jueves, 30 de junio de 2022
Una propuesta para subvencionar la demanda de combustible a los colectivos más afectados por la subida en el precio
miércoles, 29 de junio de 2022
La crisis del Covid y los precios de la vivienda
martes, 28 de junio de 2022
Primeros efectos de la limitación del precio del gas sobre el precio de la electricidad
lunes, 27 de junio de 2022
¿Cómo afecta la custodia compartida al divorcio, la distribución del tiempo dentro del matrimonio y el comportamiento de los adolescentes?
domingo, 26 de junio de 2022
Causalidad y control sintético: un ejemplo con el AVE y el turismo
jueves, 23 de junio de 2022
El comedor escolar universal: política educativa de alto retorno
miércoles, 22 de junio de 2022
Desigualdad económica, el veneno de Robert Lucas
martes, 21 de junio de 2022
El impacto de la edad de salida del mercado de trabajo sobre la mortalidad
lunes, 20 de junio de 2022
¿Dónde trabajan los nuevos doctores en Economía?
domingo, 19 de junio de 2022
La gratuidad del transporte público como política antiinflacionista
jueves, 16 de junio de 2022
Impacto del conflicto Rusia-Ucrania sobre el turismo en España
¿Se puede alterar la realidad?
Nos lo recuerdan desde la más tierna infancia. “Tenéis que adaptaros al medio”. Es una buena recomendación. Pero sólo si el medio es rígido y en modo alguno moldeable. ¿Por qué? Porque hay partes del medio que aceptan modificación y otras que no. Y muchas veces se confunden. Pongamos un ejemplo para tratar de comprender esto. El día y la noche forman parte de la estructura rígida del medio; es obvio que no podemos actuar para alterar el patrón por el cual el día sucede a la noche, la noche sucede al día, etc, etc… En este caso podemos admitir que la expresión “tenéis que adaptaros al medio” procede y es pertinente. Sin embargo, en la parte del medio que acepta modificación, esta expresión no es del todo correcta y existe margen para la discusión. Pongamos ahora otro ejemplo relacionado con este otro aspecto. La actual jornada laboral de 8 horas diarias establece la cantidad de tiempo que debemos trabajar para recibir la contraprestación por una jornada de trabajo completa. Esta parcela de la “realidad” laboral no obedece a un patrón inalterable o a una ley natural; esta parcela admite modificación y su determinación es “humana”. Lo mismo ocurre con otros conceptos económicos como el salario mínimo, los impuestos que se deben pagar, la cuantía establecida para las pensiones de jubilación… Pensar en un escenario en el que al día no le suceda la noche es imposible. Pero pensar en que una jornada de trabajo completa pueda ser de 6 horas en lugar de 8 sí es posible. Pensar en un salario mínimo que, en lugar de 1.000 euros al mes, sea de 1.500 sí es posible. Que “las cosas son como son” y que no admiten variación es algo que se puede aceptar en lo concerniente a realidades científicas […]
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miércoles, 15 de junio de 2022
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martes, 14 de junio de 2022
La guerra de Ucrania: el futuro de las personas refugiadas
lunes, 13 de junio de 2022
Denme una práctica y ¿moveré el mundo?
domingo, 12 de junio de 2022
Políticas antidiscriminación y el porqué de evaluar su impacto
jueves, 9 de junio de 2022
¿Qué podemos aprender de Bélgica?
miércoles, 8 de junio de 2022
Los efectos desiguales de la Covid-19 en los barrios marginales
martes, 7 de junio de 2022
La estabilidad en el empleo público y su relación con la rotación y la productividad
lunes, 6 de junio de 2022
Cambio climático y migración en África
domingo, 5 de junio de 2022
¿Cómo afecta el ver la televisión a la salud mental y física de los niños?
jueves, 2 de junio de 2022
La heterogeneidad empresarial y las dinámicas macroeconómicas¹
Lo que sucede después: «A Ghost Story»
Una pareja de jóvenes enamorados convive felizmente en una casa ubicada en un sencillo y apacible enclave natural. En ese instante de plenitud vital todo se quiebra. Él fallece. Lo que sucede después -su cadáver revive convertido en fantasma para regresar al único lugar que podría continuar teniendo sentido para él- resulta ser solamente el pretexto de una especie de tratado existencialista que comienza de forma sosegada y termina apabullando y fascinando a partes iguales. Ataviado con la clásica sábana blanca, que incluye los recortes en los ojos, negros, tristes, anónimos-, el ahora ya fantasma emprende un «viaje» inicial desde el hospital que certifica su fallecimiento, hasta el paraje donde se encuentra su hogar. Se trata de un viaje que se inicia con la muerte, pero ¿dónde y cuándo termina la muerte? ¿Quizás no termina? Son dudas que deberá ir resolviendo el fantasma. Las obras de arte son solo pretextos, ya lo hemos dicho. Artefactos para explicar el mundo poéticamente. La poesía de “A ghost story” nos sugiere que cuando no morimos «antes de tiempo» -eje esencial del argumento- la experimentación de la vida resulta equiparable a la de un muerto. Si la superación de la infancia y la juventud nos hace continuar, biológicamente, vivos, la comprensión madura del mundo nos “hiela”. Nos convierte, digámoslo por fin, en fantasmas en un momento determinado. Una sábana de ciento cincuenta y cinco kilogramos de peso descarga y se reparte de repente sobre nuestra existencia, mientras deambulamos de manera torpe, lenta y pesada hacia el confort de los espacios y los tiempos situados… ¿dónde? El espacio es cambiante; la casa donde nacemos es derruida, aquella arboleda fue talada, la tienda donde comprábamos la merienda al salir del colegio ahora es una lavandería, o peor, está en un espacio vacío que nadie recuerda. Ni […]
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