varela En una entrada anterior (aquí) mostrábamos la influencia de las conexiones políticas en la adjudicación de los contratos de privatización del servicio urbano de agua en España. En esta misma línea de investigación, en un trabajo recientemente publicado en la revista Local Government Studies aportamos evidencia de que, [leer más ...]

¿Existe una brecha salarial de género en los mercados laborales digitales?

De Estrella Gómez-Herrera y Frank Müller-Langer Los mercados laborales digitales son un fenómeno relativamente reciente, cuya aparición se ha visto favorecida por la digitalización y la globalización. Plataformas como Upwork, Freelancer, o Peopleperhour constituyen algunos ejemplos de estos modelos de negocio. La principal característica de estos mercados es que los empleadores, desde cualquier parte del [leer más ...]

martes, 28 de abril de 2020

Tendencias en Google Trends sobre la salud mental de la población

Tendencias en Google Trends sobre la salud mental de la población Por Judit Vall, Ricard Grèbol y Aidan Parker Hace unos días Ainoa Aparicio nos explicaba (aquí) las ventajas de utilizar Google Trends para tener una idea de los efectos potenciales de la actual crisis sanitaria sobre diversos aspectos sociales, como los divorcios o los [leer más ...]

COVID-19 y la brecha de genero

De Claudia Hupkau (@claudiahupkau) ¿Afecta la crisis provocada por el COVID-19 de manera desigual a hombres y mujeres? En esta entrada resumo los resultados de dos recientes estudios (aquí y aquí), realizados para el Reino Unido y España, que intentan responder a esa pregunta, de la que ya se habló aquí. Analizamos tanto los efectos [leer más ...]

lunes, 27 de abril de 2020

Sobre los incrementos desorbitados de precios en el actual contexto de crisis sanitaria

  De Aleix Calveras El gobierno español ha fijado precios para algunos productos de primera necesidad en el contexto actual de crisis sanitaria (mascarillas, geles desinfectantes, etc.), medida que de hecho ya se apuntó hace unas semanas (El País, 4 de Abril, 2020). La medida se habría adoptado ante posibles incrementos “desorbitados” de los precios [leer más ...]

No hay trozos de papel, obvio

Muchos modelos tratan de explicar el funcionamiento de la economía a partir de una serie de variables escogidas discrecionalmente. Así, un país puede aspirar a un volumen X de su economía en función de variables como la mano de obra, la capacidad de endeudamiento o la calidad de sus infraestructuras, por poner algunos ejemplos. Pero podrían ser otros. Ahora bien, la opinión pública suele ser súper permeable a aceptar el modelo más reduccionista que existe en torno al funcionamiento de la economía, esto es, el modelo en el que todo queda explicado por una sola variable: dinero. “No hay dinero”, luego la economía no despegará, no podrá acometer tal reforma o inversión, pagar mayores salarios, procurar mayor nivel educativo, protección sanitaria, etc… No hay dinero. Punto. Sin duda, quienes de este modo razonan, dejan de atribuir valor alguno a cualquier otra variable, como la capacidad de emprendimiento, el nivel de inteligencia o el estado anímico de la población, para explicar, también, por qué decae o resurge el bienestar en las sociedades. Sin embargo, al igual que un vehículo equipado con el más potente de los motores no puede avanzar un solo metro si no posee ruedas o carburante, ninguna economía del mundo, por muy bien dotada que esté financieramente hablando, podrá jamás crecer sin la existencia de dinamismo, moral y voluntad positivas en su sociedad. No seamos ingenuos, el dinero es una de las variables por excelencia del actual sistema económico. Es una parte indispensable y fundamental del artefacto económico. Pero, reconociendo esto como un axioma incuestionable en la actualidad, ¿cómo es posible que la opinión pública acepte con la mayor de las docilidades, que gracias a la mera restricción discrecional de un factor tan simple como esencial, la economía quede crucialmente condicionada para empezar a rodar? Es bastante probable […]

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Ni el pico ni el final de una epidemia se pueden predecir con precisión

Vuelvo antes de lo previsto a Nada es Gratis para comentar un artículo aparecido en el servidor de preprints arXiv el martes 21 de abril, y titulado “Predictability: Can the turning point and end of an expanding epidemic be precisely forecast?” (“Predecibilidad: Pueden predecirse con precisión el pico y el final de una epidemia en [leer más ...]

domingo, 26 de abril de 2020

Correlaciones provinciales del COVID-19

De Daniel Oto Peralías La incidencia del COVID-19 varía mucho entre las provincias españolas. Tomando como referencia los datos a 1 de abril, la tasa de casos acumulados por 100.000 hab. de Soria, la provincia con mayor incidencia, era 20 veces superior a la de Almería, la de menor incidencia (a 15 de abril, este [leer más ...]

sábado, 25 de abril de 2020

10 + 1 revisiones de un principio de economía clásica

1- Cuando se incurre en déficit público, se gasta más de lo que se ingresa. 2- Ese diferencial es financiado por inversores privados y se traduce en un incremento de la denominada deuda pública. 3- La deuda pública es un activo para las entidades financieras que lo adquieren y por el que reciben intereses. 4- La deuda pública es una herramienta de política económica de los estados para amortiguar las crisis. 6- Se mide en porcentaje del PIB y las repercusiones de sus efectos son homogéneas a equivalentes esfuerzos deficitarios. 7- El esfuerzo deficitario previsto por el FMI para el año en 2020 en las economías del euro oscila entre el 4% y el 10% de los respectivos PIB. 8- El esfuerzo deficitario se calcula por la diferencia entre el déficit de un año y el anterior, en este caso, entre el año 2019 y el que se prevé para 2020. 9- España y Alemania realizarán un esfuerzo deficitario al término de 2020 similar, del 6,9% y el 7%, respectivamente. 10- La tasa de paro en España aumentará 7 puntos porcentuales y en Alemania no ascenderá ni un solo punto porcentual. 11- Fin de la revisión de un principio de economía clásica.

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viernes, 24 de abril de 2020

Nada es Gratis: Preguntas y respuestas (NeG-P&R): El ingreso mínimo vital

Nota de los editores: Con esta entrada iniciamos una nueva sección que vamos a llamar: “Nada es Gratis: Preguntas y respuestas”. En esta sección pediremos a colaboradores y otros colegas que respondan una pregunta de actualidad en videos cortos. Las preguntas serán propuestas por los editores (aunque estaremos encantados de recibir sugerencias de preguntas de [leer más ...]

Una nueva metodología para medir el Impacto del COVID-19 en la afiliación a la Seguridad Social

J. Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz), Manu García (@manugar), Luis Puch (@lpuchg) y Jesús Ruiz El pasado jueves 2 de abril, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones cifraba el impacto de las medidas de confinamiento y suspensión de la actividad económica en una caída neta de afiliación a la Seguridad Social de 900.000 trabajadores. La [leer más ...]

Cinco gráficos de economías mundiales con su evolución histórica de desempleo

Aquí van cinco gráficos para analizar la evolución histórica del desempleo en Estados Unidos, Italia, España, Alemania y Reino Unido. En Estados Unidos destaca una previsión del desempleo para 2020 – según FMI- que se situará en máximos desde 1980. Su anterior «pico» se produjo hace una década. Italia: otra economía que alcanza su techo en la serie histórica mostrada desde 1980, siempre y cuando la estimación del FMI sea correcta. En este caso destaca, a su vez, que todos los techos de desempleo alcanzados en cada crisis prosiguen una tendencia creciente. España: La estimación de paro para 2020 del FMI no superaría el techo histórico que se tocó en 2013 con un 26% de desempleo. Alemania: El presumible aumento del paro en esta economía sería irrelevante de acuerdo a la estimaciones del FMI. A destacar: en 2005 alcanzó su techo histórico en la serie mostrada, con un 11% de paro, superior al que tenía España en aquel momento, un 9,1%. Reino Unido: Sus techos históricos de desempleo en esta serie siguen una tendencia decreciente, incluyendo la previsión del FMI para 2020, que como en el caso de Alemania, apenas supone un aumento significativo. Pd. En todas estas economías el paro estimado para 2021 sería inferior al de 2020, una circunstancia que pone en evidencia la singularidad de esta crisis con respecto a las anteriores. En ninguno de los anteriores ciclos mostrados en estos gráficos se alcanzó el pico de desempleo «de repente», sino de forma gradual en el tiempo.  

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Diferencias entre el exceso de mortalidad en España debido al COVID-19 y los datos oficiales

Rafael Salas, Universidad Complutense de Madrid e ICAE Juan Prieto-Rodríguez, Universidad de Oviedo Utilizando los datos del modelo de vigilancia de la mortalidad diaria por todas las causas en España (MoMo), en una entrada reciente de Libertad González y Ana Rodríguez, se analizó el exceso de mortalidad asociada a la actual pandemia de COVID-19, observándose [leer más ...]

jueves, 23 de abril de 2020

Los efectos del Coronavirus en la educación (II): Propuesta de un PROA ampliado

De Jorge Sainz e Ismael Sanz Con el cierre de los centros educativos, Brookings Institution planteaba incluir entre los estímulos fiscales que ya se barruntaban, campamentos de verano con un componente más académico impartidos por los profesores habituales, convenientemente incentivados y gratificados y si hiciese falta, en su caso, la contratación más educadores de las [leer más ...]

Así se bombardea mediáticamente la opinión pública en España

No se ha hecho esperar demasiado. El discurso único de los mass media sobre la economía española ha empezado a rodar. Todo comienza generalmente con cierta timidez.  Pero el goteo continúa lenta y firmemente hasta desembocar en un bombardeo mediático insólito. Vamos a ilustrarlo con un solo ejemplo; el artículo publicado en el diario El País hace escasos días y que llevaba por título: España saldrá de la crisis más rezagada que el resto de la UE. Aquí van 25 de las frases esparcidas por dicho artículo, para tomar consciencia de la magnitud del ejercicio de mediatización practicado en él mismo. Saldrá con menos empuje Saldrá otra vez más rezagada Se ha visto más golpeada Aguanta peor los vendavales Cada día que pasa parece más evidente Tardará en recuperarse Buena parte de lo que se deje de consumir no volverá Muchas empresas tendrán que ajustar su plantilla Sufrirá el golpe Puede incluso retraerse durante más tiempo Se recortará Lo tendrá más difícil Preocupa la situación de las arcas públicas El desplome será en un solo año El agujero de las cuentas públicas puede rondar… El coste de financiar el conjunto de la economía resultará más caro La presión se recrudecerá sobre el Tesoro español Quedarían por financiar en el mercado más de 100.000 millones a pulmón Los inversores pueden empezar a plantearse dudas Es evidente el riesgo Los obstáculos pueden ir en aumento La economía española será la más perjudicada El temor son los ajustes Los halcones exigen que cualquier financiación esté condicionada a las reformas El chaparrón ha llegado y las cuentas están manga por hombro

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Los efectos del Coronavirus en la educación (I): Las pérdidas de clases y rendimientos educativos desiguales

De Jorge Sainz e Ismael Sanz. Hace unas semanas, aunque parece toda una vida, Toni Roldán y Antonio Cabrales proponían en la presentación del primer Policy Brief del Center for Economic Policy and Political Economy de Esade, reforzar el refuerzo, apoyo y orientación de lo alumnos de educación primaria y secundaria, recuperando el Plan PROA. [leer más ...]

miércoles, 22 de abril de 2020

¿Quién se encarga de las tareas domésticas durante el confinamiento? Covid-19, mercado de trabajo y uso del tiempo en el hogar

Por Lídia Farré y Libertad González Durante el mes de abril, hemos distribuido una encuesta dirigida a las familias en España, con el objetivo de conocer la situación de los hogares durante este periodo de confinamiento. En particular, nos interesaba saber cómo se están adaptando las personas con hijos a cargo, en términos de su [leer más ...]

Influencia de la COVID-19 en la disposición a financiar la Sanidad Pública

Por Dirk Foremny, Pilar Sorribas-Navarro y Judit Vall En un estudio muy preliminar cuyos resultados iniciales acabamos de publicar aquí, intentamos responder a la pregunta de si la aparición en España de la COVID-19 y la presión que ha supuesto para el sistema de salud público ha modificado la disposición de los ciudadanos a financiar [leer más ...]

martes, 21 de abril de 2020

La mutualización de la deuda pública por la crisis del COVID-19 (II): Una propuesta razonable y (sin embargo) viable

De Marcel Jansen y Juan F Jimeno Ayer explicamos por qué los eurobonos, siendo un instrumento permanente de mutualización de deuda pública de los países de la UEM, no parecen ser parte de una solución políticamente viable en la financiación de los costes necesarios para mitigar el impacto de la crisis del COVID-19. En esta [leer más ...]

¿Quién entra en la UCI?

De Antonio Romero Medina En estos días en que la presión asistencial generada por el Covid-19 decrece parece un buen momento para hacer unas breves consideraciones sobre las herramientas con las que la comunidad médica ha dado respuesta a la pregunta económica por excelencia: la asignación de recursos escasos entre fines alternativos. En este sentido, [leer más ...]

El tiempo que ellos deciden, amigos

La construcción o advenimiento de una escalada de crisis global de especial virulencia en España ha adquirido forma, como todo el mundo sabe, en el estrechísimo plazo de tiempo de un mes. Para salir de esta crisis repentina se previeron, en el más inmediato y reciente pasado, distintos escenarios gráficos de desescalada; en V, con una velocidad idéntica de caída y resurgimiento de la economía. En U, con un lapso de tiempo entre dicha caída y el resurgimiento. Y en L, sin recuperación en el corto y medio plazo tras el vertiginoso descenso. Tal y como se puede observar, en todos estos escenarios la variable clave y fundamental es el tiempo. Actualmente, nos encontramos en un momento en el que todas las miradas ya están puestas en la fase de la desescalada, esto es, en la determinación de la variable clave: cuánto tiempo será necesario invertir para que la población no sufra en términos ecónomicos las consecuencias de la pandemia. Como se puede fácilmente intuir, la importancia de esta cuestión es extraordinaria, pues de la misma se derivan repercusiones en términos de desempleo, pobreza o intensidad de sacrificios, que tienen una incuidencia crucial en el estado de bienestar. Desafortunadamente, parte de los principales estamentos oficiales del sistema, FMI, Banco de España, periodistas del mainstream económico, etc… ya han dictaminado cuál será el escenario de recuperación previsto; en L: con un gran requerimiento de tiempo para el retorno a la situación previa. Sin embargo, los fundamentos económicos no justifican que eso deba ser así. Científicamente, si se quiere, no hay razones de peso suficientemente objetivas para determinar que España deba afrontar una travesía en el desierto y otras economías golpeadas igualmente por la pandemia no. Entre otras cosas, todavía hay que conocer el plan económico que el gobierno vaya a plantear, […]

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lunes, 20 de abril de 2020

La mutualización de la deuda pública por la crisis del COVID-19 (I): Por qué, para qué y cómo

  De Marcel Jansen y Juan F. Jimeno Ante la ingente necesidad de recursos necesarios para mitigar el impacto económico de la crisis del COVID-19, estos días se está discutiendo mucho y muy intensamente sobre la conveniencia de mutualizar la deuda pública entre los países de la UE mediante la emisión de “coronabonos” o “eurobonos”. [leer más ...]

La trampa del sentido de Estado

“Vamos a vivir tiempos duros, reivindico un pacto, permanezcamos unidos”. Esta es la confirmación definitiva de aquellas advertencias lanzadas primero desde los mass media, luego desde los organismos internacionales y finalmente desde las ruedas de prensa institucionales. La historia se repite para dar por sentada una nueva crisis -con mayúsculas- que lo va a arrasar todo, que nadie va a cuestionar, que va a ser culpa de la UE, y ante la cual la estrategia pasará por unos denominados “pactos” vinculados, erróneamente, al siempre grandilocuente y manipulado sentido de Estado. La misma música, con idénticas referencias a la unidad, que lanzara la pasada década el infame Partido Popular, cuando tras la asfixiante crisis financiera hizo un llamamiento institucional a la grandeza y al sacrificio de todos los españoles para salvar la riqueza y el estatus de los cuatro dueños del país. Y ahora, con el PSOE al frente, sin haber digerido todavía por completo aquella crisis fatal, con una tasa de paro en el 15%, pero actuando políticamente como si eso fuera lo normal y “aquí no hubiera pasado nada”, vuelven las apelaciones a la unidad y a esa supuesta hermandad de partidos que toda la ciudadanía debería respaldar, porque “esta nación se va sobreponer heroicamente a las adversidades si gobierno, oposición y sociedad arriman el hombro y se ponen del mismo lado”. El riesgo de que se reproduzcan de manera literal otra vez los mismos errores del pasado -aquellos sobre los que cada nueva crisis se abre el debate acerca de la posibilidad de su superación o no- es tan elevado que muy probablemente llegará también aquello de “os pido paciencia para que podáis obtener la merecida recompensa cuando todo haya pasado”. A lo que faltaría añadir: “exactamente cuándo aún no lo podemos precisar, pero sed conscientes de que será […]

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El tiempo es oro cuando se trata de una pandemia

Catalina Amuedo-Dorantes, Cristina Borra, Noelia Rivera y Almudena Sevilla En una entrada reciente de este mismo blog, Libertad González y Ana Rodríguez comentaban que las cifras de mortalidad en España podrían haber sido otras caso de no haberse llevado a cabo medidas de confinamiento o de haberse implementado éstas de un modo menos estricto. Algunos [leer más ...]

domingo, 19 de abril de 2020

La (des)ventaja para las arcas públicas de ser municipio turístico (tras el coronavirus)

Por Juan Luis Jiménez El turismo ha sido considerado habitualmente como una solución para aumentar los ingresos públicos de las corporaciones locales, además de promover la actividad económica (Wong, 1996). No obstante, algunos autores señalan el impacto evidente que tienen las actividades turísticas sobre el gasto público estándar en cualquier municipio, dado que se debe [leer más ...]

viernes, 17 de abril de 2020

La fase de transición de la crisis del COVID-19: Una guía para la política económica (Webinar)

¿Qué características tiene la crisis del COVID-19? ¿Cuáles deberían ser los objetivos de las políticas económicas en esta fase de la crisis? ¿Cómo afrontar los retos económicos y sociales derivados de la pandemia? ¿Qué restricciones han de tenerse en cuenta y en qué medida países desarrollados y países en vías de desarrollo difieren en sus [leer más ...]

La efectividad de las medidas de confinamiento en Europa

Juan Prieto-Rodríguez, Universidad de Oviedo Rafael Salas, Universidad Complutense de Madrid e ICAE En un reciente trabajo de Orea y Álvarez (2020), se evalúa el número de personas que no se han infectado y las vidas que se han salvado estableciendo el confinamiento obligatorio en España el pasado 14 de marzo. Estos autores calculan también [leer más ...]

jueves, 16 de abril de 2020

La salida de la crisis por el ‘pasillo estrecho’. En el bote salvavidas

Por Vicente Ortún (UPF, Barcelona), Ricard Meneu (FIISS, Valencia), Salvador Peiró (FISABIO, Valencia), Beatriz González López-Valcárcel (ULPGC, Las Palmas de GC) La pandemia que aún nos asuela y la crisis económica derivada de ella visualizan dramáticamente, incluso para quienes prefieren olvidarlo, la necesidad en estas situaciones de un Estado con capacidad resolutiva para potenciar tanto [leer más ...]

Un evento desconocido y otros 4 factores más para explicar la debacle laboral de España (tal vez deseada por el FMI)

Alemania; contracción del PIB en 2020: 7%. España; contracción del PIB en 2020: 8%. Estos son los datos macroeconómicos barajados por el FMI al término del año. Prácticamente similares. Desoladores, a priori, en ambos casos. Sin embargo, tal como se apuntaba ayer en este blog (independiente y de suscripción gratuita), las repercusiones laborales y sociales que proyecta el FMI en España serán hasta nueve veces más ásperas que en Alemania. ¿Por qué? La verdad es que la razón no está nada clara. Atendiendo a la evolución que presumiblemente experimentará el PIB en las potencias europeas, los efectos en el desempleo deberían ser igualmente contundentes en unos países u otros. Algo que el FMI no está precisamente indicando tal y como estamos señalando. En ocasiones la realización de estimaciones se sustenta no tanto en datos objetivos sino también en la expresión de deseos o juicios intuitivos que son formulados, según también se indica desde algunos, no pocos, sectores críticos con estos organismos, con la finalidad de presionar y justificar la adopción de políticas, que no en otras pocas ocasiones, conducen a realidades que se ajustan finalmente a dichas estimaciones. En cualquier caso, aquí van 4 hipótesis que el FMI podría estar barajando e incluyendo en sus modelos para estimar que España sufrirá como ninguna otra potencia económica de Europa los efectos del Covid-19. Un evento desconocido, oculto y con repercusiones exclusivamente negativas en España Dentro del apartado de los factores y las conjeturas que explicarían la debacle laboral que para España supondría este inicio de ciclo de confinamiento, hibernación o como se quiera denominar, se encontraría una prolongación de los efectos del coronavirus en España durante 2020, de efectos más devastadores para su población, su sanidad y en definitiva su economía que en el resto de potencias europeas. Una dilación en la […]

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¿Son los Seminarios Virtuales el Futuro?

Para los que estamos en el mundo académico los seminarios son una parte esencial de nuestra investigación. En el ámbito de la economía, es habitual que la facultades y departamentos organicen varios seminarios semanales. En ellos se invita a un investigador de otra institución para que presente uno de sus trabajos recientes ante profesores y [leer más ...]

miércoles, 15 de abril de 2020

Un Ingreso Mínimo Vital de Carácter temporal frente al COVID-19

José Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz) Esto días se está hablando mucho sobre la introducción de un Ingreso Mínimo Vital de carácter temporal. En este post voy a tratar de argumentar porque creo que, en estos momentos, sería una buena idea. En primer lugar, según diversos organismos internacionales (ver figura 1), España tiene un importante problema de [leer más ...]

¿En qué es diferente la crisis económica del coronavirus de la gran recesión?

Paco Alcalá (Universidad de Murcia, Ivie y CEPR) Para muchos ciudadanos, la referencia para entender lo que puede significar una crisis económica como la que está desatando el COVID-19 es la Gran Recesión iniciada en 2008. El último documento de la serie COVID-19: IvieExpress (aquí) compara estas dos crisis con el fin de hacer comprensible [leer más ...]

Alarma económica; el FMI proyecta una crisis laboral en España nueve veces superior a la alemana

Alarma y desconcierto económico. Esto es lo que ha añadido la última proyección del FMI para la Zona euro tras la reciente publicación de un estudio que prevé una crisis de desempleo nueve veces superior en España con respecto a Alemania. Dicho estudio, del que la mayoría de los medios económicos se ha hecho eco, apunta a caídas generalizadas del PIB en las cuatro primeras economías europeas, de entre el 7% y el 9% para el año 2020. Sin embargo, en relación a los efectos que estas caídas podrían generar en el mercado laboral de cada economía, el FMI proyecta diferencias abismales. Así, en Alemania la presumible caída del PIB – de un 7%- originaría un aumento de su tasa de población desempleada de 0,7 puntos, mientras que en España el descenso proyectado del PIB -8%- ocasionaría un aumento de 6,7 puntos en la tasa de desempleo, un aumento más de nueve veces superior al de Alemania. El brutal y desconcertante aumento del desempleo en España con respecto a Alemania adquiere una magnitud más alarmante al observar la desigualdad de los efectos que prevé el FMI no en las variaciones sino en los niveles concretos de tasa de paro en ambos países. De esta manera, mientras en Alemania el porcentaje de población económicamente activa sin trabajar en 2019 fue del 3,2% y tras la crisis del COVID-19 esta tasa se elevaría tan solo hasta el 3,9% en 2020, en España el escenario contemplado supondría pasar de una tasa de desempleo del 14,1% en 2019 a otra del 21% en 2020, originando, de nuevo, tras el reciente precedente de la década del 2010, realidades económicas y sociales absolutamente injustas, dispares y abismales dentro de la Unión Europea.

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martes, 14 de abril de 2020

La mortalidad por covid-19 en perspectiva histórica

Por Libertad González y Ana Rodríguez

Hace unos días se hizo pública esta herramienta para acceder a los datos nacionales de mortalidad diaria procedentes de registros civiles, a tiempo real. Hasta ese momento, los investigadores teníamos que esperar a que el Instituto Nacional de Estadística publicara los datos anuales de mortalidad, con meses de retraso, como ya mencionábamos en nuestra entrada anterior sobre la letalidad del covid-19 por sexo.

Los datos de mortalidad diaria están disponibles para los últimos dos años. Con ellos hemos generado la figura 1, que se ha difundido en varios medios (por ejemplo aquí), y que muestra un pico muy grande en el número de fallecimientos a nivel nacional en la segunda mitad de marzo. En esta entrada combinamos estos datos con los históricos de mortalidad del INE, para estudiar en qué medida el pico de este mes de marzo es realmente excepcional.

Figura 1. Número diario de defunciones en España, abril 2018- marzo 2020 (MoMo)

Nota: En todos los gráficos de esta entrada, usamos los datos de MoMo disponibles a fecha de 14 de abril de 2020.

Es importante resaltar que los datos que presentamos en esta entrada incluyen todas las muertes registradas en España, por todas las causas. Es decir, se incluyen tanto los fallecimientos atribuidos directamente al covid-19 (de pacientes diagnosticados), como el resto de fallecimientos por cualquier otra causa. Esto nos permite esquivar los problemas de medición que presentan las estimaciones diarias de muertes por coronavirus.

En la figura 1 se observan dos picos de mortalidad anteriores al actual, en enero de 2020 y 2019. Enero suele ser el mes del año con más defunciones en España, lo cual se relaciona con la gripe estacional de cada invierno. El pico del covid-19 en marzo de 2020 es claramente muy superior a los dos anteriores, superando las 2.400 muertes diarias frente a máximos en torno a 1.500 en los eneros previos.

El New York Times presentaba la semana pasada un gráfico similar para la ciudad de Nueva York, pero con las muertes agregadas a nivel mensual, y datos desde el año 2000 (figura 2). Se observa muy claramente cómo marzo de 2020 es verdaderamente excepcional en perspectiva histórica, superando con mucho incluso el pico de muertes del 11 de Septiembre de 2001.

Figura 2. Número mensual de defunciones en la ciudad de Nueva York, 2000-2020

A continuación realizamos un ejercicio similar con los datos de España. En la figura 3 combinamos los datos del MoMo para los últimos dos años con los históricos de partidas de defunción del INE desde el año 2000, para comparar la mortalidad de marzo de 2020 con la histórica mensual para España (un gráfico similar se publicaba ayer aquí).

Hay que tener en cuenta que los registros de los que se nutre el MoMo solo cubren al 93% de la población, por lo que puede haber una pequeña infraestimación respecto a los datos del INE. En cualquier caso, el objetivo es comprobar si el pico actual es comparable a picos anteriores o no, con una perspectiva de más largo plazo.

La figura 3 muestra, quizá sorprendentemente, que las cerca de 50.000 defunciones registradas en marzo de 2020 no son tan excepcionales. El pico de este marzo a nivel nacional es comparable en magnitud a los meses de enero de 2005, 2015, 2017 y 2018. Esto no se percibía en la figura 1 de muertes diarias, porque la serie empezaba en abril de 2018.

Figura 3. Número mensual de defunciones en España, 2000-2020

¿Quiere decir esto que estamos ante una mala temporada de gripe cualquiera? Desde luego que no. Lo que ocurre es que las defunciones por coronavirus están muy concentradas geográficamente, lo que hace que el pico parezca menos pronunciado al agregar todas las regiones. La figura 4 muestra el histórico mensual para la Comunidad de Madrid, la región de España con más muertes por coronavirus registradas.

Figura 4. Número mensual de defunciones en la Comunidad de Madrid, 2000-2020

El gráfico para Madrid sí muestra un pico sin precedentes, con una mortalidad mucho mayor que cualquier otro mes durante los últimos 20 años (casi el doble que el anterior máximo registrado, en enero de 2015). Este pico se observa entre las personas mayores de 65, pero también (en menor medida) entre los más jóvenes (figura 5).

Figura 5. Número mensual de defunciones en la Comunidad de Madrid por grupos de edad, 2000-2020

Máximos insólitos se observan también en algunas otras comunidades, como Castilla La Mancha (Figura 6) y, en menor medida, Castilla y León, La Rioja y Navarra.

Figura 6. Número mensual de defunciones en Castilla La Mancha, 2000-2020

Sin embargo, Cataluña, a pesar de ser la segunda región con más casos, no presenta un pico mayor al de enero de 2018 o 2017 (Figura 7).

Figura 7. Número mensual de defunciones en Cataluña, 2000-2020

Con estos gráficos pretendemos ilustrar dos conclusiones. Primero, el gráfico nacional con datos de mortalidad diaria del MoMo presenta una visión parcial de la variabilidad histórica en la mortalidad a lo largo del año en España. En años recientes se han vivido inviernos con picos importantes de magnitud comparable al actual a nivel agregado.

Segundo, la mortalidad por covid-19 se encuentra muy concentrada geográficamente, más de lo que los números absolutos parecen indicar. La comparación con los datos históricos de mortalidad muestra que el brote de Madrid es mucho más importante en magnitud que el de, por ejemplo, Cataluña. Es cierto que sería útil poder mostrar los datos a nivel de área metropolitana además de a nivel regional, ya que es posible que Barcelona ciudad presentara una imagen más comparable a la de Madrid.

También es importante mencionar que la mortalidad observada en marzo (y abril) de este año es la ocurrida en una situación en que el país se encuentra confinado desde el 14 de marzo. Un escenario diferente, por ejemplo, con un grado de confinamiento menos estricto, habría resultado en cifras de mortalidad distintas, probablemente aún más elevadas.



lunes, 13 de abril de 2020

Tres elefantes en la habitación: Las consecuencias distributivas del confinamiento

De Alexander Ludwig, Universitat Autònoma de Barcelona; Goethe Universität Frankfurt; SAFE; CEPR

Version en inglés: aquí

Como economista científico que reside temporalmente en Barcelona y observa desde la barrera el actual debate político en España, siento que el enfoque casi exclusivo en la perspectiva epidemiológica de la crisis del coronavirus que domina el debate merece más comentarios. Mi reacción inmediata, a aquéllos que están totalmente de acuerdo en que la continuación de una política estricta de confinamiento es el único camino por delante durante un período de tiempo desconocido, es que rara vez en la Teoría Económica una solución extrema conduce a un resultado óptimo. Claramente abrir gradualmente -pero urgentemente- la economía tal y como he propuesto con mis coautores en este blog y en este artículo no está libre de riesgos. Pero tampoco está libre de riesgos continuar con la actual política estricta de confinamiento. Como proponíamos en ese artículo, nuestra propuesta para avanzar sería resolver el trade-off entre el riesgo de una nueva ola de infecciones y el riesgo de graves consecuencias económicas y sociales que comportaría un confinamiento prolongado, minimizando ambos riesgos.

Dado que me parece que muchos responsables políticos aún no se han dado cuenta, quiero poner el énfasis en los tres elefantes que hay en la habitación. Tienen que ver con las consecuencias perjudiciales distributivas de un confinamiento prolongado.

Redistribución intra-generacional. Sin dudas, el bloqueo tiene enormes costes económicos agregados, pero claramente afecta a diferentes hogares e individuos de manera muy diferente. Los más afectados son los trabajadores poco productivos, los autónomos, los propietarios de pequeñas empresas y las personas que se ganan la vida con actividades económicas en el mercado negro. Un problema no tenido en cuenta en el debate es que una política de confinamiento prolongado conduce a una doble ineficiencia económica: reduce la base imponible general (menor recaudación fiscal) y al mismo tiempo aumenta el número de beneficiarios de asistencia social (mayor gasto social). Por lo tanto, financiar el pago de transferencias a través de instrumentos fiscales que crean distorsiones adicionales en la economía será muy costoso.

Aún más alarmante es que el 18% de la población afectada negativamente por la política de confinamiento son niños (menores de 18 años), entre los cuales más del 30% están en riesgo de pobreza y exclusión social, ver aquí. Estos niños ahora no reciben suficiente educación ni suficiente tiempo y espacio para el ejercicio físico con consecuencias nefastas para su futuro bienestar social y económico, y para su salud. Esto conducirá a consecuencias negativas a largo plazo sobre los resultados educativos y la distribución de los ingresos en la sociedad.

Redistribución inter-generacional. Combatir las crisis sanitaria mediante un confinamiento total para proteger especialmente a los ancianos y débiles, que son los que tienen los mayores riesgos de salud y la tasa de mortalidad más alta, conlleva enormes costes económicos y sociales para los jóvenes. Sin duda, adherirse a una perspectiva Kantiana requiere todas las medidas necesarias para proteger a los ancianos y débiles. Aún así, esto no implica que una solución extrema sea óptima. Teniendo en cuenta las pérdidas de utilidad potencialmente enormes señaladas anteriormente, en particular para los jóvenes y entre ellos para los niños de hogares socialmente desfavorecidos, tenemos que analizar también la perspectiva utilitarista. Esta perspectiva podría sugerir que las pérdidas de utilidad para los jóvenes con elevada esperanza de vida son mucho mayores que las ganancias de salvar unos pocos años de vida de los más ancianos. Sin embargo, estoy convencido de que no es necesario que haya que resolver un trade-off aquí. Con un enfoque prudente para desbloquear la economía y con la confianza de que la mayoría de la población cumplirá con todas las medidas de precaución, la sociedad minimizará el riesgo de una nueva ola de infecciones (y por lo tanto protegerá a los ancianos y débiles), y al mismo tiempo minimizará los costos sociales y económicos de la crisis (y por lo tanto protegerá a los niños y jóvenes).

El enfoque en las implicaciones para la redistribución inter-generacional también es de particular interés, porque hay límites para la distribución de los ingresos como se enfatizó anteriormente. Por lo tanto, los pagos de transferencias tendrán que financiarse asumiendo una nueva deuda pública. Al mismo tiempo la crisis llevar a una enorme reducción de la producción económica. Como resultado, la economía española experimentará un fuerte aumento de la relación deuda/PIB (consulte nuestro artículo anterior por un cálculo optimista). Financiar esta deuda significará mayores impuestos o menores gastos del gobierno en el futuro, golpeando nuevamente a los jóvenes y generaciones futuras. Podría ser también que parte de la carga económica adicional se financiará mediante la reducción de las pensiones actuales. Sin embargo, es muy probable que este efecto sea menor que la carga impositiva adicional sobre las generaciones más jóvenes. Por lo tanto, no solo existe una doble ineficiencia económica causada por la distribución entre las generaciones que viven hoy o en los próximos años, sino también una doble fuerza negativa de redistribuir los recursos económicos de los jóvenes a los más viejos.

Distribución entre países. Finalmente, uno puede argumentar que no hay ningún problema en absoluto mientras los vecinos europeos ayuden. Sin embargo, existen límites severos para este argumento, como lo demuestra no solo la discusión en curso sobre los coronabonos (deuda solidaria) y otras transferencias de rentas. Primero, hay restricciones políticas que limitan la distribución entre países y esta ayuda – en caso de darse – nunca es gratis. Segundo, Europa en su conjunto se enfrenta a una restricción inter-temporal de recursos y aún no sabemos si los países menos afectados se verán afectados más tarde. Tercero, después de todo, dada la naturaleza inter-temporal (diacrónica) del problema, alguien tiene que pagar la factura, es decir, las generaciones jóvenes y futuras.

Conclusión. Si bien desbloquear la economía no está exento de riesgos, seguir una política estricta de confinamiento también es arriesgado y costoso. Para resolver este trade-off o dilema, España tiene que comenzar una política prudente para desbloquear la economía desde ahora.



Lecciones de la Gripe de 1918 para los países en desarrollo

De Amanda Guimbeau (estudiante de doctorado en Brandeis University), Nidhiya Menon (economía, Brandeis University), y Aldo Musacchio (Brandeis International Business School y NBER).

Fuente: "A gazeta de notícias", Rio de Janeiro, 1918.

Conforme se ha difundido la epidemia de Covid-19 en el hemisferio norte, es natural preguntarnos cuál será el efecto de la misma en países en desarrollo en el hemisferio sur. Hasta ahora en el hemisferio la transición entre el verano y el otoño no nos ha permitido ver el impacto que tendrá la difusión del COvid-19 en países con sistemas de salud más desorganizados y con menos recursos en un entorno de clima frío, que esperaríamos que sea más conducente a la transmisión del coronavirus. Sin embargo, la propagación del Middle East Respiratory Syndrome (MERS) en Arabia Saudita en el verano del 2014 demostró que la tasa de transmisión de virus similares no necesariamente es inversamente proporcional a la temperatura.  De cualquier manera, los investigadores y epidemiólogos han tratado de adoptar una visión de largo plazo para ver si la evidencia de la llamada Gripe Española de 1918 puede ofrecer lecciones para entender lo que puede pasar en países en desarrollo en el hemisferio sur.  En este texto usamos nuestra experiencia investigando la Gripe Española en el estado de Sao Paulo, en el sureste de Brasil, en donde hemos estudiado las consecuencias demográficas, de salud y en otros indicadores como productividad y educación, tanto en el corto como en el largo plazo, en un trabajo publicado en el NBER (aquí).  Creemos que nuestra investigación puede dar algunas lecciones interesantes para entender los posibles efectos de la pandemia de Covid-19 hoy en día.

La experiencia de Sao Paulo, Brasil, en 1918 tiene por lo menos tres lecciones relevantes que pueden servir en la realidad del 2020. Primero, la distancia geográfica y el clima son barreras ineficaces para combatir una pandemia en un mundo globalizado. En 1918, aún con toda la información que tenía el gobierno de Sao Paulo (y de Brasil) sobre las mejores prácticas para combatir a la influenza en Estados Unidos y Europa, donde el virus H1N1 tuvo una primera onda en marzo de 1918, la epidemia se propagó rápidamente entre septiembre y diciembre de ese año—esto sin importar que esto sucedió durante la primavera del hemisferio sur. Las autoridades brasileñas sabían que era importante aislar a los enfermos por días, sino semanas (#cuarentenacoronavirus), que era importante cerrar eventos públicos, abrir nuevas camas de hospital en gimnasios y escuelas, y que una forma de minimizar el contagio era también tener equipos médicos que atendieran a los enfermos en casa. Se tenía también conocimiento de la importancia de la vacuna contra la neumonía y lo importante que era para reducir muertes por influenza. Sin embargo, nada de esto sirvió para parar la entrada del virus H1N1 en 1918 en diferentes navíos que llegaron de Europa y África. En Sao Paulo, en el puerto de Santos fueron barcos que regresaban de Europa después de la primera guerra mundial los que llevaron el virus. En octubre y noviembre de 1918 el virus se propagó hacia el interior del estado rápidamente, infectando a un gran porcentaje de la población y matando a casi 36,400 personas solamente en los últimos tres meses del año. Diferentes estimaciones del impacto de la Gripe Española calculan que infectó a casi tres cuartos de la población en la capital del Estado (el libro de Bertolli es uno de ellos). Es decir, pese a la información no se logró aplanar la curva de difusión de la pandemia (#flattenthecurve).

La segunda lección que aprendimos de nuestro trabajo sobre la epidemia de influenza de 1918 es que en países en desarrollo, donde no se tienen centros médicos con personal cualificado y en donde no se tenía una metodología clara para diagnosticar los casos de gripe y sobre todo las muertes causadas por el virus de la pandemia, se cometieron errores graves que minimizaron el problema, subestimaron el número de enfermos y de muertos por la misma, y por ende facilitaron la difusión de la enfermedad. En los anuarios estadísticos de la época notamos que hubo un aumento rápido en las muertes por causas respiratorias en 1918, pero también un pico en muertes por causas desconocidas. Comparamos estas muertes en meses similares de otros años y definitivamente notamos un aumento en el “exceso” de muertes causadas por la gripe y en las muertes por causas desconocidas. De hecho, cuando sumamos las muertes por causas desconocidas a las muertes por enfermedades respiratorias nos dimos cuenta del margen de error en la estimación del impacto de la Gripe Española. En la Tabla 1 mostramos como, usando sólo las muertes por causas respiratorias, el estado de Sao Paulo no parece un caso muy drástico comparado con ciudades en Estados Unidos para las cuales tenemos datos. Pero una vez que sumamos las muertes por causas desconocidas de 1918 y asumimos que pueden haber sido muertes relacionadas con la Gripe (por acelerarse solamente durante el periodo en que atacó la Gripe Española), vemos que el estado de Sao Paulo muestra una epidemia tan grave como la de las peores ciudades de Estados Unidos. Ahora, la desviación estándar entre los diferentes municipios de Sao Paulo muestra un escenario alarmante, ya que es tan grande como la media y está correlacionada tanto con el número de centros de salud como con el nivel de pobreza. Esto podría implicar, hoy en día, que tanto en lugares en el sur de África como en el bloque Andino en Sudamérica el nivel de mortalidad por el Covid-19 puede ser extremadamente alto una vez que tomamos en cuenta la interacción con el nivel de ingreso y la calidad del sistema de salud (ver por ejemplo lo que está pasando en Guayaquil).

Tabla 1. Muertes por la Gripe Española (por 1000 habitantes) en 1918, Sao Paulo vs. Ciudades de Estados Unidos

Fuente: Crosby, Alfred W. America's forgotten pandemic: the influenza of 1918 (Cambridge University Press, 2003), y para Sao Paulo usamos el Anuario Estatistico de Sao Paulo, (Sao Paulo, Typ. Do Diario Official, 1918).

La tercera lección de nuestra investigación es que las consecuencias de la Gripe Española en Sao Paulo fueron peores para las mujeres que para los hombres. Esto nos sorprendió porque la tasa de mortalidad fue más alta para los hombres que para las mujeres. Sin embargo, descubrimos que las tasas de alfabetización entre mujeres y hombres favorecen a los segundos (para individuos de más de 15 años de edad) en el corto y en el largo plazo. Hay por lo menos tres posibles explicaciones de este resultado. Primero, como murieron más hombres relativamente jóvenes (la epidemia tuvo tasas de mortalidad más altas en adultos entre 35 y 70 años), las estadísticas de educación mostraron mejores indicadores para los sobrevivientes. También puede ser que como más hombres murieron en útero, los sobrevivientes fueron más fuertes y probablemente tuvieron mejor desarrollo humano y educación. Por último, puede ser que las familias sobrevivientes decidieron invertir más en los hijos varones sobrevivientes que en las mujeres, ya que los primeros podían eventualmente trabajar y contribuir al ingreso familiar, esta evidencia es consistente con lo que encontró John Parman en su estudio para Estados Unidos y evidencia reciente sobre el Tsunami en Indonesia.

En resumen, las lecciones de la epidemia de gripe en 1918 para los países en desarrollo hoy son tres. Primero, que la pandemia de COvid-19 puede tener un impacto serio, aun en lugares que están aislados geográficamente y que tienen climas más calientes. En esos lugares lo que puede determinar el impacto del Covid-19 a fin de cuentas es la interacción entre la pandemia y la calidad del sistema de salud y el acceso de la población al mismo. En segundo lugar, dada la calidad del entrenamiento médico y el bajo acceso a pruebas para los enfermos, es posible que en países en desarrollo se subestime el impacto de la pandemia y que se termine congestionando los sistemas de salud por la mala información. El ejemplo que nos viene a la mente es el caso de México, en donde las autoridades minimizaron la difusión del Covid-19, decidieron no hacer pruebas en gran escala, y están sufriendo con un aumento inesperado en la demanda de servicios de salud, sobretodo de cuidados intensivos. Finalmente, en países en desarrollo en donde los hijos varones juegan un papel importante en el ingreso familiar, es posible que las mujeres terminen más afectadas en el largo plazo una vez que las familias decidan invertir más en los varones sobrevivientes que en las niñas.

*Queremos agradecerle a Andre Lanza el fantástico trabajo como asistente de investigación para nuestro artículo.



domingo, 12 de abril de 2020

Una herramienta para elaborar tu propio escenario del impacto del Covid-19

Por José Ignacio Castillo Manzano y Diego José Pedregal Tercero

Posiblemente no hay pregunta económica más relevante en estos momentos que intentar estimar cuál será el impacto sobre los agregados macroeconómicos de las medidas que se están tomando para frenar la pandemia del SARS-CoV-2.

A priori, estos impactos sobre la economía son múltiples y de muy difícil medición. Aunque se pueden agrupar según afecten al frente sanitario o económico del conflicto (a la espera de que probablemente se abra un nuevo frente político). En el primero, tenemos todas las medidas que suponen un incremento significativo del gasto público para mejorar la capacidad de respuesta de nuestro sistema sanitario, con el objetivo último de minimizar el número de muertos. Como, por ejemplo, compras en un mercado internacional con exceso de demanda de material higiénico-sanitario específico para la pandemia, incluidos los tan necesarios test (aquí se subraya la utilidad de los mismos); levantar hospitales de campaña (aquí se remarca la nueva pericia china en estas lides) u hoteleros (aquí), o fortalecimiento de la plantilla de profesionales sanitarios con, en teoría, 52.000 nuevos sanitarios (aquí se habla sobre la dificultad de encontrar a dichos sanitarios).

Mientras que el frente económico inicialmente comenzó con los problemas del sector turístico vacacional y de congresos; posteriormente se le sumó un efecto riqueza adverso por el desplome de los mercados de valores, hasta que se decidió, mediante el estado de alarma, poner en coma inducido a la economía (aquí se habla de por qué es mejor la metáfora del coma inducido que la de hibernación) y esperar un posterior efecto Lázaro que permita su resurrección, una vez que controlada la pandemia. En este último paso, los efectos económicos adversos son generalizados pero dispares. Por ejemplo, es de esperar que sean menores en la distribución comercial que en la hostelería.

En todo caso, la situación es tan sumamente complicada y tan imprevisible que se puede calificar de auténtico “cisne negro”, siguiendo la terminología de Nassim N. Taleb. Los “cisnes negros”, por definición, no son predecibles ni en su inicio, ni en su duración, ni en las consecuencias que puedan tener posteriores. Esto lo entendemos hoy muy bien que estamos sufriendo el doloroso proceso en carne propia.

Cuando hablamos de econometría, estas consideraciones nos llevan a constatar que no podemos confiar en demasía en ningún modelo. Mención aparte merece la inteligencia artificial, pero sus modelos tampoco son aplicables, puesto que son buscadores de patrones y el problema es que en este caso no hay patrones definidos en este momento.

En este contexto de oscuridad e incertidumbre, lo más prudente es plantear distintos escenarios con distinta severidad. En todo caso, se debe aplaudir el esfuerzo que diversos economistas a título individual e instituciones están realizando para ofrecer algo de luz.

Entre estos aventureros de un territorio inexplorado y por orden cronológico podemos citar:

1.Las predicciones yogurt, por su limitada fecha de caducidad, de la OCDE: El día 2 marzo la OCDE actualizó sus predicciones del pasado noviembre con un conjunto de dos nuevos escenarios, en el más probable, el crecimiento mundial sólo bajaría 0,5 puntos, pasando de su anterior previsión de noviembre del 2,9% al 2,4% y la Zona Euro pasaría del 0,8% predicho en noviembre a sólo un 0,4% (aquí). Sus escenarios posteriores ya son más pesimistas (aquí).

2.Las predicciones “regla de tres” de la Junta de Andalucía: posiblemente la más rápida de las Comunidades Autónomas que presentó un nuevo marco macroeconómico ha sido la Junta de Andalucía (aquí). Puede que esta eficiencia previsora haya estado condicionada por el perfil profesional del actual Consejero de Economía, Catedrático de Fundamentos Económicos de la Universidad de Granada (consultar aquí). Lo más llamativo de estas predicciones es su versatilidad a modo de Regla de 3. De forma que, por cada mes que se mantenga el Estado de Alarma, el PIB de Andalucía disminuirá 2,1 puntos porcentuales.

3.Las predicciones del bloguero Gurú: en esta categoría el pódium se las llevaría, por su difusión global (primero mediante WhatsApp, después en el ABC), por la claridad expositiva, por ofrecer el escenario social más completo y, por qué no, por ofrecer el dato más redondo, las de Martín Varsavsky y su 10% de caída para este año (aquí), aunque no se explica la metodología de cálculo. Otras opciones serían las del asesor económico del PP Daniel Lacalle y su también redondo 8% de caída, según él, determinado “en base a las previsiones de expertos independientes” (aquí).

4.Las predicciones basadas en modelos: en este segmento destaca un par de entradas de Nada es Gratis, una en la que se analiza los efectos de la crisis sin medidas paliativas (aquí), y otra en la que se estiman los efectos de las medidas adoptadas por el gobierno y las autoridades europeas hasta el 26 de marzo (aquí). Las conclusiones se basan en un modelo de equilibrio general dinámico y estocástico y cinco hipótesis que los mismos autores consideran razonables, pero optimistas. El escenario base arrojaría una caída del PIB del 4,7%, al que habría que añadir 0,5% si el confinamiento se alarga hasta el 18 de abril, un 3,4% si hay una pérdida mayor de confianza o un 3,8% si hay una pérdida mayor de capacidad productiva. Los autores no ofrecen la simulación si se produjeran las tres condiciones a la vez, que suponemos que no será la simple suma, puesto que los shocks están relacionados entre sí, pero la dicha suma produce escalofríos al superar el umbral del -10%.

El contrapunto está en las estimaciones que las medidas implementadas por las autoridades españolas y comunitarias. Los autores calculan que el conjunto de medidas incrementaría el déficit en 3,5 puntos porcentuales respecto al escenario sin pandemia, y el PIB pasaría de una caída del 4,1% a solo un 0,6%. En el caso del peor escenario en el que el PIB caía un 7,9%, esta se reduciría hasta el 4,5%.

En este contexto, cobra sentido los intentos de ofrecer escenarios futuros en función de una serie de predicciones individuales sectoriales. Un camino podría ser lo que ha hecho en Francia su Institut National de la Statistique et des Études Économiques (aquí) para medir los efectos de las medidas de confinamiento allí adoptadas. A partir de la agregación de los impactos sectoriales llegan de nuevo a una estimación modelo regla de tres, de forma que cada mes de confinamiento en Francia supondría una reducción de 3 puntos su PIB.

Siguiendo este último camino y en un escenario de excepcional incertidumbre, ofrecemos una herramienta que facilitará que cualquier economista, profesional o amateur, puede desarrollar su propia previsión en función del escenario que tenga en la cabeza. Se trata de un libro Excel que muestra la desagregación del VAB español por sectores productivos (primario, industria, construcción y servicios desagregados en siete ramas de acuerdo con la división del INE, ver figura más abajo) en los cuatro trimestres del año pasado y las hipótesis de crecimiento real del PIB para cada trimestre del 2020 respecto al mismo trimestre de 2019 (celdas de color verde oscuro). Por tanto, el usuario tiene que introducir, para cada uno de los cuatro trimestres, sus supuestos acerca de la tasa de crecimiento del VAB con respecto al mismo cuatrimestre del año anterior. La celda F3 ofrecerá la variación del PIB de 2020 respecto al de 2019. Aparte de la aplicación obvia consistente en hacer el cálculo de la variación del PIB, también permite poner números a la sensibilidad del PIB anual a las variaciones particulares que se quieran plantear en cualquiera de los sectores y trimestres.

Os podéis descargar nuestra herramienta aquí.

Por defecto, supuestos sobre las tasas de variación intertrimestral de cada componente del VAB que hemos introducido nos ofrecen un escenario de caída del 9,7%, con un reparto de la pérdida inspirado en el del INSEE.

La utilidad de esta herramienta puede ir más allá de la economía-ficción y creemos que puede ser una herramienta útil para acercar esta crisis sanitaria-económica a los alumnos que en estos momentos están desarrollando actividades de docencia virtual en los campus españoles en las asignaturas de Macroeconomía, Economía Española o Introducción a la Economía en múltiples grados, desde el propio de Economía hasta Derecho o Matemáticas, entre otros.

Es importante matizar que esta herramienta se centra únicamente en la variación del PIB. Por supuesto existen muchas otras variables macroeconómicas de interés, como desempleo, deuda o déficit públicos. Además, la herramienta se ofrece para realizar ejercicios sencillos de predicción en el que no se incorpora ninguna ecuación de comportamiento macroeconómico ni información pasada de otras variables que no sea el propio VAB del año 2019.

A todos los posibles usuarios les agradeceríamos nos manden su feedback a cualquiera de los dos autores (jignacio@us.es o diego.pedregal@uclm.es  o por Twitter a nuestro Grupo de Investigación en @aem_us).

 



sábado, 11 de abril de 2020

La crisis del Covid-19: La atrofia del Estado y los fallos del mercado (Webinar por Daron Acemoglu y Jean Tirole)

Durante este "fin de semana largo" que muchos estamos (y seguiremos) "disfrutando", abundan los seminarios (ahora, "webinars") sobre las consecuencias económicas de la pandemia causada por el Covid-19. Entre todos ellos, recomendamos uno organizado por la Royal Economic Society que tuvo lugar el pasado viernes 9 de abril y que contó con la participación de Daron Acemoglu y Jean Tirole, cuya reproducción en video es accesible aquí. 

Daron habla de la dinámica de las pandemias cuando interaccionan con comportamientos económicos y sociales, las políticas para hacer frente a colapsos de cadenas de suministros, las razones por las que algunas instituciones y relaciones sociales han favorecido que los Gobiernos hayan reaccionado tarde a la pandemia, y sus posibles implicaciones políticas y económicas en el largo plazo.

Jean explica cómo hacer frente al desastre económico en el corto plazo, cómo gestionar la crisis en el medio plazo (la sostenibilidad de la deuda pública que inevitablemente se va a acumular y cómo y quién debería pagarla) y, al igual que Daron, especula sobre la reconfiguración de los valores económicos y sociales que puede producirse, para concluir con algunas recomendaciones generales sobre cómo los Gobiernos deberían afrontar los muchos y difíciles retos de política económica causados por la crisis.

Y para los que se queden con apetito y tiempo, aquí se almacenan muchos más webinars, conferencias, charlas, etc., interesantes.

Ánimos y cuidados (para cuerpos y mentes).



jueves, 9 de abril de 2020

Política económica de tiempos de pandemia: No hay panacea

Antonia Díaz y Luis Puch

La reunión del Eurogrupo se cerraba ayer con acuerdo, a pesar de las posiciones de partida muy enfrentadas entre Italia (en la situación más delicada de la Eurozona) y Países Bajos (en la postura más rígida). Los acuerdos que se han tomado en esta reunión (y en las que están por venir) marcarán el rumbo de la Unión Europea y, en especial, de la Zona Euro, en el medio plazo. En este post queremos intentar dar una guía para la mejor comprensión de esas posiciones extremas, y para la valoración del acuerdo que se ha podido alcanzar: una asignación de 540 mil millones de euros para la crisis del Covid-19, sin coronabonos.

En un primer post hicimos una valoración del problema económico que acarrea la pandemia y la emergencia sanitaria consiguiente. En un segundo post desarrollamos la idea que nos parece clave: compartir riesgos (“risk-sharing”) mientras dure el parón de la actividad económica necesario para luchar contra la pandemia.

Nuestro propósito ahora es reflexionar sobre la política económica de tiempos de pandemia. Para ello, necesitamos identificar el shock económico y su mecanismo de propagación. Sólo entonces podremos escoger el mejor modelo para evaluar las acciones de política económica factibles. Por supuesto, hay variantes del modelo en función del aspecto particular de la crisis que queramos estudiar. La nuestra es una perspectiva macroeconómica que aplica a la crisis actual (no a otras) y a la eurozona (no a otros países). Antecedentes necesarios para este post están aquí, aquí, aquí o aquí, entre otros.

El shock y el modelo

Respecto al shock, el consenso es que la pandemia es un evento inesperado y transitorio, sobre el que la incertidumbre acerca del ajuste a la nueva situación de equilibrio pasa a un segundo plano. Algo que en la jerga macroeconómica se ha etiquetado como MIT shock (desde que Tom Sargent se quejó así de su simpleza). Dicho shock afecta negativamente al lado de la oferta (las empresas deben parar su actividad), pero se transforma rápidamente en una insuficiencia de demanda cuando las empresas cierran. El temor generalizado es que el impacto del shock (que está siendo muy fuerte) se prolongue y acabe desembocando en una crisis financiera y de deuda.

Para entender en el caso de España los parámetros de la gestión de la política económica frente a este shock es esencial el modelo que consideremos. Somos una pequeña economía abierta dentro de una unión monetaria en la que la política fiscal está parcialmente descentralizada. No solo eso, sino que cada uno de los países miembros de esa unión retiene su soberanía; lo que, a todos los efectos, quiere decir que pueden declararse en quiebra o repudiar su parte de cualquier deuda. Otra cosa sería el coste, pero hacerse, se puede. Es decir, estamos en una unión monetaria con la política fiscal descentralizada y donde los agentes (países) tienen la opción de incumplir sus compromisos (“limited commitment”). Puede suceder que lo que firmamos ayer, mañana no nos parezca razonable y queramos cambiarlo. Esto es un quebradero de cabeza a la hora de establecer mecanismos de mutualización entre países soberanos y es la razón por la que, de mutualizarse, los agentes quieren escribir contratos contingentes. La forma más simple de hacer esos contratos contingentes es la condicionalidad de la mutualización.

Emitir eurobonos: el remedio puede ser peor que la enfermedad

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, si se lanzara una emisión de eurobonos respaldada por la Hacienda de cada uno de los países de la eurozona, eso no querría decir que se mutualizara toda la deuda preexistente. La deuda previa del Reino de España pasaría a ser considerada deuda senior o preferente en los mercados mientras que la nueva emisión adquiriría categoría de deuda subordinada o junior. Esto sería así por la simple razón de que los mercados aplicarían diferentes probabilidades de impago a cada tipo de deuda. En particular, parece razonable suponer que el eurobono sería como la patata caliente: el último que quiera hacer impago sobre esa deuda se come el marrón. Puesto que los mercados lo saben, hacen inducción hacia atrás (los gobiernos que se oponen a los eurobonos también lo hacen). Por tanto, no está nada claro que el precio de los hipotéticos eurobonos en el mercado secundario fuera a ser menor que el que se está poniendo sobre la mesa para los fondos del MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad –ESM por sus siglas en inglés). Más en general, como señalaba Ramón Marimón el otro día en Agenda Pública: “un nuevo instrumento común, aunque tenga la calificación AAA, carecería de la liquidez de un mercado de bonos del MEDE ya establecido, por lo que es probable que la menor liquidez se traduzca en términos de financiación más costosos y menos efectivos.”

Es decir, el problema es qué ocurre con la deuda soberana preexistente en el momento en que se emiten los nuevos bonos mutualizados. Conviene tener presente, por ejemplo, que los gobiernos de la Unión Europea cerraron 2019 con unas emisiones brutas de bonos (y letras) por un valor cercano a los 2.5 billones de euros, de los cuales algo mas de 200 mil millones € (40 mil millones € netos) correspondieron al Reino de España. Es fácil calcular la cifra que nos costaría una decisión poco afortunada que implicara una caída importante y prolongada en la valoración por parte del mercado de las nuevas emisiones de bonos.

MEDE y BEI como un remedo de eurobonos

Y es que los eurobonos ya existen. El MEDE financia sus actividades emitiendo bonos de los que todos los países del euro son responsables conjuntamente. Junto con los bonos del BEI y de la Comisión, el volumen de bonos comunitarios en circulación es hoy de alrededor de 800 mil millones de euros. No es poco.

La cuestión que interesa a España es cómo se pueda utilizar los fondos MEDE y los del BEI para que no aumente el coste de la deuda. Actualmente el MEDE tiene 410 mil millones de euros disponibles. La propuesta acordada por el Eurogrupo pasa por que los países puedan acceder a líneas de préstamos del MEDE por una cantidad máxima equivalente al 2% de su PIB para hacer frente a la pandemia (costes directos e indirectos) por un total conjunto de 240 mil millones €. La propuesta actual de créditos del MEDE maneja diferenciales de entre 0.10 y 0.35 puntos básicos (respecto a tipos de interés casi tan bajos como los del bono alemán), y en un horizonte de 6 años, que una buena negociación podría llevar más lejos. Es difícil imaginar que un nuevo instrumento de deuda pudiera alcanzar esas condiciones. No está de más recordar que las medidas fiscales adoptadas en España suponen, de momento, el 0.7% del PIB y que el valor de los avales comprometidos hasta ahora llega al 9% del PIB. Es decir, en el corto plazo tenemos cobertura para los gastos de la emergencia sanitaria y una parte de los avales prometidos.

La cuestión espinosa ha sido la condicionalidad de los fondos. Los países que la exigen quieren una señal inequívoca de que los países receptores de los fondos MEDE no solo hacen “whatever it takes” para luchar contra la emergencia sanitaria y la crisis económica resultante, sino que lo hacen lo mejor posible para minimizar las pérdidas. De ahí que sea esencial el plan de política económica diseñado, para negociar la mejor condicionalidad posible. Eso se consigue si se muestra que hay capacidad recaudatoria futura. Por eso nos parece interesante la noticia sobre un documento interno del Ministerio de Economía donde se incluye la tasa digital para aumentar la capacidad fiscal de España. Queda, como siempre, para cuando se calmen las aguas, la necesaria reforma fiscal. Si los fondos MEDE funcionan como se espera, en el medio plazo se puede contar con los recursos del BEI (hasta 200 mil millones conjuntos según los planes del Eurogrupo) para ayudar al sostenimiento del tejido empresarial. Estos dos instrumentos, MEDE (corto plazo) y BEI (corto-medio plazo) pueden jugar el papel de la deuda mutualizada.

El tocino y la velocidad son diferentes

Por último, antes de criticar el alcance de las medidas adoptadas y saltar a palabras mayores, conviene no confundir la monetización de los déficits públicos con los así llamados (y escasamente implementados en la realidad) “helicópteros monetarios”.

Supongamos que el BCE pudiera adquirir bonos en la ventanilla del Tesoro del Reino de España. En el peor de los escenarios los nuevos bonos emitidos por el Tesoro alcanzarían la categoría de “bonos basura”, lo que haría bajar el precio de la deuda preexistente, con costes enormes para los tenedores de bonos. Pero no solo eso, sino que las posibilidades de refinanciación de la deuda soberana existente se reducen enormemente, si no es que desaparecen. Cuestión distinta es que el BCE comprara deuda corporativa como está haciendo intensamente la Reserva Federal de EEUU bajo condiciones muy precisas.

El helicóptero monetario es un mecanismo diferente. Este consiste en que el BCE, a través del organismo que considere, nos anota 1000 euros en nuestra cuenta corriente. Esto puede ser particularmente útil en las presentes circunstancias para ayudar a pymes, autónomos y personas más vulnerables, pero no es un mecanismo muy eficaz para ayudar a las empresas a mantener sus líneas de créditos y sistema de pagos (de ahí que se haya abierto el canal de los avales). A quien perjudica este mecanismo es a los tenedores de dinero (y a los acreedores privados), siempre que se ponga en marcha el mecanismo de las expectativas de inflación.

Ninguna de las dos posibilidades está contemplada en la reglamentación de la eurozona. Esto nos diferencia crucialmente de lo que puede hacer EEUU (que la leyenda urbana dice que monetiza más de lo que se cuenta) o el Reino Unido (que anunció ayer el inicio de las compras de deuda pública por el Banco de Inglaterra al Tesoro). Sin embargo, estamos seguros que los expertos del MEDE y del BCE están haciendo el calculo de los costes de cada una de las alternativas que hemos descrito antes como extraordinarias. A la eventual normalidad de dichas alternativas contribuiría la naturaleza del shock: transitorio y simétrico (aunque las capacidades de respuesta al mismo de los distintos países no lo sean). En todo caso, conviene tener muy claro que los costes serán financieros (para los tenedores de bonos y de dinero), sí, pero lo que es más importante, serán costes para los estándares de vida de los ciudadanos de los países afectados (para contribuyentes y receptores de transferencias netas). Los costes podrían llegar a ser enormes, tanto mayores cuanto menos éxito y peor diseñadas estén las políticas, aunque mucho menores que los costes de no actuar de manera extraordinaria llegado el momento, o de hacerlo demasiado pronto.

Es incuestionable que el temor a los déficits excesivos ha dado lugar a graves errores de política económica en el pasado. La inexistencia de un Tesoro europeo común exacerbó dichos temores durante la crisis de 2012, y puso de manifiesto la debilidad del diseño institucional en la Eurozona. Del mismo modo, la idea del helicóptero podría inducir a graves errores. En ambos casos lo único que importa es cómo se usan los recursos del Estado. Si el valor neto del activo que es sostenido por la intervención es positivo, ni los contribuyentes, ni los tenedores de bonos o dinero, tendrán que pagar. Por el contrario, si el valor neto de esas intervenciones es negativo, habrá que asumir las pérdidas que se realicen, y normalmente, con menos recursos públicos en el futuro. Por tanto, que las pérdidas se financien de una u otra forma es menos importante que elegir bien dónde se usan los recursos del Estado.

Vislumbre del infierno: La ruptura de la UEM

Hay algunas voces que alegremente plantean la salida de la zona euro, como si al recuperar la moneda propia se consiguiera esa fuente de recursos impositivos de la que ahora carecemos. Y no es así. De hecho, es peor. Ya lo sabemos, en 2012 estuvimos al borde del abismo. Al recuperar la moneda propia inmediatamente se volatilizaría una buena parte de la riqueza financiera del país… la de aquellos que no han podido sacar su riqueza fuera de nuestras fronteras porque el valor de la moneda nacional se desplomaría. No solo eso, sino que un gobierno acuciado por la necesidad de recursos lo hará de la forma más sencilla: acudiendo a la caja de las pensiones, por ejemplo. Todo esto lo hemos visto y lo hemos leído. Quienes más sufrirían esa salida del euro son las personas con menos recursos, los más vulnerables.

Esperando más del Eurogrupo

Los párrafos anteriores quieren poner de manifiesto que ninguna de las medidas alternativas al uso combinado de fondos MEDE y BEI es una panacea. Bien al contrario, son caminos espinosos que, guiados por buenas intenciones, nos pueden llevar al desastre. El Eurogrupo ha terminado con el acuerdo de un paquete de política fiscal coordinado: vía SURE, 100 mm €; BEI , 200 mm €; y MEDE, 240 mm €. La condicionalidad de los fondos MEDE es que esos fondos se usen para financiar los costes directos e indirectos de la crisis. A cambio, los países que hagan uso de ellos deben ajustarse a las reglas fiscales de la UE. Además, se ha acordado trabajar para la creación del "fondo de recuperación" por el que abogaba la ministra Calviño. Queda pendiente el calendario y el proceso de diseño de ese plan europeo para la recuperación de la pandemia. Para saber si en el futuro inmediato nos mantendremos en el ámbito de la política económica acordada o saltaremos al plano de las medidas extraordinarias, habrá que esperar a los detalles de ese plan de recuperación, sobre el que en este momento sólo hay un compromiso de llevarlo adelante. A la espera de la concreción de las medidas aprobadas, nos parece que el resultado es bastante bueno y un éxito para la posición negociadora de España dentro del Eurogrupo. De momento, podemos respirar aliviados. Veremos qué sustos nos deparan  las próximas semanas.



miércoles, 8 de abril de 2020

¿Aparque donde quiera? Residentes frente a Visitantes: efectos indeseados de la regulación del aparcamiento.

Por Daniel AlbalateAlbert Gragera

Cuando remita el maldito virus, los coches volverán a invadir las calles de nuestras ciudades y, más pronto que tarde, volveremos a discutir de sus efectos sobre la congestión, el medio ambiente, la salud pública y, en definitiva, sobre la calidad de vida. El Domingo permanente en el que la mayoría se ha sumido durante las semanas de confinamiento, supone un referente de comparación que sin duda permitirá evaluar muchos de estos efectos. Sobre ellos, este blog ha dedicado varias entradas, tanto sobre los problemas que se derivan del tráfico (ver aquí), como sobre las medidas públicas que se implementan o debaten para combatirlos (ver aquí, aquí, aquí, o aquí). Y, aunque existe consenso generalizado entre economistas sobre la medida óptima que eliminaría gran parte de los efectos negativos de un uso excesivo del vehículo privado, la implantación de un peaje de congestión (pigouviano) sigue siendo más la excepción que la norma, principalmente por el temor a sus costes políticos. Cabe decir, sin embargo, que el debate de su implantación justo empieza a abrirse en las grandes ciudades, seguramente ligado a la mayor concienciación sobre el cambio climático y la salud pública (ver aquí y aquí).

¿Por qué regular los aparcamientos?

Si bien el peaje parece aún lejos, suele pasar desapercibido que la mayoría de ciudades ya aplican de un modo generalizado una política de gestión de la demanda de viajes tremendamente barata, que además es de competencia local y goza de una menor oposición (relativa), a la que tanto economistas como planificadores han dedicado muchísimo menos análisis: la regulación del aparcamiento.

A muchos os puede parecer un tema menor, pero los que nos hemos dedicamos al análisis económico de dicho mercado sabemos que sus distorsiones tienen un impacto demasiado relevante en nuestras ciudades como para no prestarle la atención que se merece. La literatura sobre economía del aparcamiento muestra que la regulación y la oferta de aparcamiento tienen un importante impacto sobre el comportamiento de los conductores, sobre su elección modal, e incluso sobre la tenencia de vehículos. Elemento, este último, que resulta clave para lograr ciudades menos dependientes de la movilidad privada, reducir la congestión, consumo de energía, niveles de emisiones y racionalizar el reparto en el uso del espacio público en nuestras ciudades. Por no hablar de sus impactos sobre la forma urbana, el mercado inmobiliario y otras actividades económicas.

El coste del aparcamiento, así como la mayor o menor dificultad en encontrar una plaza, incrementa los costes de tener vehículo privado y con ellos su atractivo. En un estudio reciente publicado en la revista Regional Science and Urban Economics (ver aquí), hemos evaluado el impacto causal de la expansión de la regulación AREA sobre la propiedad de vehículos (nivel de motorización) de los distintos barrios de Barcelona.

La política de regulación del aparcamiento en Barcelona

Dicha política se introdujo en 2006 para reducir el número de vehículos que accedían al centro de la ciudad (como alternativa al peaje urbano) y supuso una reforma significativa de la regulación del aparcamiento en gran parte de la ciudad, eliminando el aparcamiento gratuito para visitantes y otorgando prioridad para aparcar a los residentes (en distintos grados según el tipo de plaza: comercial, mixto o exclusiva para residentes) con permiso y sin restricción temporal de aparcamiento a un coste simbólico de 0.20€/día o gratuito si no se tienen multas de tráfico durante el año anterior (y sin limitación del número de permisos expedidos).

Además de esto, una de las particularidades de la política fue la gran conversión de plazas previamente libres a plazas de uso mixto (ver Figura 1), que suponen una gran discriminación de precios entre visitantes y residentes, muy favorable a estos últimos como medida para asegurar una menor oposición a su implantación. Con todo ello, el coste del aparcamiento para residentes se reduce notablemente, gracias a la menor competencia por el espacio y al reducido coste anual (en comparación con la suscripción de abonos en garajes de acceso público o con alquileres en garajes privados). Con posterioridad, la política se extendió a barrios colindantes, tal y como resume la Figura 2.

Figura 1. Distribución de plazas reguladas en Barcelona por tipo de uso (Año 2006).

Figura 2. Extensión de la regulación ÁREA por año de implementación en los barrios de Barcelona.

Ante la imposibilidad – por falta de datos- de evaluar la primera intervención, en nuestro estudio evaluamos el impacto causal de la transformación de espacios de aparcamiento libre en regulados sobre el nivel de motorización de los distintos barrios de Barcelona, para lo que usamos un panel de datos entre 2007 y 2014, con una estimación de diferencias-en-diferencias en el que explotamos el cambio producido a partir de la extensión de la política (2009 en adelante) en los nuevos barrios “tratados” con respecto a aquellos que nunca lo fueron.

Los resultados de la implementación indican que allí donde se extendió la nueva regulación de aparcamiento (AREA), eliminando el aparcamiento gratuito para visitantes e implantando el permiso para residentes, el nivel de motorización se redujo en menor medida que en el resto de los barrios del grupo control.

¿Qué consiguió esta política?

Lejos de acelerar el proceso de desmotorización de la ciudad, la política la ha desacelerado e incrementado el número de vehículos registrados en los barrios en los que se implantó la extensión. Las diferencias entre los barrios “tratados” y los barrios “control” a lo largo de los primeros años pueden observarse en la figura 3. Estimamos que la política se asocia a un incremento de 11 vehículos por 1000 habitantes de media en cada barrio. Esto supone un incremento medio del 2,9% del parque de turismos en los barrios “tratados”, un efecto no deseado de la política que va en contra de los objetivos con los que se planteó. Con un efecto de largo plazo – a los 5 años – que estimamos en 52,8 vehículos por 1000 habitantes, equivalente a un incremento del 14,5% del parque.

 Figura 3. Tenencia media de vehículos privados pre y post extensión de la regulación de aparcamiento (AREA), y contrafactual estimado.

¿Y el bienestar?

Además, a partir de estos resultados, también analizamos las implicaciones sobre el bienestar social derivadas de dicha intervención (asociadas al trato preferente para residentes respecto a los visitantes y al incremento de vehículos en calzada de los primeros). En concreto, consideramos el coste social del subsidio a los residentes que implica darles acceso al aparcamiento en calzada a un precio por debajo del coste de provisión (permiso de residentes) y el cambio en la demanda por parte de los visitantes debido al incremento del coste de aparcamiento por la reasignación de plazas (reducción en el excedente del consumidor de los visitantes), que en conjunto calculamos del entorno de los 12.5M€ al año.

También contemplamos el cambio de bienestar asociado al incremento de costes externos que implica este mayor nivel de motorización por parte de los residentes (incremento de coste de 4.2M€ por el uso de estos vehículos) y el ahorro derivado de la disminución de desplazamientos por parte de los visitantes (alrededor de 16.6M€ al año), que en este caso era el principal efecto deseado de la política(*). Esto nos muestra que, aunque el impacto neto de la política sobre el bienestar ha sido prácticamente neutro (-0.1M€ al año), la introducción del permiso de residentes y el incremento en el nivel de motorización de estos ha socavado completamente el efecto deseado de la intervención.

¿Qué podemos hacer?

Esto pone de manifiesto que el tradeoff entre eficiencia y aceptabilidad es de enorme relevancia cuando se tienen en cuenta los efectos no previstos de la política, cosa que las ciudades ignoran al diseñar su regulación de aparcamiento. Estos resultados sugieren la necesidad de poner fin al uso indiscriminado de los permisos de residentes, y hacer que los residentes carguen con el coste real de tener un vehículo incluido el aparcamiento (como recurso escaso).

Esto puede ser políticamente complejo, pero existen alternativas como reinvertir la recaudación del pago por aparcar en los propios barrios para promover una menor oposición a la regulación, sin introducir las anteriormente citadas distorsiones. En cualquier caso, como mínimo, sería necesario que las ciudades promuevan un uso más estricto de dichos permisos.

En nuestra opinión, sería deseable que los gestores locales pongan mayor atención al diseño de sus políticas de aparcamiento, ya que pueden ser un instrumento muy efectivo para la gestión de la movilidad que ya tienen implantado y cuyo coste de readaptarlas es ínfimo. Mientras llega a nuestras ciudades el tan deseado peaje urbano, ¿nos ponemos con la regulación del aparcamiento?

(*) Calculados a partir de costes unitarios por veh-km de congestión, accidentes, polución, ruido, emisiones de gases de efecto invernadero, etc.