viernes, 3 de abril de 2020

¿Se puede ser optimista sobre los efectos del confinamiento sobre el sistema de salud?

Juan Prieto-Rodríguez, Universidad de Oviedo
Rafael Salas, Universidad Complutense de Madrid e ICAE

Antes de nada, queremos dejar muy claro que no somos especialistas en medicina ni epidemiólogos y que el motivo principal de esta entrada es la invitación que hemos recibido a raíz de unos gráficos y un análisis muy básico de los datos diarios en España de esta crisis que llegaron al conocimiento de los editores de NeG. No pretendemos, en consecuencia, ser prescriptores pero nuestra curiosidad nos ha llevado a tratar de entender qué está pasando mediante el análisis de los datos oficiales publicados y creemos que sólo el análisis científico y libre de prejuicios de todo tipo puede ayudarnos a salir de esta crisis sanitaria.

Parece claro que hasta que se desarrolle un tratamiento retroviral efectivo o, mejor aún, una vacuna eficaz, una gran parte de la humanidad afrontará la crisis del covid-19 a sujeta distintos grados de confinamiento. Sin embargo, hay que tener claro que el confinamiento sirve, principalmente, para evitar o mitigar el colapso del sistema sanitario en la primera fase de la pandemia y, con ello, minimizar en lo posible el número de defunciones. Pero tarde o temprano tendremos que salir de nuestras casas y recuperar la vida económica y social que estamos dejando en suspenso y, en ese momento, podríamos volver a revivir una situación como la actual si no se hacen las cosas de manera inteligente. Sin embargo, si los ensayos clínicos que se están llevando a cabo llegan a resultados positivos, como el de PharmaMar del que tuvimos noticia ayer, sería posible que no se requirieran nuevas políticas de confinamiento y, poco a poco, aunque de manera selectiva, retorne la normalidad.

Con esto en mente, queremos analizar los datos españoles para comprobar si las tres semanas de confinamiento que se cumplen hoy han tenido resultados positivos sobre la presión soportada por el sistema de salud, más allá de lo abrumadoramente altas que resultan las cifras absolutas de infectados, hospitalizados y muertos.

A partir de los datos de infectados, altas y defunciones, hemos calculado las tasas de variación diaria de los casos activos (definidos como el número de infectados menos las altas y defunciones).[1] Cuando esta tasa se vuelva negativa, la presión sobre el sistema de salud empezará a decaer y podremos decir que el confinamiento ha conseguido uno de sus objetivos básicos.

La Figura 1 presenta la evolución en los últimos días de la tasa de variación de casos activos en España, en Italia y en la Comunidad de Madrid, que es el principal foco de la enfermedad en nuestro país. Puede comprobarse que la tendencia decreciente parece robusta[2], a pesar de los vértices que presentan las series, muchos de los cuales se deben al sistema de notificación. Asimismo, utilizando este indicador, la situación en España parece converger con Italia. De ser así, es posible que a partir de la semana que viene los casos activos en la Comunidad de Madrid empiecen a reducirse y que, poco después, ocurra lo mismo en el total nacional, ya que algunas comunidades autónomas están en una fase anterior de la epidemia.

Figura 1. Tasas de variación de los casos activos del 6 de marzo al 2 de abril

Para profundizar en este gráfico, la Tabla 1 presenta estas mismas tasas de cambio, para los últimos 10 días, calculadas para las distintas comunidades autónomas.

Tabla 1: Tasas de variación de casos totales y casos activos por CCAA e Italia

Nota: La fecha se corresponde con el día en que se produce el hecho, es decir, el previo a la notificación por parte del Ministerio de Sanidad, consumo y Bienestar Social. Las CCAA se denotan por su código ISO.

Resulta llamativo el comportamiento negativo de Castilla-La Mancha. Por el contrario, Islas Baleares encadena tres días consecutivos en los que los casos activos están cayendo. Evoluciones favorables por encima de la media también se observan en la Comunidad de Madrid, la Rioja o la Comunidad Valenciana.

Indicios alternativos de la menor presión sobre el sistema son la evolución de los casos que han precisado hospitalización y UCI en los últimos días y que se presentan en las Figuras 2 y 3.

Figura 2. Tasas de variación de los casos que han requerido hospitalización del 22 de marzo al 2 de abril

Figura 3. Tasas de variación de los casos que han precisado UCI del 22 de marzo al 2 de abril

Puede verse que las dos series de estos dos últimos gráficos siguen también una tendencia decreciente que ha llevado en los últimos días a las primeras caídas en las tasas de hospitalización y uso de UCIs en la Comunidad de Madrid. Aunque la situación no es buena, y aun se utilizan recursos puesto en marcha con carácter de urgencia, parece que la situación podría empezar a mejorar poco a poco. Asimismo, esta menor presión sobre el sistema deberá tener efectos beneficiosos en las actuales tasas de fallecimientos que muestran también una tasa decreciente. En este sentido, el último informe MoMo sobre Vigilancia de los Excesos de Mortalidad por todas las Causas establece que el pico estadísticamente significativo de mortalidad en la Comunidad de Madrid, achacable al brote de covid-19, tuvo lugar entre el 10 y el 28 de marzo, pero ya ha desaparecido.

Todos estos resultados no implican que el confinamiento vaya a solucionar nuestros problemas. Dados los datos de paro publicados ayer, es evidente que hay un trade-off muy difícil de resolver y más de evaluar a priori entre el daño económico que provoca el confinamiento y los efectos positivos sobre la incidencia de la epidemia de covid-19. En cualquier caso, cuanto antes se encuentre un tratamiento o una vacuna para esta enfermedad antes podremos volver a nuestras vidas. Mientras no sea así, la relajación de las medidas de distanciamiento social podría reducir el impacto negativo sobre la economía, pero a un coste en vidas humanas difícil de evaluar.

De ser ciertos los datos sobre el posible número de infectados en España presentados en el informe del Imperial College, éstos serían un arma de doble filo. Por un lado, nos acercarían al umbral de la inmunidad de grupo, pero, por otro, podríamos tener un número tan grande de contagiados que cualquier cambio en la política de confinamiento debería establecerse controlando de manera rigurosa, mediante las correspondientes pruebas médicas, quien está libre de la infección y puede reincorporarse a la vida económica y social.

Para concluir, creemos que es imprescindible para vencer esta epidemia tener un mejor conocimiento de cómo ha avanzado esta epidemia en nuestro país. Este problema es especialmente grave en el caso del covid-19 por la gran proporción de contagiados asintomáticos que pueden, sin embargo, favorecer nuevos contagios. Una primera aproximación sobre el nivel de la infección en nuestro país podría conseguirse haciendo pruebas de diagnóstico sobre anticuerpos a una muestra aleatoria de la población.


[1] Somos conscientes que el número de casos en las estadísticas oficiales están infravalorados ya que recogen únicamente los casos registrados. Aun así, para medir la presión sobre el sistema, los casos registrados y sus cambios son los más relevantes.

[2] De hecho, la utilización de distintos métodos de suavizado de la correspondiente serie temporal parecen corroborar este hecho, pasando en los últimos días de tasas de crecimiento diarias entorno al 40 por ciento a tasas alrededor del 2 para Madrid y del 4 por ciento para el total de España.



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