lunes, 30 de noviembre de 2020

Un año de pena

2020 será recordado como un año en el que vivimos muy peligrosamente y morimos más de lo que lo hicimos en cualesquiera otros días de nuestra vida. Muchos de nosotros hemos sufrido dolorosas pérdidas de familiares, amigos y colegas. Y la profesión de economistas, por causas varias, no ha sido inmune al exceso de mortalidad. [leer más ...]

Maradona, el economista

Visto desde un dron, en el segundo gol a los ingleses, Maradona es una flecha que gambetea cinco ingleses al hilo, casi sin salirse de su trayectoria recta al arco. O al menos eso es lo que quedó en la memoria de Mervyn King, el Gobernador del Banco de Inglaterra que en una conferencia dictada en 2005 ejemplificó el modo en que funciona la política monetaria actual, con la estrategia del diez.

Resulta interesante que numero uno del Banco Central reconozca como saldado el debate sobre las causas de los aumentos sistemáticos y sostenidos en los precios, teniendo en cuenta que estamos hablando de una economía que a mediados de los 70s tuvo 24% de inflación anual y que recién consiguió estabilidad de precios en los 90s.
El economista arranca su conferencia diciendo que se da por descontado hoy que en el largo plazo no hay factores microeconómicos, como los costos (insumos dolarizados y salarios, agrego yo) , que afecten el nivel de precios, que está completamente determinado por la política monetaria. En el corto plazo, reconoce King, hay fricciones; las empresas no cambian los precios a cada minuto y las paritarias no se negocian todos los días, del mismo modo que muchos contratos no pueden ser revisados hasta que expiran.

Imaginemos, parafraseando al Gobernador, que el Banco Central pudiera controlar la inflación de manera instantánea, anticipándose a los aumentos de nominalidad y reaccionando, con subas en las tasas de interés, cada vez que pronostique que de no hacer nada, subirían la mayoría de los precios. Las empresas y las familias aprenderían a esperar que no hubiera inflación en absoluto, anticipando la acción de la autoridad monetaria

Eso es exactamente lo que hizo Maradona en el gol más famoso del mundo; no lo hizo con los pies sino con la cabeza, anticipando el razonamiento de los jugadores que se le cruzaban esperando el cambio en la trayectoria, la gambeta de arrabal, el zigzag.

Sin embargo, ahora que apareció la filmación tomada desde una cámara que estaba detrás del arco de Peter Shilton, podemos comprobar que el prestigioso académico fue el sexto inglés en comerse el amague porque Maradona, luego de girar sobre sí mismo, encara primero hacia su lateral derecho, luego engancha hacia adentro cuando le sale Butcher y vuelve a inclinarse hacia su pierna de palo para esquivar a Fenwick. Luego sí, el trayecto final entre la puerta del área grande y la línea de cal que delimita el barrio íntimo del arquero, es un tanque en línea recta que esquiva al golero ganándole una guerra de anticipación mental.

En rigor, toda política pública debe diseñarse teniendo en cuenta la reacción de los actores; sea la política monetaria o la sanitaria, sea la política fiscal o la organización de un velorio popular.

Robert Lucas, premio Nobel de Economía criticaba a los econometristas que hacían proyecciones sobre el impacto de las distintas medidas del gobierno basados en datos históricos, por la misma razón, porque muchas veces esas estimaciones no tenían en cuenta que la gente reaccionaría a los anuncios, cambiando su conducta.

En ese sentido, cuando un presidente le hecha la culpa a la gente por el pésimo resultado de la cuarentena, se pone en el mismo lugar que el ministro de economía cuando decía “Les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”. Está claro que sin gente que salga a la calle el virus se propaga menos, del mismo modo que sin compradores de dólares, la demanda de dinero es más alta y la inflación más baja. Pero la gente existe y es parte del problema, no en el sentido de la responsabilidad, porque no se le puede echar la culpa a la gente de ser gente, sino en el sentido de que no se puede esperar que los actores se comporten como le gustaría al hacedor de la política.

La ventaja es que en muchos casos el comportamiento promedio resulta previsible. Si el gobierno promueve una ceremonia en la que espera un millón de personas, pero tramita 3.600 por hora, no se necesita un matemático sofisticado para darse cuenta de que a medida que nos acercamos al cuello de botella se produzca un estallido. Es curioso sí, que no explote antes. En los modelos que suponen agentes con expectativas racionales, todo el mundo se da cuenta que quedará mucha gente afuera a las 8 de la mañana; no es necesario esperar a que se cierren las puertas o se corte la cola. En la practica, la gente no anticipa tantas jugadas, hay incertidumbre por ejemplo sobre cuanta gente realmente hay, a que velocidad mueve la fila o si la familia extenderá el horario, permitiendo que más gente se despida. Sobre llovido, con el paso de las horas se acumulaba el alcohol en sangre de muchos y en equilibrios delicados basta que un puñado desespere para que se produzca la estampida.

Lo mismo ocurre con la cuarentena: el comportamiento social se relaja con el paso del tiempo; no se trata de un error, un problema idiosincrático o una falta de voluntad individual: es la consecuencia de la devaluación de la política sanitaria, que se desgasta con el abuso, como si el gobierno emitiera los días de cuarentena uno detrás del otro, sin límite, incluso sin respaldo en ningún dato.

El denominador común de todo lo que pasó este año, de la inflación y de las muertes por covid, de la devaluación de la moneda y el descontrol de la calle, es el fracaso del Estado para gestionar políticas que tomen como dato, el comportamiento de la gente. Más general incluso; políticas basadas en la discreción de una elite que no está preparada y que gestiona de espalda a los datos.



Enciclopedia de la mentira y la desinformación

Lo primero sería preguntar cuál es la verdadera importancia de la información. Y lo segundo, quién debe tener derecho a ella en su forma veraz, si es que acaso todos, nadie, o, simplemente, una única persona, deben tenerla garantizada (¿más correcto sería decir “ganada”, “conquistada”?). Pero el momento histórico en el que nos situamos parece dar por hecho ciertos aspectos, a saber, que la información es efectivamente un derecho universal que nos corresponde a todos por igual, que el sol es un astro que nunca jamás se apagará, bla, bla, bla. Y todo esto, pensamos, es una consecuencia natural de los sistemas democráticos actuales, pues entre los valores institucionales y supremos que los caracterizan se encuentran conceptos como “estado”, “derechos”, “principios”, “igualdad”, “libertad”. No olvidemos tampoco que Internet y las nuevas formas de comunicación en red y tiempo real promueven un falso consenso por el que el verdadero conocimiento se ha vuelto más democrático, accesible y universal que nunca. Pero todo esto, por desgracia -¿tal vez por una ley natural?- es lamentablemente incierto. Falso una vez más. Para quienes experimentan el más dulce sueño en el actual y plácido estado cultural, esta afirmación constituye una especie de herejía descomunal propia de radicales, outsiders, disidentes. Criterio u opinión coincidente, por cierto, con la de aquellos que bien saben que una parte del conocimiento, la más avanzada y valiosa, permanece en la esfera oculta, inaccesible y prohibida al saber general de la población. Claro es que los primeros lo afirman por ignorancia y los segundos por inteligencia. Tocamos aquí el punto sensible por el que todos, ignorantes e inteligentes, parecemos tentados a autoengañarnos con mentiras socialmente aceptadas que nos impiden reconocer públicamente que el saber es un bien privado que constituye ventajas a sus poseedores. Que, de la misma manera por la […]

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domingo, 29 de noviembre de 2020

Desigualdades en salud infantil: datos para las políticas públicas

Anna García-Altés y Neus Carrilero Globalmente, y desde una perspectiva histórica, la salud de las niñas y niños ha mejorado en muchos aspectos en las últimas décadas en los países de renta alta. Las mejoras en la atención obstétrica y perinatal así como los avances médicos han reducido las tasas de mortalidad perinatal y por [leer más ...]

jueves, 26 de noviembre de 2020

Los tipos impositivos implícitos durante la pandemia

Por José E. Boscá, Rafael Doménech, Javier Ferri y José Ramón García Como otras muchas variables macroeconómicas, los ingresos que el gobierno obtiene por las distintas figuras tributarias han sufrido cambios muy acusados desde el comienzo de la crisis del coronavirus. ¿Cómo han afectado los cambios en los ingresos públicos a la presión fiscal efectiva [leer más ...]

miércoles, 25 de noviembre de 2020

Breve e incompleta historia de la educación europea desde el siglo XVIII

Nota del autor: Este artículo es parte de una serie de tres. En él sólo he intentado señalar algunos hechos que ayudan a comprender la universidad actual a la que dedicaré la próxima entrada. Se trata de abrir el apetito del lector para que él mismo indague sobre estas cuestiones. Agradezco a Pablo Amorós, Concha [leer más ...]

Mirá lo que te digo – 24/11/2020

“No fue la pandemia, fue la cuarentena” – Participación en el programa “Mira lo que te digo” conducido por Luis Majul en el canal La Nación +



martes, 24 de noviembre de 2020

Pensiones: más problemas sin nuevas soluciones

Recientemente he publicado otro artículo sobre pensiones (en la Revista Econòmica de Catalunya; se puede descargar aquí). Lo que sigue a continuación es un resumen actualizado con una breve valoración de  las nuevas 21 recomendaciones del Pacto de Toledo que señalan el camino por el que han de transcurrir posibles reformas. A efectos expositivos, conviene darle [leer más ...]

lunes, 23 de noviembre de 2020

La desigualdad en salud en América Latina y el Caribe: un breve resumen selectivo.

“La desigualdad es obstinadamente alta en América Latina y el Caribe,” así empieza el resumen del nuevo libro “La crisis de la desigualdad: América Latina y el Caribe en la encrucijada” publicado por el  Banco Interamericano de Desarrollo. Como indican Matías Busso y Julián Messina, editores del libro, en su introducción, esta desigualdad seguramente ha [leer más ...]

La consecuencia de los impuestos

No importa que sean peronistas o radicales, de derecha o de izquierda, socialistas o liberales, el denominador común de los distintos gobiernos es que cuando se encuentran en apuros aumentan los impuestos. Esta semana hubo dos saqueos más; la media sanción del mal llamado “impuesto a la riqueza”, que en realidad es uno mal diseñado sobre los activos y el 1,2% que para compensar la quita a la coparticipación que sufrió a manos de la provincia de Buenos Aires, acaba de imponer la Ciudad sobre los gastos con tarjeta de crédito.

Desde un punto de vista teórico hay dos tipos de impuestos, los que tienen fines recaudatorios y los que se fijan para desalentar comportamientos. La diferencia es que en el caso de los primeros lo ideal es no afectar las decisiones que los agentes económicos hubieran tomado en ausencia del tributo, mientras que en el segundo caso el objetivo es el contrario: impactar lo máximo posible sobre la conducta de personas físicas y jurídicas, desincentivando por ejemplo actividades que contaminan y/o favoreciendo, cuando el impuesto es negativo y se convierte en un subsidio los actos con efectos favorables no necesariamente deseados sobre terceros, como ocurre con la educación o la prevención de enfermedades contagiosas.

El nivel óptimo de la presión tributaria del primer grupo de impuestos depende en última instancia del gasto a financiar, pero también de la optimalidad del sistema tributario, en el sentido de eficiencia económica y técnica. Como los impuestos afectan las decisiones de producción y consumo, la presión tributaria será mas baja en promedio si el legislador acierta en un conjunto de impuestos de bajo impacto en termino de decisiones económicas de empresarios y consumidores, pero si cada vez que graba por ejemplo la riqueza, acaba achicando la inversión, el resultado final será una alícuota mucho mas alta que la necesaria en un contexto en el que el nivel de producción no se modifica. En el sentido técnico, además, los impuestos tienen que ser fáciles de recaudar porque el estado gasta 112.000 millones de pesos y emplea a 21.500 personas para recaudar 5 billones de pesos a nivel nacional y un impuesto a priori interesante desde el punto de vista de la eficiencia económica puede ser difícil de recolectar o de bajo cumplimiento, mientras que tal vez el impuesto mas simple de todos hubiera sido cobrarle a cada uno de los argentinos una cuarenta y cuatro millonésima parte de esos cinco billones recaudados, pero ese impuesto de 113.000 pesos per cápita hubiera sido imposible de pagar en la mayoría de los hogares.

Por estas razones la tendencia mundial es hacia la simplificación tributaria, con dos grandes impuestos; el primero sobre los consumos (IVA o ventas finales) de carácter general y alícuota uniforme, justamente para desalentar los cambios en el comportamiento (que la gente sobre consuma los bienes de alícuota mas baja y sub consuma los que tienen un porcentaje mas alto de impuestos) y el segundo sobre los ingresos de todas las fuentes (salarios, intereses, beneficios y rentas), de carácter progresivo.

A priori no hay un nivel ideal de impuestos; depende de las preferencias sociales de gasto: los países nórdicos, por ejemplo, prefieren un sistema de provisión publica universal de educación y salud, mientras que en los Estados Unidos se prioriza tener menor presión tributaria para favorecer la libre elección de los hogares, más allá de que en Finlandia o Dinamarca existan escuelas y clínicas privadas, al tiempo que en Norteamérica haya planes como el Medicare o subsidios a la educación. Chile y Uruguay pueden ser las versiones latinas de esos extremos: el primero con menor presión tributaria global (18,8% según CEPAL) y predominancia de la educación y la salud privadas, el segundo con 26% de participación de los impuestos en el ingreso, pero donde la clase media descansa en el sistema público.

El problema es cuando la mayor presión tributaria, como ocurre en Argentina y Brasil, no se traduce en bienes públicos de calidad y la clase media que soporta buena parte de la carga de los impuestos, debe afrontar gastos complementarios en salud, educación, transporte y seguridad, porque los impuestos reducen la canasta de bienes privados a la que pueden acceder las familias, puesto que sean sobre los ingresos o acaben aumentando los precios de los bienes, el efecto es reducir el salario real y ni hablar cuando son distorsivos como Ingresos Brutos o Sellos, porque incrementan los precios sin que sea posible establecer un tributo compensatorio sobre los bienes importados y por lo tanto reducen la competitividad cambiaria, obligando al país a tener un tipo de cambio real más alto para equilibrar su sector externo, lo cual equivale a salarios reales mas bajos.

Puesto en otras palabras; cada vez que, para agregar valor, hay que agregar estado improductivo, el resultado es menor producción, menores exportaciones y salarios reales mas bajos. Entender esto es muy importante porque la voluntad del legislador puede ser buena, pero desconocer la consecuencia del impuesto. El ejemplo perfecto es el del impuesto a los activos, porque al comerse a la fuente generadora de los ingresos, acaba logrando una economía con menos capital, que por lo tanto producirá menos y pagará menores salarios.

El legislador sugerirá entonces acotarlo a los activos no productivos, pero eso también generará menor inversión si el Estado se queda con una parte mayor del resultado acumulado.
Por último, el aumento de los impuestos, incluso cuando sea por única vez y sobre activos que no afectan a la producción hoy, envía la señal de que podría haber una nueva imposición a futuro, en los términos que sugerían las investigaciones de los Nobel Finn Kydland y Edward Prescott, si el gobierno vuelve a estar en un apremio similar más adelante, lo cual es mucho mas fácil de imaginar y representar luego de la pandemia.

Ni siquiera las consideraciones más pragmáticas aconsejan los nuevos impuestos, porque tampoco resuelven el agujero fiscal de 2 billones de pesos que causó el COVID; no evitan la emisión ni sus consecuencias monetarias y cambiarias.

 



domingo, 22 de noviembre de 2020

El efecto lunes (o cómo las grandes petroleras demuestran su poder de mercado en España)

Por Jordi Perdiguero y Juan Luis Jiménez Históricamente, los mercados petrolíferos han mostrado un nivel de competencia muy reducido, en cualquiera de los niveles de la cadena de producción. El paradigma es la OPEP: un cartel, conocido, que dura más de medio siglo ¡y que nadie ha sancionado! Además, las características de demanda y oferta [leer más ...]

jueves, 19 de noviembre de 2020

Hábito en los viajes turísticos: ¿una cuestión de renta?

David Boto-García (Departamento de Economía, Universidad de Oviedo) La pandemia ha causado una importante reducción en el flujo de viajes turísticos en España. Al margen de restricciones, el número de viajeros hospedados en hoteles cayó en un 54.7% en agosto de 2020 con respecto al mismo mes del año anterior, siendo el total de pernoctaciones [leer más ...]

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Los PGE 2021 y el sueldo de los empleados públicos

Juan J Dolado Tras la presentación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021, varias voces se han levantado frente a la subida del sueldo de los funcionarios del 0,9% allí contemplada. Una muy autorizada es la del Gobernador del Banco de España que, en su comparencia el pasado 4 de noviembre ante [leer más ...]

La respuesta argentina es según como se levante el presidente

Participación de Martín Tetaz en el programa “Viale 910” por Radio La Red – 17/11/2020

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martes, 17 de noviembre de 2020

La reducción en un 7,7% de la ratio alumnos por clase podría compensar parte del impacto negativo de la COVID-19 en la educación: Maimónides nueve siglos después (II)

Almudena Sevilla, Catedrática de University College London Jorge Sainz, Profesor de Universidad Rey Juan Carlos y Bath University Ismael Sanz, Universidad Rey Juan Carlos En una entrada anterior mostramos que el incremento de la contratación de 38.252 docentes anunciado por las Comunidades Autónomas va a permitir que nuestro país reducir las ratios de 20,9 alumnos [leer más ...]

lunes, 16 de noviembre de 2020

La reducción en un 7,7% de la ratio alumnos por clase podría compensar parte del impacto negativo de la COVID-19 en la educación: Maimónides nueve siglos después (I)

Almudena Sevilla, Catedrática de University College London Jorge Sainz, Profesor de Universidad Rey Juan Carlos y Bath University Ismael Sanz, Universidad Rey Juan Carlos Sostiene Maimónides, filósofo, rabino, teólogo, legislador, astrónomo y médico nacido en Córdoba en 1138, que “Veinticinco niños pueden ser puestos a cargo de un maestro. Si el número en la clase [leer más ...]

¿Cuanto vale un dólar?

El precio de una cosa, como siempre explicamos, depende de su escasez relativa. Pero, aunque jurídicamente el dólar sea una cosa, también en la práctica es una moneda, lo que quiere decir que es un medio de pago que se puede utilizar con fines transaccionales y también como reserva de valor.

Si lo pensamos como una cosa no tiene mucho sentido que suba su precio en relación con el resto de los bienes, a menos que cambie su escasez relativa. Los tomates, por caso, aumentaron 52% en octubre por dos razones; la primera es que la gente come mas ensaladas a medida que se acerca el verano, pero lo mas importante es que se cayó la oferta: hay menos tomates y por lo tanto el kilo pasó de $114 a $174. Cuanto vuelva la oferta se desmoronará el precio, como se desploman los alquileres en la costa después de la temporada. En el hipotético escenario de que por conductas especulativas de los comerciantes no bajen los tomates, su alto precio incentivará la producción hasta el punto en que sobren para hacer dulce, a menos que el salto de precio tuviera que ver con el encarecimiento de algún costo de producción.

Ahora volvamos al dólar y pensémoslo como una moneda; o sea como un intermediario simbólico sin valor intrínseco que deriva su atractivo de la aceptación generalizada a cambio de otras cosas. Aquí es donde se esconde la relación entre el dólar y los precios, porque si no cambia la escasez relativa entre las distintas cosas no tiene lógica que cambie la relación de precios entre el dólar y los bienes. Sin embargo, en Argentina el dólar subió 119% en lo que va del 2020, mientras que en promedio los bienes y servicios de la economía treparon solo 27%.
Dicho de otro modo, cualquier cosa medida en dólares está regalada en nuestro país. La consultora Focus Market, acaba de publicar un informe en el que compara precios en la región y demuestra que, por ejemplo, el mismo celular, puede ser comprado con 777 dólares en Chile y 728 en Brasil, cuesta 590 en Argentina, mientras que un jean de primera marca por el que se paga 35 dólares en tierra de los cariocas y 48 en el país transandino, cuesta solo 21 billetes americanos aquí.

La mayor parte de esta inconsistencia está explicada por la brecha del 100% con el dólar oficial, lo que demuestra que, medidos al tipo de cambio del Banco Nación, somos mas caros que los vecinos, pero al Blue somos mas baratos.

Los salarios están incluso más golpeados puesto que no solo pierden en dólares sino también contra la inflación, lo que implica que los bienes más intensivos en mano de obra, como los servicios, estén incluso más baratos que en los países limítrofes si se los mide al tipo de cambio oficial. Por ejemplo, según el mismo informe citado, un almuerzo para cuatro personas, con bebida y postre sale 20 dólares en Buenos Aires, pero 39 en Brasil y 78 en Uruguay, lo que prácticamente nos deja empatados con Rio de Janeiro, pero mucho mas baratos que Montevideo, si dividimos los precios de esos países por dos, para descontar la brecha del 100%.

Desde el punto de vista monetario, lo que ocurrió es que el Banco Central aumentó el circulante 46% y sus pasivos remunerados (leliqs y pases) 78%, sin que se incremente la demanda transaccional, en un país inflacionario en el que tampoco el público está dispuesto a mantener todos los pesos que no necesita para sus operaciones. Se trata de un equilibrio delicado, en el que la demanda de dinero como reserva de valor es una apuesta entre la certeza de la tasa que puede pagar quedarse en pesos (hoy 44% TEA para depósitos menores a 1 millón y 40% para los mas grandes) y el riesgo de una devaluación, en un contexto en el que el tipo de cambio oficial corrió al 39,6% TEA en los últimos 30 días, pero el paralelo se movió al 53% TEA y lo peor de todo es que lo hizo con una gran varianza, operando en el mes con un brecha de $46 entre el máximo y el mínimo, lo que hace que la estimación del retorno esperado de quedarse en pesos no solo sea negativa, sino que la tasa tiene que ser incluso mas alta para cubrir el riesgo más alto que implica una mayor varianza.

En otras palabras; no hay razones transaccionales para demandar mas pesos, porque la economía opera aún por debajo del nivel pre-pandemia, pero además tampoco resulta atractivo quedarse con los billetes como reserva de valor, porque como ilustran los siguientes gráficos, no solo la tasa de depreciación oficial es mayor a la que pagan los plazos fijos, sino que la paralela es mucho mas alta y volátil. Cierto es que hubo cuatro oportunidades en que dicha volatilidad jugó en contra de los que apostaron por dólares alternativos, pero punta punta el contado con liqui rindió 92% en los últimos 12 meses y en promedio el que compró todos los días 100 dólares y los vendió un mes después, ganó 360% en el 2020.

Entonces, aunque el dólar oficial visto como una cosa está barato y el paralelo caro, en relación a los demás bienes, lo cual explica la fuerte demanda de importaciones, pero también la de bienes sustitutos como los ladrillos, o los automotores, no puede descartarse un mayor deterioro del peso, como moneda y que por lo tanto aumente la demanda de reservas de valor alternativas, si por hundimiento de la demanda transaccional o por mayor emisión, sobran pesos y las tasas no tientan a los ahorristas ni les cubren el riesgo de una mayor volatilidad en el valor de los pesos.



domingo, 15 de noviembre de 2020

Qué hacer con las lenguas

Cierra los ojos despacio / pestaña contra pestaña, / solo es español quien sabe / las cuatro lenguas de España. (Gabriel Aresti) Si una lengua es hablada por 100 personas, poco le queda más que morir. Puede documentarse, facilitar que ese grupo pase a las siguientes generaciones algunas palabras, canciones o expresiones culturales y que [leer más ...]

jueves, 12 de noviembre de 2020

¿Ha acelerado el comienzo escolar la propagación del coronavirus?

Daniel Oto-Peralías y José Antonio Robles-Zurita En esta entrada abordamos una cuestión de especial relevancia en estos momentos en los que los gobiernos autonómicos están endureciendo las restricciones para aplanar la curva de contagios y hospitalizaciones. Las restricciones adoptadas consisten en cierres perimetrales, suspensión del ocio nocturno, límites a la hostelería, etc. A diferencia de [leer más ...]

Mirá lo que te digo – 09/11/2020

Si la brecha cambiaria seguía creciendo, íbamos directo a una hiperinflación – Participación en el programa “Mira lo que te digo” conducido por Luis Majul en el canal La Nación +



miércoles, 11 de noviembre de 2020

¿Cansado de la pandemia?: no se preocupe, los antivacunas harán lo que puedan para prolongar su sufrimiento

La presidencia de Donald Trump es el síntoma más preocupante de otra pandemia que afecta a la humanidad: la desconfianza en la ciencia. Esto es llamativo, porque la buena noticia es que la ciencia avanza muy deprisa. Cuando empezó la pandemia actual, se hablaba de que una vacuna tardaría entre uno y dos años en [leer más ...]

martes, 10 de noviembre de 2020

Bienestar Social y COVID-19

Por Javier Andrés, José E. Boscá, Rafael Doménech y Javier Ferri El COVID-19 tiene enormes efectos sanitarios, económicos y sociales. Las dimensiones en las que estamos acostumbrados a evaluar su incidencia en la sociedad son el aumento de contagios, hospitalizados y fallecidos, desde la perspectiva sanitaria, y la caída del PIB y del empleo, desde la [leer más ...]

lunes, 9 de noviembre de 2020

Presupuestos históricos (e histéricos)

De Juan Francisco Jimeno y Diego Martínez López Después de tres prórrogas de los de 2018, finalmente puede ser que haya nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Llegan, además, en una situación crítica y excepcional, con la oportunidad de diseñar la ejecución de los recursos extraordinarios (un primer tramo de 27.436 millones de euros) que [leer más ...]

Pos cuarentena

Después de 230 días de Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO), la medida cumplió con su principal objetivo; los contagios en el AMBA se distribuyeron en una larga meseta y el sistema de salud no desbordó. Sin embargo, el costo fue tremendo. La economía cerrará el año acumulando una caída del 12%, con un sobrante monetario que nos dejó en octubre al borde de una hiper inflación y que impone limitaciones al financiamiento del 2021.

En contrario a lo que sostenían muchos políticos, no se trata solo de una perdida material de carácter temporal que puede ser recuperada mas adelante. Según Orlando Ferreres, la inversión cayó 30% en el segundo trimestre y acumula 30 meses de retroceso interanual

Cuando además de la construcción y los equipos de producción que releva Ferreres, le sumamos la inversión en capital humano y social, la caída es más espectacular. El 2020 terminará siendo uno de los años con menos horas de clase/alumno desde que se lleva registros, aún contando las experiencias por Zoom y de acuerdo con la Sociedad Argentina de Pediatría, entre 3 y 4 chicos de cada 10 nacidos en cuarentena no han cumplido con el calendario de vacunación, por no mencionar las menores inversiones en prevención que se reflejan en la caída de las prestaciones de estudios por imágenes que según la gente de ADECRA, se derrumbaron entre 69 y 87% durante abril, según la prestación, pero todavía en septiembre registran caídas que oscilan entre el 31 y el 49%

Esto quiere decir que la capacidad de producción futura será menor; somos más pobres y el sector público contará con menores ingresos, lo que se traduce en una de tres alternativas: habrá impuestos más altos, emisión inflacionaria, o ajuste del gasto. En rigor, el escenario mas probable es una combinación de las tres; el envío de la reforma tributaria al Congreso es inminente y todos sabemos que no será para bajar la presión tributaria, la emisión continuará el año que viene, aunque no sea de la magnitud que vimos en 2020 y los sucesivos ajustes a los jubilados hicieron que las prestaciones de la seguridad social crezcan en septiembre al 32,4% interanual, lo que significa un recorte real del 3,1% al que se le suma el ajuste en los salarios públicos que hasta agosto, según el INDEC,  era del 9,3% real.

A la incógnita de la sostenibilidad en el largo plazo, que requiere conocer cual será el nivel de convergencia de los ingresos y los gastos, puesto que hasta el momento los principales impuestos vinculados a la actividad muestran una caída real del 7,5% (IVA) y 7,9% (Cheque), mientras que no sabemos cuanto del gasto COVID se quedará pegado al presupuesto, tal vez en la forma de un ingreso básico para los jóvenes 18-25 (los estudiosos recuerdan el “flypaper effect”), se le suman las dudas sobre la nueva ola. La experiencia europea y de los Estados Unidos muestra que es muy probable que haya un rebrote cuando vuelvan las bajas temperaturas y resulta por lo tanto fundamental adelantarnos al evento y discutir una agenda contingente.

La mejor forma de enfrentar esa eventualidad sigue siendo la famosa propuesta de Tomas Pueyo en “El martillo y la danza”; esto es: una rápida cuarentena de dos semanas en la que se ponga en marcha un masivo esquema de testeo y aislamiento de los casos, reabriendo luego las actividades de menor impacto en la población que tiene mas posibilidades de acabar ocupando una cama de un hospital.

Si algo hemos aprendido de esta primera ola, que en Argentina fue eterna, es que no podemos encarar otro aislamiento similar, por dos razones fundamentales, la primera es que no lo podemos pagar y la segunda es que se deshilacha el cumplimiento y la autoridad. Ambos efectos son mas sensibles ahora; no hay posibilidad de inyectar otros 500.000 millones de pesos en tres meses sin un serio riesgo de una hiper y no habrá siquiera cuarenta días de alto acatamiento como tuvimos en marzo-abril, si el gobierno no convence a la gente de que esta vez sí sería transitorio.
Lo que también hemos aprendido es que sin una estrategia de testeo y aislamiento muy agresiva no hay modo de noquear al virus y garantizar que el encierro no sea permanente, porque ni bien comience a abrir la economía, resurgirán los contagios, hasta que se alcance un nivel de inmunidad de rebaño como el actual y acompañe la estacionalidad climática. Argentina tuvo dos oportunidades de aplicar el modelo neozelandés o australiano; la primera fue cuando llegaron los casos importados y resultaba relativamente fácil aislarlos, pero no existía capacidad de testeo ni mucho menos una estructura de seguimiento que permitiera aislar a todos los contactos estrechos de los sospechosos. La segunda fue cuando el virus llegó al interior; provincias enteras, con altos presupuestos de salud, como Córdoba, Santa Fé, o Mendoza, fracasaron en aislar los primeros desbordes y después solo pudieron recurrir a un mayor aislamiento.

Ahora hay tiempo. Para evitar otra cuarentena eterna tenemos que mejorar los sistemas de testeo y aislamiento, a los efectos de poder aislar de manera efectiva a los casos confirmados + sospechosos. No basta con un call center que llame una vez por día; es preciso implementar un sistema de licencias laborales automáticas para los C+S, junto a un grupo de asistentes sociales que apoyen su logística de aprovisionamiento básico, para garantizar que no se muevan. Ese mecanismo tiene que ser complementado por un IFE también automático e instantáneo, para asegurar la supervivencia por 15 días de los aislados. Este esquema es desde el punto de vista económico y social, mucho mas barato que una cuarentena de 230 días.



domingo, 8 de noviembre de 2020

España ante un futuro demográfico envejecido por la longevidad

De J. Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz) y Clara I. González (@GlezClarisa) A lo largo de los últimos meses hemos conocido las nuevas proyecciones demográficas para el largo plazo del INE (2020-2070), AIReF (2020-2050) y Eurostat (2020-2100). Se trata de los ejercicios regulares que realizan cada dos años dichas instituciones donde se obtiene la evolución de la [leer más ...]

jueves, 5 de noviembre de 2020

Piedras, combustibles fósiles y virus zoonóticos

De Humberto Llavador¹ y Vicente Ortún² Cada año emergen en el mundo entre 2 y 5 virus zoonóticos producto de nuevas interacciones entre hombres y animales. El SARS-CoV-2 es uno de ellos. La pérdida de biodiversidad, consecuencia de la destrucción de hábitats naturales y la ocupación humana de nuevos espacios, aumenta la probabilidad de que [leer más ...]

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Afiliación en Octubre: dato positivo (¡para cómo estamos!)

Jesús Ruiz (@icae_ucm), Luis Puch (@lpuchg), Manu García (@manugar), y J. Ignacio Conde-Ruiz (@conderuiz) Octubre ha sido un mes positivo para la afiliación a la Seguridad Social. Desde 2015 no se registraba un incremento parecido. Han sido de 142.555 cotizantes más de principio a fin de mes en los datos diarios; 113.974 más en media [leer más ...]

XIX Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica: Eduardo Morales

De Juan J Dolado [JJD] y Clara Santamaría [CS] El pasado mes de julio se anunció la concesión a Eduardo Morales (Princeton) [1] del XIX premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica, cuya entrega tendrá lugar próximamente. La nota del jurado señala que el premio se le concede por sus aportaciones metodológicas y empíricas [leer más ...]

martes, 3 de noviembre de 2020

Diego Puga, Premio Rei Jaume I de Economía 2020

Por Elisabet Viladecans-Marsal Hace unos días se hicieron públicos los nombres de los ganadores de los Premios de investigación Rei Jaume I. Estos premios se conceden a los investigadores/as cuya labor haya sido altamente significativa y, en el caso del premio de Economía, se explicita que la investigación debe ser de gran impacto y relevancia. [leer más ...]

lunes, 2 de noviembre de 2020

La democratización de las migraciones interiores en España

De Carlos Santiago-Caballero A lo largo de la historia, la posibilidad de emigrar se convirtió en la única válvula de escape para millones de personas en su búsqueda una vida mejor. Sin embargo, los costes y los riesgos de abandonar su lugar de origen abrían una puerta llena de incertidumbres donde nada garantizaba que el [leer más ...]

¿Por Qué Diseñar Subastas?

Carmelo Rodríguez (@charmelades) La concesión del Premio (del Banco de Suecia en Honor de Alfred) Nobel 2020 no ha sorprendido a nadie. (véase el anuncio de la Academia Sueca aquí) Todos sabíamos que Bob Wilson y Paul Milgrom (W&M) recibirían el galardón por sus aportaciones a la Teoría de las Subastas. La cuestión era cuándo. [leer más ...]

El tablero de control del gobierno

En una economía con abundante acceso al crédito y soberanía monetaria, el tablero de control del gobierno gira en torno a la evolución de los contagios del coronavirus, a la saturación del sistema de salud y al timming de la vacuna.  La principal economía del planeta, por ejemplo, repuntó 7,41% después de haber caído 7,06% en el segundo trimestre, pero el consumo a pesar de crecer 1,4% en octubre, cerro el trimestre 2,9% debajo del nivel que tenía el año pasado, por culpa del derrumbe en servicios, que retrocede 7,2% en el contexto de una oferta restringida por el COVID y a pesar de que el ingreso disponible fue 7,7% superior al del mismo trimestre del año pasado, gracias al paquete Covid. En otras palabras, la gente tiene mayores ingresos y consume mas bienes, pero menos servicios, lo que evidencia un problema de oferta, consecuencia de las medidas tomadas para combatir el virus. Como correlato hay un mayor ahorro de la población, que pasó del 7,2% del ingreso disponible en 2019, al 15,8% ahora. Ese excedente se almacena en bonos del tesoro, acciones de empresas tecnológicas y oro.

En Argentina, en cambio, las restricciones por el lado de la oferta son mayores, como lo ilustran los reportes de movilidad de Apple

Lo mismo puede observarse desde la perspectiva de los informes de movilidad de Google, aunque las categorías pueden no ser estrictamente comparables

Argentina ha tenido una cuarentena más larga y mas extendida, incluso en la comparación con otros países de la región, como surge de la congestión vehicular que releva Waze

Como consecuencia de las mayores restricciones la economía sufre mas del lado de la oferta, pero a diferencia de lo que ocurre con otros países que tienen acceso al crédito y moneda, además también sufre por el lado de la demanda. En primer lugar, porque los ingresos de los hogares estuvieron 15% abajo en términos reales, durante el segundo trimestre de este año y en segundo lugar porque la incertidumbre tanto sobre los ingresos futuros, como sobre el tipo de cambio, frenaron el consumo que cae incluso en rubros esenciales como Alimentos y bebidas (las ventas en supermercados pierden 5,7% en agosto). En este sentido el último reporte de CAME muestra que las ventas minoristas, que venían recortando la caída, la incrementaron en octubre, cayendo 14,9% con Alimentos y Bebidas cediendo 4,3% a pesar de que la entidad no pondera la caída (a cero) en los comercios cerrados

Por lo tanto, al tablero de control de la Argentina, además de los datos sobre la evolución del virus, también hay que agregarle el termómetro del dólar, tanto con variables subjetivas que capten las expectativas, como con las monetarias, con particular foco en las reservas, la venta de dólares por parte del BCRA y los depósitos.

En este sentido, según el “Dr Google”, aparentemente pasamos el pico y entramos en una tendencia decreciente, observando las búsquedas que la gente hace de “síntomas covid”, aunque el resultado es heterogéneo porque hace pico en el norte (La Rioja, Jujuy, Salta, Tucumán), también en Neuquén y está todavía alto en Santa Fe e interior de Buenos Aires

Pero en cambio crece de manera preocupante las búsquedas de “dólar”, cuyos picos anteriores se registraron en la devaluación de septiembre del 2018 y en la pos PASO, de agosto del año pasado.

En el terreno monetario, los depósitos a plazo fijo parecen haber frenado el desplome que observamos entre el 6 y el 19 de octubre lo que permitió, del otro lado del mostrador, que ceda la presión sobre el dólar paralelo, pero no hay motivo para dejar de mirar este indicador de cerca, sobre todo cuando la semana que viene hay pago de salarios y toda la presión sobre el blue no tiene la contrapartida de los dólares del puré que permitían las ventas de del dólar ahorro, aún con el cupo de 200 por persona.
Incluso cuando supere el test de estrés de los primeros días del mes, le queda una prueba de fuego en diciembre, cuando se abonan los aguinaldos y las vacaciones, que con muchos destinos restringidos es probable que se dolarice.

Sin embargo, a pesar de haber frenado la salida de depósitos, el BCRA no logra dejar de vender divisas, incluso después de haber entrado en una tendencia de recuperación con el super cepo de mediados de septiembre, volvió a incrementar la posición vendedora en la última semana, en la que se conoció el dato del balance cambiario del mes pasado, que confirmó que los importadores, en plena crisis, le sacaron 51% mas dólares que el mismo mes del año pasado

En este contexto fue muy auspiciosa la colocación de deuda en pesos y dólar linked que logró Hacienda, no solo por renovar todos los vencimientos del mes, sino por permitir la devolución de 100.000 millones de adelantos transitorios al BCRA, que reducirán el sobrante de pesos de la economía.

 Entonces en los próximos días, además de tomarle el pulso al covid, para evaluar la capacidad de recuperación de la oferta agregada, será fundamental ver como evolucionan las expectativas, porque de ellas depende no solo la recuperación de la demanda agregada, sino que se evite el colapso de la demanda de pesos y se produzca una nueva crisis bancaria, con efectos devastadores en devaluación e inflación. En ese sentido, la evolución de los depósitos y la cotización del paralelo ocupan el centro del tablero de control, con las ventas de reservas del BCRA como indicador clave de sostenibilidad de la estrategia cambiaria oficial.

 

 



domingo, 1 de noviembre de 2020

Milgrom y Wilson o cómo resolver un bloque de Lego en la Economía Matemática

Por Amparo Urbano  “El espectro radioeléctrico no regulado tiende hacia la anarquía y necesita un policía de tráfico” (George von Lengerke Meyer, Secretario de la Marina de William Howard Taft, en carta escrita al Comité de Comercio del Senado de Estados Unidos en 1910). El Premio Nobel de Economía 2020, también llamado Premio Memorial Sveriges [leer más ...]