lunes, 29 de abril de 2019

Política macroprudencial en Europa y el caso de España

Por Margarita Rubio y Javier Ferri

La crisis financiera apuntó con toda crudeza hacia la necesidad de reforzar las medidas necesarias para asegurar la estabilidad financiera y minimizar el riesgo sistémico en las economías. Ese es el origen de las políticas macroprudenciales que José Luis Peydró nos introdujo aquí. En esta entrada pretendemos dar una visión general del estado de las políticas macroprudenciales en Europa, dadas las circunstancias particulares que concurren en una unión monetaria, y comentar su aplicación en España.

En una unión monetaria que se encamina hacia una unión bancaria, el contagio de los riesgos financieros de un país sobre los restantes es todavía más evidente. Además, la política monetaria está restringida a nivel central y sólo de un modo indirecto puede atender las necesidades particulares de los países que la integran. Sin embargo, los países de la zona euro no son simétricos, ni en el comportamiento de la inflación, ni en las características de sus sistemas financieros, mercados de crédito, o en la propensión a sufrir fuertes oscilaciones en el precio de algunos activos, como la vivienda. Estos hechos apoyan la existencia de autoridades macroprudenciales nacionales, con capacidad de elegir sus propios instrumentos, junto con otra autoridad supranacional que realice labores de coordinación.

El Mecanismo Único de Supervisión Europea (SNM en inglés) asigna las responsabilidades macroprudenciales conjuntamente tanto al BCE como a las autoridades macroprudenciales nacionales. En particular, las autoridades nacionales tienen la capacidad de implementar las medidas a nivel nacional, mientras que el BCE se encarga de diseñar y asignar las distintas herramientas a las autoridades nacionales. Existe un tercer organismo, la Junta Europea de Riesgo Sistémico (ESRB en inglés) que tiene encargada la misión de vigilancia del sistema financiero europeo y la valoración y prevención de los riesgos sistémicos. Para ello monitoriza toda la actividad macroprudencial europea y lanza recomendaciones, constituyéndose en una especie de centro de recogida de información.

Este organigrama tricefálico plantea varias dudas. En primer lugar, puede resultar complicado establecer una clara división de poderes entre las funciones macropru del BCE y de la ESRB, pues en ocasiones parecen solaparse. En segundo lugar, el ESRB debería disponer de mayor capacidad coercitiva para forzar la coordinación entre países y evitar comportamientos de “gorrón”, que se producen cuando algunos países se aprovechan de la legislación de los países de su entorno para evitar introducir medidas impopulares. Por último, la política monetaria y la macroprudencial pueden, en ocasiones, entrar en conflicto, deteriorando la credibilidad del BCE en su apuesta por sus distintos objetivos. Esto puede suceder cuando su estrategia monetaria se correlaciona con tendencias anormales en el precio de algunos activos, como consecuencia, por ejemplo, de prolongados periodos de tipos de interés muy bajos. Una solución a estos tres problemas sería transferir la autoridad macroprudencial supranacional al ESRB, garantizando una plena coordinación con la política monetaria a través de la representación del BCE en el ESRB.

No existe una herramienta macroprudencial única que sea superior al resto desde el punto de vista de la eliminación de los riesgos sistémicos, por lo que los países miembros tienen disponible una amplia batería de medidas, desde los requisitos contracíclicos de capital hasta los límites a la relación préstamo-valor (Loan-to-Value en inglés, LTV) más adecuados para evitar burbujas en el mercado monetario. Una lista más extensa de los instrumentos disponibles puede encontrase aquí. En el Gráfico 1 pueden observarse las acciones macropru realizadas por los países en Europa, según el último informe publicado por el ESRB.

Gráfico 1. Número de medidas sustantivas notificadas al ESBR

España no ha sido especialmente activa durante el periodo 2014-17[i] en la implementación de medidas macropru, pues no figura haber comunicado ninguna actuación sustancial al ESRB. En virtud del artículo 136 de la Directiva 2013/36/EU (CRD IV)  la autoridad designada para fijar los colchones de capital contracíclicos (countercyclical capital buffers) es el Banco de España. Cada tres meses, como parte de su labor macroprudencial, el Banco de España decide la tasa de exceso de capital que impone a las entidades de crédito en función de los riesgos detectados. Al no detectar riesgos importantes procedentes de la evolución del crédito, el Banco de España sigue manteniendo la tasa del capital buffer en un 0%, lo que explica en parte su no aparición en el gráfico anterior.

El Banco de España fue pionero en Europa, mucho antes de la crisis financiera internacional, en la implementación de medidas macropru a través de su programa de provisiones dinámicas, una versión de los colchones de capital contracíclicos que hoy sigue gestionando. Jesús Saurina explicaba aquí la racionalidad detrás de las provisiones dinámicas y sus potenciales efectos positivos sobre la capacidad de resistencia de los bancos (y del conjunto del sistema financiero) a situaciones adversas. Pese a adelantarse a su tiempo, el programa macropru del Banco de España no fue capaz de evitar una crisis financiera con consecuencias macroeconómicas devastadoras a nivel agregado en el sector real de la economía. Básicamente por dos razones: su labor de supervisión se descosió por los bajos de las interferencias políticas regionales en las Cajas de Ahorros, y no actuó de forma eficaz para frenar la burbuja que durante la expansión se fue generando en el mercado español de la vivienda. Así, a pesar de la obsesión del Banco de España por provisionar el riesgo de los bancos, los LTVs se situaron, hasta el estallido de la crisis, en valores anormalmente elevados.

Precisamente la experiencia de España apunta claramente a la necesidad de no olvidar otras herramientas macroprudenciales, más allá de las que impactan directamente sobre los balances bancarios, y de permanecer vigilante para preservarlas de intereses políticos espurios. Pese a tenerlo durante varios años planificado a partir de la Recomendación ESRB/2011/3 del ESRB, no ha sido hasta hace unas pocas semanas que en España se ha creado una verdadera autoridad macroprudencial, con el nombre de Autoridad Macroprudencial Consejo de Estabilidad Financiera (AMCESFI), siendo el penúltimo país de Europa en hacerlo. Este retraso explicaría el resto de la no aparición de España en el Gráfico 1. Según esta nota de prensa, con la creación de la AMCESFI  España cuenta (habría que añadir que por fin) con mecanismos de supervisión macroprudenciales similares a los de los principales países europeos.

La AMCESFI está adscrita al Ministerio de Economía y Empresa y participada por el BdE, la CNMV y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP). Preside su Consejo la Ministra de Economía, siendo el Gobernador del BdE su vicepresidente. Los precedentes antes comentados del fracaso de la política macroprudencial en España por las interferencias políticas, junto con el hecho de que la DGSFP dependa directamente del Ministerio de Economía, o de que la presidencia de la CNMV haya sido un cargo altamente politizado, deja la participación del BdE en una clara posición de debilidad con respecto al poder político, y resta credibilidad a la institución recién nacida.

La AMCESFI tendrá la capacidad de implementar un amplio abanico de medidas macroprudenciales. Sin embargo, el correcto diseño de la política macropru plantea una serie de retos entre los que se encuentran los siguientes: la identificación y cuantificación de las posibles disyuntivas entre los instrumentos macropru y el crecimiento (véase Boar et al, 2017); la elección del grado de delegación de las políticas macropru en los distintos países europeos, y las posibles ventajas de la coordinación (véase Rubio, 2018); la coordinación entre las políticas monetaria y macropru (ver este informe del Bundesbank); el efecto del límite cero del tipo de interés sobre las posibilidades de coordinación entre políticas; o la interacción entre la política macropru y la fiscal, incluyendo la elección sobre el grado de progresividad de los impuestos. En futuras entradas en este blog iremos explicando algunos de los resultados que estamos obteniendo en un proyecto de investigación sobre la interacción de estas políticas, en el que también participan otros profesores.

 

[i] En un Gráfico similar para el periodo 2014-15 tampoco se observa ninguna comunicación macroprudencial de España.



domingo, 28 de abril de 2019

Errores (¿intencionados?) en las mediciones de emisiones vehículos, competencia y política medioambiental europea.

de Juan Luis Jiménez, Jorge Valido y Nick Molden.

La reciente apertura de investigación por parte de la DG Competition (Comisión Europea) sobre un supuesto pacto para restringir la competencia en el desarrollo de tecnología de reducción de emisiones contaminantes (no directamente relativo a CO2) por parte de BMW, Daimler y grupo Volkswagen, ha puesto en boga el rol de los fabricantes de vehículos respecto a las emisiones de estos.

En concreto, del total de emisiones de CO2 que generamos en la Unión Europea, los vehículos suponen al menos el 12%. Por este motivo, la Comisión Europea ha establecido recientemente cambios normativos con la finalidad de reducir un 37,5% las emisiones de vehículos (noticia) y limitar las de camiones (noticia). La relevancia de esta externalidad negativa se agrava en grandes urbes por los problemas de congestión (véase entrada reciente aquí).

En este contexto, no solo los consumidores y el Estado juegan papeles fundamentales: los primeros, demandando tecnologías más limpias; y los segundos, incentivando la adquisición de estas (aunque no vía subvenciones, como ya se ha discutido). Sino principalmente los fabricantes, quienes deben garantizar la fidelidad de la información aportada respecto a la eficiencia de sus vehículos. En este ejercicio de confianza de los consumidores en la oferta es donde el sector público interviene, a través del establecimiento de los estándares de emisiones y del cumplimiento de las normas de competencia que afectan, entre otros, a la carrera hacia la tecnología más limpia.

Para medir las emisiones de CO2 de un vehículo de combustión en Europa, hasta hace poco más de un año, se empleaba el NEDC (New European Driving Cycle). Según la literatura, este parece ser el causante de la diferencia entre las cifras reales de emisiones y las oficiales (aquí se analizan estas diferencias de manera descriptiva durante los últimos años), debido a la interpretación favorable en el procedimiento que hacen los fabricantes por la flexibilidad existente, y que se aleja de la conducción real, al menos tras el análisis de los datos y la existencia del gap (podemos consultar un análisis de estas flexibilidades aquí).

Es por ello que desde septiembre de 2017 se ha introducido progresivamente el WLTP (Worldwide Harmonized Light Vehicle Test Procedure), ajustando el procedimiento a condiciones reales (comparación entre ambos tipos aquí) incluyendo la carga del coche, las condiciones de los neumáticos, y la temperatura del laboratorio, entre otras. No obstante, aunque se espera que se reduzca el error de medida gracias al WLTP, no va a desaparecer completamente (como también se analiza por ejemplo aquí).

La realidad es que históricamente los test previos (test cycle) realizados por los productores aportan datos diferentes a las mediciones en situaciones reales (on-road tests). Para Estados Unidos, lo usual desde 1978 (cuando se instauraron estos tests) es que las emisiones generadas sean entre un 10 y un 20% mayores que las oficiales. Con datos europeos, los descriptivos no son mejores, e incluso apuntan a divergencias crecientes en los últimos tres lustros, desde el 9% en 2001 al 42% en 2016 (Tietge et al, 2017).

En un artículo publicado recientemente ahondamos en este tópico, analizando los factores que afectan al diferencial entre el valor oficial y el real, en un análisis que, por primera vez, considera simultáneamente las características de los vehículos con otros potenciales factores explicativos. Ello fue posible gracias a Emissions Analytics Ltd, órgano independiente que realizó evaluaciones de emisiones de CO2 y consumo de carburante para más de 650 modelos de vehículos entre 2010 y 2017 (y continúa en la actualidad).

En términos medios, el diferencial definido como tasa [(Emisiones o Consumo Real-Oficial)/Oficial] alcanza el 38%, aunque con destacable variabilidad por marcas, como muestra la figura:

Diferencial medio por marca entre emisiones reales y oficiales de CO2. Solo vehículos de combustión (excluidos híbridos). 2010-2017.

Fuente: Elaboración propia.

Así aplicamos un modelo de regresión lineal para tratar de ponderar qué incide en tales divergencias entre el valor real medido externamente y el oficial aportado por el fabricante.

Como antes mencionamos, este diferencial es explicado por las características físicas y mecánicas de los propios vehículos, el combustible utilizado, la categoría del coche, efectos de marca y efectos temporales. Analizamos cuatro modelos en los que consideramos la muestra total, una solo con los diferentes grupos de marcas y otra con los vehículos más vendidos, en orden a comprobar la robustez de los resultados.

De las estimaciones destacamos los siguientes hechos, teniendo en cuenta que controlamos simultáneamente por la influencia de la motorización, transmisión, tracción, tamaño, etc:

1. Los híbridos de gasolina son los que muestran valores más alejados de la realidad, junto con los diesel.

2. Los vehículos de las categorías “lujo” y “executive” (de mayores precios) tienen datos más ajustados a la realidad que los vehículos de gama media, siendo estos últimos los más vendidos.

3. Por grupos, Toyota es la referencia en cuanto a desviarse en menor cuantía de los valores reales, estando en el lado opuesto el grupo Volkswagen (es decir, es el grupo que menos se ciñe a la realidad de emisiones y consumo).

4. La tendencia de este gap es creciente a lo largo del tiempo… ¡pero disminuye claramente tras el escándalo del Dieselgate!

Teniendo en cuenta que, tras septiembre de 2015 y hasta mediados de 2017 (que es el final del periodo analizado), no hubo cambio tecnológico relevante y tampoco modificación legislativa en aplicación, este último resultado (el haber reducido el diferencial tras el Dieselgate) es quizás el más preocupante.

Este dato muestra un comportamiento discrecional de los fabricantes respecto a la fiabilidad de los valores anunciados, probablemente derivado del daño en la imagen del grupo VW y de otras marcas relacionadas. La investigación abierta por la DG Competition antes mencionada viene a sustentar dicha discrecionalidad por parte de las empresas en esta materia.

En definitiva, el acuerdo de reducción de emisiones en la Unión Europea inicialmente citado podría haber sido ostensiblemente más ambicioso, dado el margen que existe. Hay muchas razones importantes para esforzarse por lograr una mayor precisión, como son, además de las políticas, las consecuencias sobre el cambio climático, la posible confusión de los consumidores y automovilistas o la política de impuestos basada en consumos o emisiones oficiales.

Como siempre, si hubiese una competencia efectiva en este sector (véanse en la DG Competition los diferentes cárteles descubiertos, el más reciente aquí), los resultados en términos de producto e innovación a buen seguro mejorarían respecto a los actuales.



28/04/2019 – Sin confianza no hay moneda

Un billete es una promesa; un papel pintado sin valor intrínseco, que solo se sostiene por la creencia colectiva de que será aceptado por otros. La moneda, como enseñamos en la facultad, tiene tres funciones; es una unidad de cuenta que permite expresar el valor de las cosas en sus unidades, es un medio de pago generalmente aceptado, que sirve para cancelar obligaciones, y se usa también como reserva de valor.

Cuando hay mucha inflación aumenta la dispersión de los precios y perdemos la referencia de cuanto cuestan las cosas, debilitándose así la primera función. En el caso de operaciones en bienes durables, donde la erogación es significativa en relación a los ingresos, si la inflación es persistente y muy significativa, directamente dejamos de usar la moneda doméstica y pasamos a poner los precios en dólares. El mercado inmobiliario es un claro ejemplo de esto, pero en sociedades con hiperinflación como Venezuela hoy o Argentina a fines de los 80s, incluso la comida tiene su precio en dólares.

La fuerza de la ley sostiene el poder del dinero de curso legal para cancelar obligaciones, pero en la medida que la inflación se acelera, los contratos empiezan a indexarse explícita o implícitamente, como ocurre ahora con los alquileres. Este comportamiento se generalizará a otros contratos si los precios siguen corriendo a alta velocidad y el gobierno no logra frenarlos.

Ni hablar del efecto pernicioso de la inflación en la capacidad de conservar el valor del dinero doméstico. Con un índice de precios creciendo casi al 5 % mensual, conservar los ahorros en pesos equivale a poner el helado fuera del freezer, en pleno verano.

 

No sube el dólar

Aunque a muchos de ustedes les parezca increíble, no sube el dólar. En realidad, se cae el peso. Y aunque esta distinción pueda parecer una pavada, no se trata de un juego de palabras ni de un relativismo ingenuo. Es cierto que el dólar en el mundo se fortalece ligeramente, pero el problema central es que cae la demanda de pesos y por lo tanto el precio de la moneda se derrumba. Es interesante notar que no se trata de un fenómeno de emisión excesiva, sin respaldo, como tantas veces hemos visto en nuestro país. De hecho, la base monetaria está prácticamente sin cambios desde octubre del año pasado. No; lo que ocurre es que hay una crisis de confianza fenomenal y la manifestación primera de esa credibilidad famélica es el repudio a la moneda.

Lo cierto es que hasta diciembre el plan económico venía bajando la inflación mes a mes, desde la ultima corrida de septiembre. No porque de golpe se hubiera reconstruido la confianza en el gobierno, sino porque las tasas de interés superaban las expectativas de inflación, que además estaban a la baja por el anuncio del apretón monetario. Pero en cambios en algunos precios clave de la canasta de consumo, como por ejemplo la suba de la carne. El rebrote inflacionario coincidió con la fuerte baja de las tasas de interés y para mediados de febrero el Banco Central entró en cortocircuito fomentando plazos fijos que pagaban 33 % en un contexto en el que la gente esperaba, según la encuesta de la Universidad Di Tella, 40 % de inflación.

Sobre llovido, proliferaron encuestas que coinciden en mostrar menos chances del oficialismo y la publicación del libro de Cristina Fernández fue leída como una confirmación de su candidatura. Sin importar si esto es cierto o no, lo concreto es que el mercado empezó a descontar una mayor probabilidad de que vuelva el kirchnerismo, con la posibilidad de que reaparezcan los controles de capitales y las limitaciones para comprar dólares.

Por supuesto, lo que el gobierno no dice es que esas mayores posibilidades de la oposición son la consecuencia del fracaso de sus políticas económicas. Más aún: la razón por la cual una de las peores presidentas de la historia, desde el punto de vista del manejo de la economía, tiene chances de volver, es porque Cambiemos no acierta en articular una propuesta atractiva para sus votantes del 2015. No se trata solo del voto castigo. Si Cristina tiene chances es porque la gente no le cree a Macri.

No es una apreciación subjetiva, ni una exageración; Alfonsín asumió en medio de una crisis de deuda extraordinaria, que afectaba a toda América Latina, luego de que la política antinflacionaria de los Estados Unidos hubiera hecho volar las tasas de interés y colapsar a México en 1982. Es cierto que el padre de la democracia se fue en medio de una hiper, pero nadie recuerda que asumió con 620 % de inflación. La gestión de Menem es muy cuestionable, pero no debemos olvidar que remontó esa hiper, e incluso De la Rua, con todas las criticas que pudieran hacerle, debió administrar el ocaso de la convertibilidad.

Pero Fernandez de Kirchner asumió con superávit fiscal, superávit externo y autoabastecimiento energético, con un dólar competitivo y con reservas abundantes. En ocho años de gobierno perdió todo eso y no fue capaz de hacer crecer las exportaciones; variable clave para sostener el crecimiento.

Aún así, el mercado se estremece y el peso se hunde ante la posibilidad de su regreso. Esta crisis no se resuelve con un cambio de gabinete, ni con una medida mágica que logre dar en el clavo. Basta de pensar en una renuncia, un pase mágico o la fantasía de una dolarización que tampoco resuelve los problemas de fondo. La suba del dólar, o mejor dicho; el derrumbe del peso, es la señal de la falta de confianza en la actual conducción y la únjica forma de revertirlo es convencer a la gente de que hay un proyecto más allá de dicembre.

Sin confianza, no hay moneda



viernes, 26 de abril de 2019

¿Y si el resultado de las elecciones lo decide una papeleta mal diseñada?

Películas sobre economía y emprendimiento: análisis crítico y pedagógico (II)

Continúo hoy el análisis de la película Nightcrawler siguiendo el hilo de películas sobre economía y emprendimiento ante el interés suscitado por el artículo anterior y las sugerencias aportadas en los comentarios y en la dirección de correo electrónico elcaptor.estudios@gmail.com. Por supuesto, la sección se abre a la publicación de aquellos análisis de interés que sean remitidos a la citada dirección de El Captor. En este sentido recuerdo que algunas otras películas tratadas con anterioridad en este blog de economía fueron el “El sirviente” o “La Gran Apuesta”. Pero vamos ya con las cinco últimas claves sobre la película Nightcrawler que he prometido rescatar. 1- Búsqueda indiscriminada de oportunidades El fin es emprender por emprender. La cualidad psicológica del personaje es lo importante. El sector en el que desarrollar esta cualidad no. O digamos que es indiferente. Un día podría ser el apasionante mundo de los alimentos en conserva y otro el de los neumáticos reutilizados. El perfil del emprendedor presentado en esta película es de este tipo, mucho más dinámico y versátil que el de un perfil de carácter técnico que solo podría desarrollar su actividad en un único campo de especialización. 2- La dualidad moral del jefe y el esclavo El desarrollo argumental lo deja bastante claro. En ciertos momentos de la película observamos que ante una misma situación existen dos tipos distintos de personajes con distintos tipos de actitudes; por un lado, aquellos que ante un escenario complejo reaccionan de forma inmediata sin encontrar límites a su conducta para encontrar la solución. Y, por el otro, aquellos que anteponen la consideración de límites y factores morales a cualquier otra consideración, por ejemplo, la resolución del problema. Esta dualidad, implica, evidentemente, que el progreso en la sociedad de unos y otros se desarrolle a distintas velocidades, y mientras […]

La entrada Películas sobre economía y emprendimiento: análisis crítico y pedagógico (II) aparece primero en El Captor - Economía y Opinión.



jueves, 25 de abril de 2019

Caramelos de regaliz

 

Ayer publicaba la OCDE su Employment Outlook de 2019 con el título “El Futuro del Trabajo”. Aunque tiempo habrá para su análisis, vaya por delante que en el prólogo se dice explícitamente que el futuro del trabajo está en nuestras manos y dependerá, sobre todo, de las Decisiones políticas que se adopten en los distintos países. Estas Decisiones se tienen que escribir con mayúsculas, porque se refieren sin duda al diseño de estrategias de profundo calado. En mi opinión, en España, las decisiones de política económica siguen escribiéndose con minúsculas, que es la caligrafía de las políticas cortoplacistas y dirigidas a parchear la realidad. Los políticos son en parte el reflejo de la sociedad de la que proceden, no conviene llevarse a engaños, aunque en ciertas ocasiones se han visto forzados a estar por encima de los colectivos con los que se identifican. En plena escalada de la deuda pública en España, en un debate en un salón abarrotado de profesores universitarios, me gané muchas malas caras por defender la rebaja y posterior congelación del sueldo de los funcionarios (mi sueldo) articulada por el gobierno de Zapatero. También me pareció adecuada la modificación del artículo 135 de la Constitución o el aumento, dada la coyuntura, de los impuestos implementado por el gobierno de Rajoy tras ganar las elecciones. Curiosamente, estas medidas han sido utilizadas en los recientes debates electorales como armas arrojadizas entre los candidatos, lo que es un claro síntoma de mi nulo porvenir en la política.

Hace dos días publiqué un artículo que hablaba de un temor y una ausencia, la ausencia en el debate político de Decisiones con mayúsculas, y el temor de que la fragmentación política impida llegar a equilibrios que permitan trascender intereses de colectivos particulares y encontrar soluciones a los desafíos estructurales. El argumento del artículo, en el que las ideas, las relaciones sociales y los puentes de conocimiento entre instituciones juegan un papel central, debe mucho a las conversaciones que mantuve con un grupo de amigos de whatsapp[i] durante la tempestuosa Semana Santa valenciana, y a las ideas que a través del mismo intercambiamos una ex ejecutiva de la City trabajando actualmente en una consultora después de pasar por un organismo de regulación del Reino Unido, una alta funcionaria de la administración pública española expatriada, un trabajador de una gran empresa con dos másteres de prestigio en economía, y dos profesores universitarios. De esta especie de ensayo en una probeta surgió el artículo que publicó El Mundo y que a continuación, con pequeñas variaciones, reproduzco.

Este blog ha dedicado recientemente una serie de tres entradas a enumerar muchos de los asuntos económicos en los que, o queda mucho margen de mejora, o simplemente caminamos en la dirección contraria (aquí, aquí y aquí). El futuro gobierno que salga de las urnas haría muy bien en tomar nota. Sin embargo, aunque la omisión de problemas evidentes puede resultar irritante, lo verdaderamente alarmante del debate político es la ausencia de la elaboración de un diseño de sociedad, soflamas al margen.

Somos una sociedad desarrollada que ha conseguido desde el final de la dictadura importantes avances en lo económico y en lo social. No obstante, nada nos asegura que en el futuro seamos capaces de mantener nuestros niveles de bienestar y mucho menos de aumentarlos siguiendo la senda de los países más avanzados. Por eso, el diseño para una sociedad próspera ha de empezar por reconocer lo evidente: estamos inmersos en un proceso de profundos cambios tecnológicos, cambios que probablemente se acentuarán en los próximos años. El avance y desarrollo de la digitalización, la inteligencia artificial o la robótica en el contexto de una economía globalizada va a tener un importante impacto en la organización de los procesos de generación y distribución de la producción, con implicaciones innegables en el mercado de factores y en la distribución primaria de la renta.

En el mercado de trabajo todo apunta a que nos dirigimos a sociedades donde predominará un doble equilibrio. En el equilibrio más elevado, los trabajadores desempeñan tareas bien remuneradas en procesos productivos de alto valor añadido. En el equilibrio inferior, las personas se ocupan de tareas para las que no se requiere una elevada cualificación, percibiendo un salario mucho más bajo. Ente los dos equilibrios tendremos máquinas realizando tareas automatizadas. De lo preparada que esté una sociedad para afrontar los nuevos retos, y de cómo se gestione por parte del sector público el futuro marco normativo y regulatorio dependerá nuestra orientación como sociedad hacia trabajos con alto valor añadido, y nuestro bienestar futuro.

Es fundamental garantizar un sistema educativo eficaz en la transmisión de la formación necesaria para desempeñar las nuevas tareas, lo suficientemente flexible para descubrir lo antes posibles las nuevas necesidades formativas. Pero una población mejor formada no será suficiente si su potencial se ve cercenado por un sector público rígido e inoperante, tanto en su labor de lubricación normativa para aprovechar las indudables ventajas de los cambios tecnológicos, como en su tarea de redistribución de la renta hacia los más vulnerables. Esto requiere cambios importantes en el funcionamiento de la administración pública, que han de comenzar por facilitar el acceso del talento a la función pública. Una administración pública más profesional mejora el valor del propio sector público, facilitando la disposición de los agentes económicos a transferir parte de su renta para compensar a los inevitables perdedores que la transformación tecnológica va a originar.

La transición hacia una sociedad más próspera requiere de un nuevo contrato social que potencie lo que favorece la convergencia al equilibrio de alto valor añadido, y se desprenda de los aspectos que lastran su adaptación. El núcleo vertebrador del nuevo acuerdo tendría como objetivo conseguir la máxima exposición de los agentes sociales (en el sentido más sociológico del término) a las ideas y al talento. En España, como en otros países, existe mucho talento, pero por desgracia nos empeñamos en aislarlo o condenarlo al destierro. Hay talento languideciendo en pequeñas empresas familiares, acomodándose en universidades que ocupan puestos retrasados en los rankings, o adaptándose a los ritmos funcionariales de la administración pública. Nuestro diseño actual de sociedad condena a que sus ideas permanezcan en compartimentos estanco, en lugar de permitir su difusión.

Investigaciones recientes demuestran que las conexiones sociales, por su capacidad para difundir ideas, son un motor fundamental de la creatividad y la generación de nuevas ideas, que impulsan el desarrollo individual y social. Durante ochenta años la Universidad de Harvard, a través del Harvard Study of Adult Development, ha seguido a un grupo de más de 700 personas para descubrir que las relaciones sociales se encuentran entre los factores más importantes de la felicidad y salud mental. Esta evidencia a nivel individual también es cierta para las sociedades. A nivel institucional la producción de ideas tiene economías de escala. Las empresas más grandes son más productivas que las pequeñas en parte porque de las relaciones personales en su seno fluyen nuevas ideas con capacidad de generar muchas más ideas. También las mejores universidades les dan una importancia fundamental al networking a través, por ejemplo, de sus programas de seminarios o visitas. El nuevo contrato social debería empezar por sacar a nuestras instituciones del limbo autárquico en el que se encuentran. Esto requiere empezar a construir puentes institucionales de alta velocidad para facilitar la transición del capital humano entre el sector público, el privado y el educativo.

La construcción de estos puentes del conocimiento es incompatible con algunos aspectos clave de la estructura operacional actual del sistema educativo y de la administración pública como: el acceso dominante a la función pública por medio de las oposiciones; el estrecho rango salarial en el sector público; el sistema de gobernanza actual de las universidades; la ausencia de autonomía en centros educativos y departamentos de la administración del estado; los obstáculos a la reversibilidad del talento del sector público al privado; o el desprecio a la rendición de cuentas. Cambiar estos aspectos es factible, especialmente si se hace de un modo progresivo.

Los puentes institucionales del conocimiento se deberían sustentar sobre pilares sólidos a partir de la evaluación continua tanto de las políticas públicas, como del desempeño del sistema educativo. La revolución tecnológica presente tiene también una vertiente que afecta a la capacidad de las sociedades actuales de generar ingentes cantidades de información y tratarlas de modo adecuado para evaluar con gran rapidez y detalle aspectos concretos del funcionamiento del sector público. Esta es la base de proyectos como OPAL en el que participan el MIT y otras instituciones.

La fragmentación política es tal vez el principal obstáculo al diseño pactado de una estrategia como la descrita. Los partidos populistas son grandes enemigos de la creación de puentes de conocimiento. El populismo se nutre del temor de las sociedades a situaciones cambiantes, incluyendo los grandes cambios tecnológicos y organizativos. Su respuesta es siempre la misma: blindar el statu quo a ciertos colectivos de potenciales amenazas a su posición de partida. Justo lo contrario al dinamismo en la movilidad de las personas y sus ideas que incentivaría el progreso. La prevención del progreso les garantiza a su vez ampliar su masa de potenciales votantes de entre la población de desilusionados. Siempre existirá un culpable lejos de su entorno sobre el que hacer recaer la responsabilidad. Es más, los partidos populistas empujan la frontera del populismo, forzando de este modo la asunción de parte de sus propuestas tanto por los partidos más tradicionales como por otros nuevos que nacieron para actuar de contrapeso a la deriva populista. Propuestas contrarias al progreso, cuando no disparatadas, adquieren de este modo por consenso político ante la opinión pública el marchamo de irreprochables.

Nada garantiza que el resultado de un sistema de elección basado en la decisión individual conduzca a un óptimo para el conjunto de la sociedad. Y este hecho es todavía más cierto cuando se valora el resultado de dicha elección teniendo en cuenta otros escenarios posibles desde la perspectiva del paso del tiempo. Por eso resulta tan frustrante la constatación de que nuestros políticos, lejos de establecer las condiciones necesarias para abordar los retos fundamentales a los que nos enfrentamos, sigan vendiéndonos, como solución a nuestros males, caramelos de regaliz de distintos colores.

[i] Mi agradecimiento al grupo de whatsapp “Enjoy 19's Red Tuna, Sraffa"



Debates Electorales 2019: líderes políticos se han convertido en una fábrica de excusas y lamentos

Como era previsible, los debates electorales fueron raros. Primero, por coincidir en Semana Santa y luego por la carambola de tener dos debates a cuatro sin Vox y dos jornadas seguidas cuatro días antes de votar con un 40% de indecisos aún. En este escenario es más fácil ir al casino y ganar dinero que acertar el resultado de las elecciones del próximo domingo.

1. Tras los debates electorales, la política económica que nos espera en la próxima legislatura es…

 

No obstante, los debates sí permiten sacar algunas conclusiones sobre la política económica de la próxima legislatura. Los cinco candidatos (incluyo a Vox aunque no estuviera en los debates) viven en el país de nunca jamás y están muy alejados de la realidad de la economía española.

debates electorales españa

Fuente foto: REUTERS

► Ni uno solo de los candidatos habló de Europa durante los debates electorales

Las dos claves que condicionan la política económica de todos los países del mundo son la globalización (y geopolítica) y la revolución tecnológica. El mundo de nuevo es bipolar -ahora entre China y EEUU- y, como están comprobando los británicos, fuera de la Unión Europa eres un paria en el tablero internacional.

Esta semana ninguno de los cuatro candidatos (presentes en los debates) hizo ninguna mención a Europa, al papel de España en Europa y de Europa en el mundo.

Ni si quiera cuando hablaron de inmigración y de la frontera con Marruecos ninguno entiende que sin nuestra pertenencia a la Unión Europea nuestra capacidad de negociación con nuestros vecinos sería mínima.

Hasta Forrest Gump entendería que solo con vallas no se va a resolver el problema. Con las proyecciones demográficas en África o Europa, o colaboran en el desarrollo económico de sus países o la presión de inmigración seguirá creciendo exponencialmente.

 

 

► ¿Y de América Latina? Mejor ni hablemos

Nuestra mejor posición en el tablero mundial son nuestras relaciones diplomáticas y presencia en América Latina. Franco tenía una visión imperialista sobre Latam, la misma que tiene ahora Santiago Abascal. 

Con la democracia y con enormes esfuerzos diplomáticos, España ha conseguido normalizar sus relaciones con el continente y eso ha permitido que seamos el principal inversor en el área y que nuestras empresas hayan creado miles de empleos.

Si ponemos en riesgo nuestra posición diplomática en América Latina miles de españoles (sobre todo en Madrid por efecto sede de las multinacionales), se irán al paro. Y no sólo en las multinacionales: los de los restaurantes próximos, los taxistas y VTC que les llevan, los autónomos que les hacen el reparto y les llevan el material de oficina o el café para sus máquinas y cafeterías.

La única referencia de América Latina fue para comparar la política económica de Sánchez con Venezuela y con Ecuador por parte de Pablo Casado.

El caso de Venezuela -con la quinta hiperinflación de la historia- es difícilmente comparable con otro país. Y Ecuador lleva dos años haciendo un enorme esfuerzo de racionalización de deuda con un préstamo del FMI y en un proceso de liberalización muy intenso de su economía para diversificar su economía.

Pero a Pablo Casado no se le ve muy puesto en política internacional. Cuando se habla de Latam hay que hablar de México y Brasil, que son sus dos grandes economías y ni una mención en el debate de ninguno de los cuatro.

 

 

► Sobre revolución tecnológica: ni uno solo de los candidatos tiene un plan

En la revolución tecnológica la conclusión de los debates es que ninguno tiene un plan, ni siquiera son conscientes que necesiten tenerlo.

El bajo nivel de contenido tecnológico de nuestras exportaciones es la principal causa de la precariedad y de los bajos salarios en España. Si a eso le sumamos la burbuja inmobiliaria y el sobreendeudamiento con el exterior de nuestra economía el escenario es aún más complejo.

Uno de nuestros principales bienes de exportación son coches de motor de explosión, que están en extinción.

Pronto los coches serán eléctricos y en unos años con conducción autónoma. Eso pone en riesgo miles de puestos de trabajo, y ciudades y regiones enteras que viven de las fábricas de automóviles.

Una opción es prometer proteccionismo y apoyar a las empresas españolas como hace Vox. Todas las empresas de automóvil en España son extranjeras.

Por lo tanto, si el resto de países siguen la misma estrategia de Vox, Le Pen o Salvini perderemos todas las fábricas seguro, hagan los que hagan los chinos y los EEUU.

La única opción en ese nuevo mundo es plantear una estrategia de política industrial y tecnológica para encontrar tu hueco en la era de la tecnología global.

► Inteligencia artificial: nuestros líderes están a por uvas

España tiene buen nivel de capital humano y unos salarios muy competitivos con nuestros socios europeos. Y necesitamos un trozo muy pequeño del crecimiento del PIB mundial para conseguir pleno empleo con buenos salarios y el reto es posible. Pero sin plan dejas el futuro de los 46 millones de españoles al azar.

La gran pelea en el tablero mundial está en el análisis de los datos por medio de la inteligencia artificial. China se propuso hace cuatro años ser líder mundial en 2025 y lo está consiguiendo. Todos los niños chinos van a estudiar los lenguajes de programación para poder relacionarse con las máquinas. Nuestros cinco líderes, incluyo a Vox aunque no estuviera en el debate, están a por uvas.

2. Deuda Pública: ninguno de los 5 candidatos a las elecciones generales tienen un plan B

Todo el debate y toda la campaña han sido en el país de Nunca Jamás. El estado español vive a crédito y para pagar los sueldos de sus funcionarios, de las pensiones y del subsidio por desempleo tiene que pedir dinero prestado en los mercados internacionales.

 

Cada mes el Tesoro público tienen que emitir 20.000 mill de deuda pública

Eso es la mitad de todo el dinero que nos gastamos en educación anualmente. De momento, emitimos a tipos bajos gracias a estar en el euro y a la intervención del BCE que mantiene sus tipos a cero y está vigilante para que no haya otro episodio de inestabilidad financiera como en 2012. Pero esos episodios pueden volver.

En una situación como esa cualquier familia estaría con una política prudente intentando reducir su endeudamiento para no vivir en la cuerda floja. Si un mes los mercados deciden no prestarte ¿cuál es el plan B de los cinco candidatos?

Incluyo a Vox aunque no estuviera en el debate: ninguno tiene plan B. La política, como la vida, es pura contingencia. Pero, como nos enseñó Keynes, entre la causa de los problemas económicos y sus efectos hay un tiempo en el que la política puede actuar. Ninguno de los cinco tiene plan y cuando veamos los efectos ya cualquier estrategia no servirá y, de nuevo, a improvisar y a cambiar las cuatro ruedas con el coche en marcha.

España lleva desde 2015 con gobiernos débiles sin capacidad para conseguir sacar leyes en el parlamento para afrontar los retos que he planteado en este post.

 

Pase lo que pase el domingo el gobierno será débil y habrá incluso más fragmentación en el parlamento. Somos un país que envejece (en 2007 había 5 millones de pensiones y hoy hay 6,3 millones) y cuyo gasto en pensiones y sanidad crece exponencialmente. Solo el crecimiento estimado del gasto en sanidad por el envejecimiento de la población se comería la regla de gasto y no habría dinero para aumentar el gasto en otras partidas.

Y en 2018 la inversión pública sobre PIB registró su mínimo desde los años ochenta y la inversión pública en innovación para adaptarnos a la revolución tecnológica está en el mismo nivel que en el año 2000.

Mientras unos prometiendo bajar los impuestos y subir el gasto social y los otros subir los impuestos sólo a los ricos y aumentar aún más el gasto social.

 

debate electoral españa atresmedia

3. Con estos 5 candidatos, España seguirá siendo un país segundón en Europa

España es un país lleno de oportunidades y que tiene muy fácil ser un ganador en la era de la tecnología. Hoy la revolución tecnológica es solar y nosotros tenemos sol.

Tenemos excelente conectividad aeroportuaria gracias a nuestro turismo y eso nos hace muy competitivos para atraer nómadas digitales que innoven y creen empleo en España. Tras el pinchazo de la burbuja y la crisis se ha empezado a crear un ecosistema de innovación que en una década puede convertirse en empresas que transformen conocimiento en empleo con mejores salarios.

España se aleja de los países líderes en la era de la tecnología global por tener peores empresas innovadores y no por tener peores trabajadores

Pero la sensación que le queda a este economista observador tras los dos debates y campañas hechas es que con estos cinco candidatos España seguirá siendo un país segundón en Europa y tendrá problemas para competir en la gran liga mundial.

Tendremos empresas que lo consiguen y hay muchas oportunidades de inversión pero por los méritos de sus empresarios y sus trabajadores, compitiendo con el viento en contra empresas de otros países donde sus gobiernos sí tienen un plan y colaboran con sus empresas para conseguir el pleno empleo con buenos salarios.

Giner de los Ríos hace 100 años dijo que perdimos nuestras colonias por tener peores ingenieros y electricistas y no por tener peores soldados. Hoy España se está alejando de los países líderes en la era de la tecnología global por tener peores empresas innovadores y no por tener peores trabajadores.

Nuestros líderes políticos se han convertido en una fábrica de excusas y de lamentos y dirán que no hay tiempo en un debate para hablar de estos temas.

¿En una hora y media ni siquiera una mención y dos o tres propuestas? Y ¿en los mítines? ¿En las entrevistas de medios? Es muy duro escribir un post así sobre tu país, al que tanto quiero, en el que estoy educando a mis hijos y al que deseo lo mejor para todos los españoles.

Espero y deseo con todo el alma equivocarme y que en la próxima legislatura el gobierno que elijan los españoles tenga un plan para España y Europa en la era de la tecnología global.

 

blog josé carlos díez

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miércoles, 24 de abril de 2019

Confianza en el sistema sanitario y desigualdades en salud

Con las elecciones a la vuelta de la esquina y los partidos centrados en sus propuestas, uno de los elementos que despierta más interés es la sanidad. Así lo demuestra el Barómetro Sanitario en España: cerca del 30 % de los ciudadanos consideran que la sanidad es el ámbito más importante para ellos (gráfico 1). Curiosamente, parece que ese dato no coincide con el tiempo que nuestros políticos dedican a explicar sus propuestas en materia de sanidad. ¿Quizás estamos tan interesados en la sanidad porque somos pocos los que estamos satisfechos con el funcionamiento del sistema? Solo el 20 % de los ciudadanos considera que el sistema de salud público funciona bien o bastante bien (gráfico 2). Las causas de esta insatisfacción pueden ser múltiples, pero hoy me centraré en la percepción de la equidad del sistema de salud público.

El gráfico 3 refleja, en diversas dimensiones, la evolución del porcentaje de ciudadanos que considera que nuestro sistema sanitario es equitativo. Según los datos, se ha reducido la equidad del sistema entre comunidades autónomas (ligeramente); entre zonas rurales y urbanas (también ligeramente), y, sobre todo, entre españoles y extranjeros y entre las personas con residencia legal o no. Mi intuición me dice que la evolución de estas dos últimas categorías se debe a la aprobación del Real Decreto-Ley 16/2012, por el que los inmigrantes en situación irregular en España perdieron el acceso al sistema de salud público (ya hablamos de eso aquí y aquí).

En realidad, ¿qué sabemos sobre los factores que explican esas desigualdades, tanto en la utilización del sistema sanitario como en resultados de salud? ¿De dónde vienen las diferencias de equidad por nivel socioeconómico, por género, por edad, por nacionalidad? Como los lectores ya habrán intuido, la investigación ha señalado multitud de factores como determinantes de esas desigualdades. Sin embargo, un artículo resulta de especial interés en ese sentido. Se trata de un artículo publicado recientemente en el Quarterly Journal of Economics que ha sido galardonado con el premio Arrow de la Asociación Internacional de Economía de la Salud (IHEA) al mejor artículo publicado en el área de economía de la salud en 2018. El artículo analiza el papel de la desconfianza en el sistema de salud con respecto las desigualdades observadas. Y para llegar a conclusiones sobre esta relación, parte del estudio Tuskegee, cuyas irregularidades se publicaron en el New York Times y en Los Angeles Times en 1972.

El estudio Tuskegee, del Servicio Público de Salud de Estados Unidos (US Public Health Service), se inició en 1932 y seguía a unos 600 hombres afroamericanos de Alabama, dos terceras partes de los cuales padecían sífilis. El seguimiento fue pasivo: a cambio de comida caliente, exámenes médicos e incentivos monetarios, se analizaba la evolución de la enfermedad sin recibir tratamiento médico alguno. Llegados a este punto, es importante recordar que a principios de los años cuarenta la comunidad médica era plenamente consciente de que la penicilina era muy eficaz para el tratamiento de la sífilis. Los hombres que participaban en el estudio —mayoritariamente pobres y de bajo nivel formativo— pensaban que aquellos médicos (en su mayoría, blancos) les estaban tratando. Una negligencia médica en toda regla. El caso se filtró a la prensa en 1972, cuando la mayoría de los participantes enfermos ya había muerto y, en algunos casos, había contagiado a sus mujeres y a sus hijos.

Las autoras del artículo premiado parten de este experimento tan falto de ética para estudiar sus efectos sobre la desconfianza en el sistema de salud, sobre la utilización de los servicios de salud y sobre la mortalidad del grupo afectado por aquella negligencia médica: hombres afroamericanos entre 45 y 74 años del condado de Macon (Alabama). La tesis de las autoras era que el estudio Tuskegee podía haber afectado a la confianza de toda la población, pero que el grupo de los hombres objeto del experimento seguramente tendría una pérdida de confianza más fuerte que el resto de los grupos de la población. Este supuesto se corrobora claramente con los datos: los resultados de su modelo de triple diferencias muestran que un aumento (en una desviación estándar) en la proximidad geográfica al condado del estudio reduce un 22 % las visitas al servicio de salud en el caso de los hombres del grupo afectado por el estudio.

Además, estos efectos se detectan en mayor medida en hombres con bajo nivel formativo y bajo nivel socioeconómico dentro del grupo afectado, es decir, los más parecidos a los participantes del estudio Tuskegee. En cuanto a los efectos sobre la mortalidad, el experimento explica un 35 % de la diferencia en la esperanza de vida (en 1980) entre hombres blancos y negros en Estados Unidos. En otras palabras, la esperanza de vida de los hombres afroamericanos (a los 45 años) se redujo en 1,5 años por la pérdida de confianza en el sistema de salud y porque se redujeron las visitas al médico a raíz de las negligencias del estudio Tuskegee.

A mi parecer, no hay duda de que estas cifras invitan a la reflexión: cabe plantearse la importancia de políticas que fomenten la confianza en el sistema de salud público de toda la población —especialmente de los grupos más desfavorecidos— y de políticas que aseguren la detección precoz de enfermedades fácilmente tratables por nuestro (fantástico) sistema de salud público.

Gráfico 1. Porcentaje de ciudadanos que consideran que la sanidad es el ámbito de mayor interés

Fuente: Barómetro Sanitario, 1998-2018.

Gráfico 2. Porcentaje de ciudadanos que considera que el sistema sanitario funciona bien o bastante bien.

Fuente: Barómetro Sanitario, 1998-2018.

Gráfico 3. Porcentaje de ciudadanos que consideran que el sistema sanitario es equitativo (varias dimensiones)

Fuente: Barómetro Sanitario, 1998-2018.



martes, 23 de abril de 2019

¿Por un puñado de pesetas? La economía política del ejército en la II República

De Álvaro La Parra-Pérez (Twitter: @AlvaroLaParra)

Cuando, allá por 2011, comentaba a un amigo que empezaba una tesis sobre la Guerra Civil, exclamó: “¿¡Pero aún queda algo por investigar sobre eso!?”. Su perplejidad era comprensible: Worldcat contiene casi 5.000 libros o artículos en inglés con “Spanish Civil War” en su título y casi 3.500 en español.

Lo cierto es que, aunque hemos avanzado mucho en el conocimiento de los hechos, sí queda mucho por investigar sobre los motivos que llevaron al fracaso de la primera democracia española. Prueba de ello es la conferencia titulada "Queda mucho por decir sobre la Guerra Civil. Aportaciones recientes y reflexiones 80 años después" que se celebró hace tres semanas y reunió a una gran parte de los expertos en el tema (una crónica aquí). Otro ejemplo es uno de los frutos de mi tesis, un artículo que saldrá publicado en The Economic History Review, en el que estudio la influencia que los intereses económicos y profesionales de los oficiales del ejército desempeñaron en su decisión de rebelarse o de permanecer fiel al Gobierno republicano en julio de 1936.

¿Cómo puede el estudio de los intereses económicos y profesionales del ejército enriquecer nuestra comprensión de un tema tan trillado como la España de los años 30? En primer lugar, ofreciendo una visión que complementa el tradicional énfasis en la ideología como factor determinante de las dinámicas y conflictos durante la República y la Guerra Civil. Esta interpretación del periodo como una lucha entre “bloques ideológicos” tiende a encasillar al ejército como un elemento más del frente conservador. No es una idea absurda. La ideología fue, sin duda, un elemento importante a la hora de elegir bando en la Guerra Civil. Además, desde principios del siglo XX, muchos efectivos del ejército asumieron posiciones cada vez más conservadoras. Si a esto añadimos que el fin de la República empezó con un golpe de estado instigado por el ejército, es fácil entender por qué la visión monolítica de las fuerzas armadas como un agente rebelde goza de gran popularidad en el imaginario colectivo. Pero también cabe recordar que, si el golpe de estado derivó en una larga y cruenta guerra civil en lugar de derrocar inmediatamente al gobierno, fue en parte porque un sector importante del ejército permaneció leal al gobierno y contribuyó a neutralizar a los rebeldes en ciudades clave. El artículo explora cómo y en qué medida los intereses económicos y profesionales de los oficiales contribuyeron a esta división de las fuerzas armadas. La Guerra Civil también ilustra los límites de la caracterización de las élites como agentes únicos (single agents) con un solo interés (“función objetivo” en la jerga económica). La visión de las élites como entes homogéneos está particularmente extendida en las teorías neoclásicas del estado (aquí, aquí, aquí o aquí).  Mi investigación intenta huir de la visión monolítica de las élites en general y del ejército en particular, analizando los conflictos de intereses entre las distintas facciones militares y su impacto en el comportamiento de los oficiales en julio de 1936.

Las principales reformas militares durante la República tuvieron lugar bajo el mandato de Manuel Azaña como Ministro de la Guerra (1931-1933). Azaña favoreció la independencia económica y profesional de algunas unidades (como la Aviación) y perjudicó la carrera de muchos oficiales, al revisar y cancelar algunas de las promociones de oficiales aprobadas por Primo de Rivera entre 1923 y 1930. Cardona también apuntó que la eliminación del rango más alto en el ejército (Tenientes Generales) empeoró las perspectivas profesionales de muchos oficiales, al eliminar opciones de promoción y ralentizar sus carreras. ¿En qué medida aquellos individuos o facciones que más ganaron con las reformas de Azaña fueron más proclives a permanecer leales en 1936?

Para responder a esta pregunta, el artículo utiliza una nueva base de datos con información individual para más de 11.000 oficiales en activo en julio de 1936. El bando de cada oficial se basa en el valioso libro de Carlos Engel, quien dedicó media vida a recopilar información individual de cada oficial del ejército al inicio de la Guerra Civil. También he utilizado los anuarios militares entre 1910 y 1936 para trazar la trayectoria profesional de cada oficial durante la República (promociones, degradaciones…) así como para obtener otros datos (años en África entre 1910 y 1927, edad, arma, rango en 1936…).

Los resultados sugieren que las consideraciones de orden económico y profesional tuvieron un impacto significativo a la hora de influir en el bando elegido por muchos oficiales durante la Guerra Civil. Aquellos individuos o facciones que mejoraron sus rentas económicas con las reformas azañistas fueron más proclives a permanecer leales al gobierno republicano. Ser aviador, por ejemplo, disminuye sustancialmente la probabilidad de rebelión. Asimismo, aquellos oficiales que gozaron de mayores ascensos en los meses previos al estallido de la guerra tienden a permanecer leales en aquellos territorios que no cayeron inmediatamente del lado rebelde. En cambio, los oficiales que sufrieron un revés profesional con las cancelaciones de promociones decretadas en 1931 y 1933 se inclinaron más por la rebelión. Es posible que también los oficiales con peores perspectivas profesionales, tras la eliminación del rango de Teniente General, engrosaran las filas rebeldes en mayor número.

En un tema que levanta tantas pasiones como la Guerra Civil, conviene realizar algunas puntualizaciones a modo de conclusión para los menos familiarizados con los trabajos econométricos en general y la cliometría en particular.

En primer lugar, el hecho de señalar que los intereses económicos y profesionales influyeron en las decisiones de algunos oficiales no justifica, en absoluto, el golpe de estado contra la República. Tampoco sería correcto inferir que el artículo apunta a una relación automática entre salir perdiendo con las reformas militares de Azaña y alinearse con los rebeldes. De hecho, el análisis sugiere que hubo otros muchos factores que influyeron en el bando elegido por los oficiales. Factores sociales (como la mayor presencia de organizaciones izquierdistas en la provincia) y factores jerárquicos (tener un líder en la unidad que permaneció leal) disminuyeron significativamente la probabilidad de rebelión. Aunque, por desgracia, carecemos de información fidedigna para determinar el posicionamiento político de la mayoría de oficiales, algunas variables confirman, de manera indirecta, la influencia de la ideología en sus decisiones (como Balcells ya mostró para el caso de los civiles). Por ejemplo, los resultados sugieren que los miembros de la guardia de asalto (unidad para la que, entre otras cosas, se requería una probada lealtad a la República) fueron más proclives a mantenerse leales.

En segundo lugar, como en todo trabajo empírico en ciencias sociales, a la hora de leer los resultados conviene tener presente el problema de causalidad inversa. ¿Los oficiales con mejores carreras fueron menos propensos a rebelarse, debido a las mayores rentas percibidas tras las reformas azañistas, o aquellos que a priori presentaban una menor propensión a rebelarse –por su lealtad al Frente Popular (inobservable para el investigador)- fueron recompensados con carreras meteóricas cuando gobernaba la izquierda? El artículo presenta evidencias cuantitativas y cualitativas que, aunque el escenario en el que la ideología contribuye a las mejores carreras de los oficiales no puede ser obviado por completo, seguramente no explique la totalidad de los resultados. Además, no es la cuestión clave en este caso –aunque establecer convincentemente la dirección de la causalidad cada vez ocupe más tiempo al economista empírico-. Más allá del sentido de la causalidad, los resultados señalan que, en la línea de lo apuntado por  North, Wallis y Weingast, los conflictos entre élites contribuyeron decisivamente a la inestabilidad de la República (véase también el trabajo de Lapuente aquí o aquí para los problemas de una burocracia ideologizada). Además de los conflictos entre élites y masas que tanto han dominado los estudios y debates sobre la República y la Guerra Civil, las luchas entre las facciones que coexistían en el seno de las élites también influyeron decisivamente en las dinámicas institucionales del periodo.

Pese a la estupefacción de mi amigo, tal vez sí queden cosas por estudiarse sobre la España de los años 30. Y así seguir avanzando, poco a poco como siempre, en nuestro conocimiento.



domingo, 21 de abril de 2019

El bienestar en el Antropoceno

de Vicente Ortún Rubio

No mejorará el bienestar de nuestra especie en un planeta que enferma. Y sin pretender contribuir al subgénero de ciencia-ficción ‘la tierra se muere’, con precursores tan destacados como H.G. Wells y su Time Machine, si conviene recordar algunos hechos, para comentar sobre la importancia y vulnerabilidad de las tendencias a que apuntan, así como las propuestas más importantes para afrontarlos.

En la era geológica del Antropoceno, en la que vivimos desde hace unos años, la actividad humana se ha convertido en la influencia dominante en el planeta.  En el último informe del Intergovernmental Panel on Climate Change (IPPC) sobre las implicaciones de simplemente 1.50C de calentamiento queda claro que la vida continuará pero no como la conocemos ahora. La actividad humana ya ha originado, en estos momentos, 1.00C de calentamiento sobre los niveles pre-industriales y con alto nivel de confianza llegará al 1.50C entre 2030 y 2052 si continua el actual ritmo de aumento de CO2, diez veces superior al conocido en los anteriores 800.000 años, y a los 3-40C en 2100. Para estabilizar el 1.50C de aumento, las emisiones netas globales de CO2 deberán ser nulas hacia 2040 y otros detonantes del cambio climático –como el metano y el óxido de nitrógeno- deberían asimismo bajar. Retrasar las emisiones netas globales de CO2 nulas al 2055 consolidaría un aumento del 2.00C, escenario mucho más catastrófico según el informe citado del IPPC.

Entre los hallazgos científicos de las dos últimas décadas destacan dos empresas colectivas, la que permitió secuenciar el genoma humano y los descubrimientos del Intergovernmental Panel on Climate Change. Nadie cuestiona el primero y existen, en cambio, muchos negacionistas del segundo, entre otras cosas porque el DNA no perjudica intereses creados y el cambio climático sí. Excelentes resúmenes de la ciencia del cambio climático pueden encontrarse en el Journal of Economic Perspectives, en diversas entradas de Anxo Sánchez en NeG (aquí, aquí y aquí entre otras) y en ésta de Humberto Llavador, también en NeG.

El calentamiento global requiere una actuación por parte de todos los países para cambiar nuestro sendero de inversión y crecimiento. Países más o menos ricos, más o menos poderosos, más o menos responsables. Actuaciones aisladas para disminuir las emisiones de CO2 se traducen en difícilmente solubles problemas de acción colectiva. Pactar la contención del calentamiento global puede requerir, tal como Llavador, Roemer, y Silvestre afirman (aquí y aquí), cambiar los argumentos de nuestras funciones de bienestar social y acordar tasa y tipo de crecimiento; podría suponer incluso considerar la fecha de convergencia entre el ‘Norte’ y el ‘Sur’, más concretamente entre EE.UU. y China. Difícil. No en vano el término que definió el pasado 2018, según el Financial Times, fue la trampa de Tucídides, historiador que describe como Atenas ante el miedo que la pujanza de Esparta le provocó y el temor a ver suplantada su posición hegemónica declara unas guerras, las del Peloponeso, que en 30 años llevarían a la destrucción de ambos Estados. El historiador Graham Allison utilizó este término en 2012 al afirmar que el orden mundial en las décadas venideras vendrá definido por la respuesta a la pregunta: ¿Pueden China y EE.UU. escapar de la trampa de Tucídides?

En el Antropoceno, una humanidad miope puede ver amenazada su supervivencia como especie. Y una tasa de descuento adecuada constituye la mejor corrección de la miopía. El poder de la capitalización y los largos horizontes involucrados en el cambio climático significan que la elección de la tasa de descuento es muy importante cuando se comparan las políticas entre sí. Gran parte de las diferentes conclusiones, en relación a los costes del cambio climático, entre Nordhaus –Nobel 2018 y el primero en sugerir limitar el calentamiento a un máximo de 2.00C- y Stern se debió principalmente al uso de diferentes tasas de descuento. Tyler Cowen se pregunta si es éticamente aceptable salvar una vida hoy a costa de 132 dentro de un siglo (tasa de descuento del 5% para vidas humanas).

La salud humana y la de los sistemas naturales de nuestra planeta se mueven en sentidos opuestos. Nuestra actividad está provocando cambios biofísicos a unas tasas mucho más pronunciadas que las conocidas en la historia de nuestra especie. Y estos cambios se producen en seis dimensiones fundamentales: 1/ perturbación climática; 2/ amplia contaminación del aire, el agua y los suelos; 3/ pérdida de biodiversidad; 4/ reconfiguración de los ciclos biogeoquímicos, incluyendo los del carbono, el nitrógeno y el fósforo; 5/ cambios generalizados en el uso de la tierra; y 6/ escasez de recursos, incluyendo el agua y la tierra cultivable. Cada dimensión interactúa con las restantes alterando la calidad del aire que respiramos, el agua a la que accedemos y los alimentos que producimos. Estos cambios en las condiciones de vida afectan nuestra salud y bienestar, en aspectos nutricionales, enfermedades infecciosas y crónicas, así como mediante migraciones y conflictos. La salud pública se vuelve planetaria para incluir la gestión de los sistemas naturales, el urbanismo, la producción de energía, la alimentación y la protección de la biodiversidad.

Diversos economistas europeos han realizado propuestas acerca de cómo acometer las tremendas inversiones precisas para la transformación energética. Piketty y otros, en su Manifiesto para la Democratización de Europa, proponen la creación de un parlamento europeo y un aumento de la presión fiscal de los gobiernos europeos (recargo sobre IRPF del 1% para los más ricos, impuesto sobre patrimonios superiores a un millón) así como una tasa de 30€ por tonelada emitida de CO2, para conseguir €800.000 millones por año que se dedicarían fundamentalmente a la transición energética. Poco después, Varufakis y otros, en su Green New Deal Democracy in Europe 2025, proponen la emisión de deuda comunitaria por importe de €500.000 millones para invertir con la misma finalidad que Piketty. Impuestos o deuda, dilema político.

Beijing abandonó en 2017 su resistencia a considerar el cambio climático como problema al suscribir una declaración conjunta con la Unión Europea reconociendo en el mismo una causa fundamental de inestabilidad. De alguna manera, China explota el vacio de liderazgo creado tras el retiro efectivo de la administración Trump del Acuerdo de París.

China ya es uno de los países con mayor escasez de agua en el mundo, y en las próximas décadas se proyecta que esta escasez empeorará mucho más a medida que el flujo de los ríos alimentados principalmente por aguas de deshielo disminuya considerablemente hacia fines del siglo. En el plano interno, los peligrosos niveles de contaminación del aire se han convertido en una de las principales quejas de la clase media urbana. Se han realizado esfuerzos para mejorar la calidad del aire en las ciudades y se han adoptado políticas para reducir la importancia del carbón, lo que ha permitido la desaceleración en el crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Beijing ha creado el mayor mercado de carbono del mundo, ha inyectado aproximadamente el doble de dinero en energías renovables que Estados Unidos y ha superado a EE.UU. en términos del número de vehículos eléctricos en la carretera y el número de estaciones de carga disponibles al público. China, al igual que EE.UU., se resiste a adoptar políticas climáticas que puedan limitar su crecimiento económico. Las energías renovables están absorbiendo el crecimiento de demanda, pero en su mayor parte no están desplazando la capacidad fósil. El punto clave, desde la perspectiva del cambio climático, es que si bien Pekín ha adoptado cada vez más la posición de que el cambio climático representa un riesgo, esta postura aún no se ha traducido en reducciones reales en las emisiones del país, y mucho menos en la dramática transformación económica necesaria para alejar el mundo de un calentamiento desastroso.

En Estados Unidos, la izquierda del Partido Demócrata también propone un Green New Dealmientras aumenta la demanda de petróleo y la industria mundial de la energía plantea inversiones multimillonarias para satisfacerla. Según ExxonMobil, la demanda mundial de petróleo y gas aumentará en un 13% para 2030. Recuérdese que según IPPC, la producción de petróleo y gas debe disminuir en un 20% en 2030 y en un 55% en 2050, para detener la temperatura de la Tierra en el 1.5 ° C por encima de su nivel preindustrial. Las empresas energéticas saben que los rendimientos financieros del petróleo son más altos que los de las energías renovables. Por ahora, la demanda mundial de petróleo está creciendo en un 1-2% al año, similar al promedio de las últimas cinco décadas.

Alternativamente cabe gravar las emisiones de CO2, como plantea la propuesta de los 3508 economistas estadounidenses (27 Nobeles y 4 ex-presidentes de la Reserva Federal incluidos). Se trataría de un impuesto –poderosa señal de precio que aprovecha el mercado para dirigir a los actores económicos a un futuro bajo en carbono- que aumentaría cada año y sería neutral en los ingresos para evitar debates sobre el tamaño del gobierno. Para maximizar la imparcialidad y la viabilidad política de un aumento del impuesto sobre el carbono, todos los ingresos deberían devolverse directamente a los ciudadanos de los EE. UU. por medio de reembolsos iguales de suma global. La mayoría de las familias estadounidenses, incluidas las más vulnerables, se beneficiarán financieramente al recibir más en ‘dividendos de carbono’ de lo que pagan en el aumento de los precios de la energía.

Tal como opina Martin Wolf, el debate estadounidense sobre el cambio climático se está calentando y los dos planes citados para atacar el problema podrían combinarse en un compromiso viable: El mecanismo de precios propuesto por los 3508 economistas resulta ciertamente potente pero no será suficiente si, primero, no se combina con alguno de los elementos de intervención pública del New Green Deal, y, segundo, no se generaliza a todo el mundo.

No se podrá mejorar la salud de las personas en un planeta enfermo. El bienestar ha pasado a ser planetario y el Estado de Bienestar es la institución clave para mejorar esa armonía social imprescindible para que el término ‘capitalismo democrático’ no sea un oxímoron.

En cualquier caso mucho antes de nos demos cuenta, la revolución genética –fruto del otro gran descubrimiento científico colectivo de las dos últimas décadas- transformará el mundo. Las tecnologías genéticas están diseñadas para cambiar la forma en que hacemos a los bebés, la naturaleza de los bebés que hacemos y, en última instancia, nuestra trayectoria evolutiva como especie. Se ha propuesto una moratoria en el uso de técnicas de edición genética CRISPR pero todo quedará en un mero registro de las mismas por la Organización Mundial de la Salud. No hay que descartar, por tanto, que los Morlocks de H.G.Wells diseñen los Elois que les convengan en un mundo poco habitable.  En grupos pequeños los humanos hemos sabido sobreponernos a situaciones históricas en donde se salvaban todos o no se salvaba nadie (de ahí la presencia de ‘castigadores altruistas’ entre nosotros). Con un grupo de 7200 millones, y creciendo, la cooperación con extraños se ha vuelto tan complicada como necesaria.



Programa Electoral de Ciudadanos 2019: la incertidumbre está garantizada

Tras analizar el programa del PSOE, de Podemos, Vox y PP, ahora le toca al programa electoral de Ciudadanos. Y es que, querido lector, somos de esos votantes racionales que nos sigue gustando leer las propuestas de los partidos en las campañas electorales, una costumbre en peligro de extinción.

1. Algo positivo del programa electoral de Ciudadanos: priorizan el largo plazo en sus medidas

La sensación tras leer el programa de Ciudadanos es la misma que tendrías después de hacerlo con un artículo académico de una revista de economía. Es cierto que la economía no es la prioridad del partido naranja (primero hablan de Cataluña y su 155 y luego, de la corrupción), pero también hay que reconocerles que tras seis años en la escena nacional mantienen el esfuerzo por priorizar el largo plazo y poner las largas.

Hacen mucho énfasis en el diseño de incentivos de las medidas y los economistas, tras siglos de observación, sabemos que estos -tanto los buenos como los malos- si están bien diseñados, funcionan para bien o para mal.

programa electoral ciudadanos 2019 (1)

Foto: Efe

▶ Su programa económico cojea donde todos: no dicen cómo lo van a lograr

Lo que más me ha gustado del programa económico de C’s es que pongan la educación como prioridad. En la era de la economía del conocimiento las personas, su acceso y manejo de la tecnología y sus habilidades determinarán la riqueza de las naciones. La otra prioridad es la innovación y el desarrollo tecnológico made in Spain.

La melodía suena muy bien, como comenté en el programa del PSOE, pero la pregunta del millón de dólares de cualquier programa económico es determinar si es creíble y, con la deuda pública en máximos del último siglo, si es posible. Y, como le sucede al resto de partidos, al responder a ambas preguntas empiezan los problemas.

2. El partido de Albert Rivera hace todo lo contrario de lo que critica

Ciudadanos siempre ha dicho que se sitúa en el centro aunque la mayoría de votantes les sitúan a la derecha. Desde 2014 han cambiado tantas veces de criterio que eso resta credibilidad a sus propuestas.

En 2016 pactaron con Pedro Sánchez un documento que Rivera dijo que el 80% de las propuestas eran impuestas por Ciudadanos. En aquel documento no estaba el contrato único y aceptaban tres contratos.

En 2017 hicieron un pacto de gobierno con el PP que Rivera dijo había impuesto Ciudadanos y el contrato único se quedó fuera del acuerdo.

En el programa de 2019 ya no hablan de contrato único y dicen que eliminarán la precariedad laboral y salarial haciendo a todos los trabajadores indefinidos.

Nuestra tasa de paro desde 1977 ha superado el 20% en todas las recesiones. Ciudadanos culpa al PP y al PSOE de ello, pero cuando necesitan pactar para llegar al gobierno con PP y PSOE se olvidan de su reformas. O sea, que hacen todo lo contrario de lo que critican.

 

 

▶ El contrato único reduciría la volatilidad del empleo pero no acabaría con la precariedad en España

Desde que comenzó la recuperación en 2014 uno de cada dos contratos nuevos indefinidos ha tenido una duración inferior a un año y sus salarios en muchos casos eran precarios. Eso -con un coste de despido de 33 días- si se bajará aún más, como propone Ciudadanos, la rotación aumentaría y la precariedad continuará.

El problema de precariedad en España se concentra en empresas de menos de 50 trabajadores, especialmente en las microempresas de menos de 10 empleados. Estas suponen un porcentaje del total de empresas mayor que en países con mayor renta por habitante que España, y empresas donde hay menor productividad.

▶ Copiar modelos de otros países con otras instituciones y otra cultura no suele ser una buena idea

Ciudadanos se centra en el ecosistema start up como solución, igual que el PSOE y el PP. Y, como marca la tradición académica, empiezan a citar de dónde han copiado los modelos. El problema en la economía real es, como nos enseñó el Nobel Douglas North, que copiar modelos de otros países con otras instituciones y otra cultura no suele ser una buena idea.

Todos copian el modelo de Israel. El problema es que la comunidad judía controla Wall Street y las finanzas mundiales y les gusta invertir en su país de origen.

En España expulsamos a los judíos en 1492 y en las finanzas mundiales nos llaman la cuchara: ni pinchamos ni cortamos.

Luego copian el modelo alemán, un país donde los gobiernos de los Lander controlan las cajas de ahorro que tienen fuerte participación en acciones de las principales compañías de su región.

En España nos cargamos el modelo de cajas y las que no fueron rescatadas siguen con problemas y buscando fusiones para cumplir los requisitos de capital del BCE, incluida la caja en la que Luis Garicano ha sido consejero y tuvo que traspasar activos tóxicos al banco malo para sobrevivir.

programa electoral ciudadanos 2019

 

3. Albert Rivera y Luis Garicano se adjudican méritos que no han existido

Vuelven a proponer la Red Cervera que Rivera y Garicano nos dijeron que habían conseguido poner en marcha con su acuerdo con el PP en 2017. Pero ningún investigador ni ninguna empresa ha recibido aún fondos de esa red.

Rivera y Garicano nos han dicho sistemáticamente que gracias a ellos el PP ha cumplido sus compromisos de innovación en los presupuestos. Pero en 2017 y en 2018 el 50% de los créditos aprobados en los presupuestos para I+D se quedaron sin ejecutar y en el caso de fondos para innovación en el capítulo 8 dejaron el 80% del dinero sin ejecutar.

▶ En Ciudadanos dicen que ellos no han gestionado

Pero en Andalucía llevan más de 100 días gestionando y las reformas y las nuevas ideas revolucionarias que prometieron ni están ni se las espera.

Hablan de potenciar los fondos de fondos que en Andalucía gestionaba Invercaria. En la campaña dijeron que Invercaria era un chiringuito y lo iban a cerrar y ahí sigue 100 días. Si era un chiringuito ¿por qué lo mantienen abierto y con personal?

La realidad es que el PP ha vaciado la consejería de economía de contenidos e Invercaria lo controlan ellos. Si replican el modelo de Valencia que Dios asista a los andaluces. Lo mismo sucede con Extenda, la empresa que ayuda a las pequeñas empresas a internacionalizarse. Al tener un mercado más grande pueden crecer, crear empleo y mejorar los salarios. 100 días después ya no es un chiringuito, ni la van a cerrar y lo controla el PP.

programa electoral albert rivera 2019

Foto: Efe

4. Lo más decepcionante del programa del partido naranja: ¿quién pagará sus medidas?

Si la innovación es una prioridad para el partido naranja ¿por qué han permitido en Andalucía que el PP les quite esas competencias de las consejerías que gestionan? Como le pasó a Podemos en 2015, Ciudadanos no tienen cuadros con experiencia en la gestión.

Cuando llegas a una consejería, baja el nivel de las aguas y los partidos tienen que elegir equipos, donde se ve quién va desnudo. Y Ciudadanos en Andalucía estaba en pelota picada.

La parte más decepcionante del programa es la otra pregunta del millón de dólares: ¿quién paga las medidas que proponen? Es cierto que han intentado alejarse de la demagogia fiscal de PP y Vox, que cada día compiten para ver quién promete más bajadas de impuestos.

▶ Los economistas de C’s dicen, los datos demuestran

Pero los economistas de Ciudadanos no se han cansado de repetir que gracias a ellos el PP cumplió con los objetivos de déficit público. Pero los datos dicen que eso no es cierto.

En 2016 y 2017 España debería haber aprovechado las compras del BCE, los tipos al 0%, los bajos precios del petróleo y la debilidad del euro para reducir su déficit público estructural y su deuda pública, como ha hecho por ejemplo Portugal con un gobierno de izquierdas.

En 2018 sólo la Seguridad Social tuvo el doble de déficit del previsto en los presupuestos aprobados por el PP y Ciudadanos. Y si sumamos el déficit de la administración central del Estado, la desviación sobre el déficit previsto fue superior a 12.000 mill. como ya anticiparon la Airef, el FMI y la Comisión Europea cuando analizaron los presupuestos.

Si en una empresa privada alguien aprueba un presupuesto con una desviación de 12.000 mill, que supondría la quiebra de la compañía, no habría coste de despido suficiente para evitar que le despidan. En Ciudadanos lejos de reconocer el error, dicen que son los mejores presupuestos de la democracia.

▶ En el programa repiten el mantra de Montoro de reducir el gasto superfluo

Montoro ha sido Ministro de Hacienda 15 años y nunca ha reducido el gasto superfluo. En Andalucía, después de 100 días, han anunciado un recorte de 2 mill de euros en gastos de personal que este economista observador no se cree hasta que la intervención de la Junta publique los datos en los próximos meses. 2 mill supone el 0,001% del PIB andaluz.

juan marin ciudadanos

▶ Otra medida que vuelven a repetir: eliminar el impuesto de sucesiones

En Andalucía, Juan Marín de Ciudadanos dijo que habían conseguido eliminarlo para el 99% de los andaluces y que sólo lo pagarían los millonarios.

Ahora han pactado que los millonarios no lo paguen, pero en 2018 la recaudación del impuesto estuvo próxima a 300 mill y el nuevo gobierno de la Junta dice que su medida sólo reducirá la recaudación en 40 mill.

O sea, que no han eliminado el impuesto. En el programa está el truco “eliminarán el impuesto a familiares directos”, es decir, a tus padres. Si heredas de una tía tendrás que pagar.

El complemento salarial refleja bien la falta de realidad de los programas económicos de Ciudadanos desde 2015 y cómo se han gastado buena parte de su credibilidad desde entonces.

En la primavera de ese año Ciudadanos presentaba su programa y por la mañana yo coincidía con Garicano en La Sexta. Le conocí en 2008 en la Fundación del Pino y se presentó como un Chicago Boy y un defensor del libre mercado, o sea un liberal en España o un libertario en EEUU.

En 2015 en la Sexta se presentó con un socialdemócrata liberal.

Ahora han renunciado a la socialdemocracia y dicen que son liberales.

 

programa electoral ciudadanos

Autor foto: CARLOS PINA (El Huffington Post)

El complemento salarial es el impuesto negativo sobre la renta de Milton Friedman. Pedro Sánchez también lo incluyó en su programa para las primarias de 2017 en el que criticaba el ultraliberalismo. Fijas un nivel de renta  íntimo y le compensas con una renta suplementaria a todos los contribuyentes que están por debajo de ese umbral. La medida reduce la desigualdad, aunque genera incentivos perversos de fraude y es muy cara.

Le pregunté a Garicano en directo cuánto costaba esa medida. No quería responder y a la tercera vez que le pregunté me dijo que 10.000 mill.

En ese momento la deuda pública era del 100% del PIB y el déficit público del 6% del PIB y Ciudadanos proponía en un sola medida un aumento del déficit del 1% del PIB.  

Advertí a Luís que España no podía permitirse el lujo de gastarse el 1% del PIB teniendo entonces 5,5 mill de parados, la mayor parte de larga duración, donde se concentraba la pobreza severa y que al no tener trabajo se quedaban fuera de la medida propuesta por Ciudadanos.

Luego dijeron que el coste de la medida sería unos 13.000 mill. Luego aumentaron el mínimo para recibir la prestación y bajaron de nuevo el coste de la misma. En el excel de Ciudadanos más personas recibiendo la prestación tendría un impacto menor en el déficit público.

Luego anunciaron en su pacto con el PP en 2017 que habían conseguido la medida y la estimaron en 500 mill.

En 2019 en España nadie ha recibido aún ni un euro de esa medida.

5. La incertidumbre con Ciudadanos está garantizada en estas próximas elecciones generales

En definitiva, cuatro años después de su irrupción en la política nacional es muy difícil para los votantes saber qué pasará con su voto si meten la papeleta naranja en la urna.

¿Pactará con el PSOE como en 2016 o en Andalucía? Tras gobernar tres años en Andalucía con el partido de Pedro Sánchez, y habiendo pactado tres presupuestos, Ciudadanos pactó con el PP y con el apoyo de la extrema derecha de Vox.

¿Pactarán con el PP como en 2017? ¿O dejarán al PP tirado como hicieron con Rajoy el pasado año rompiendo el pacto de gobierno pocos horas después de haber votado a favor de los presupuestos y precipitando la moción de censura?

Paradojas de la vida, un partido que nació con la intención de favorecer la estabilidad de los gobiernos en Madrid para que no fueran dependientes de los nacionalistas y reformista, Ciudadanos se ha convertido en un foco de inestabilidad institucional y ha ido diluyendo sus propuestas reformistas.

 

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