miércoles, 17 de octubre de 2018

No, no y no

Decía Simone de Beauvoir que los opresores no serían tan poderosos si no contaran con determinados cómplices entre los oprimidos, siendo esta la expresión de un aforismo tan cierto en su momento como desactualizado en la actualidad,  ya que entre los cómplices de los opresores ya no hay tan solo determinados sujetos, sino toda la pluralidad y la masa social que conforma la suma de individuos en su conjunto. Quizás hayamos acabado cualquiera de nosotros ofreciendo esta complicidad de manera inconsciente tan solo en algún momento puntual o, quién sabe, incluso una de manera permanente en nuestras vidas, que no quiero parecer el fustigador de nadie que no lo merezca, pero ello solo habrá sido fundamentalmente por error, tras haber creído que toda “colaboración” redundaría en beneficio propio, pero no. Esta observación la realizo y justifico en primer lugar porque toda complicidad es mucho más efectiva si proviene de múltiples sujetos, que en lugar de tan solo unos pocos, ¿no creéis? Y en segundo lugar, a un nivel más concreto ya, porque la sociedad capitalista de consumo ha conseguido ubicar en el mismísimo corazón del mecanismo que perpetúa la acumulación desigual de la riqueza la voluntad de todos y cada uno nosotros, y eso tras habernos hecho creer que reportando encuestas de satisfacción o cualquier tipo de información mediante técnicas similares, contribuiríamos a mejorar la sociedad en general, pero no. Si os fijáis u escarbáis un poco en esta idea encontraréis aquel otro famoso aforismo de Adam Smith, amplificado para beneficio de los opresores hasta la saciedad, que venía a decir algo así como: “la búsqueda del beneficio personal es la mejor vía para incrementar el beneficio social”. Y, otra vez, no. A continuación pongo un ejemplo que muchos encontraréis familiar, porque dudo mucho que nadie de los que ahora […]

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