miércoles, 14 de agosto de 2019

Los templarios, las criptomonedas y el sistema financiero internacional

Los Caballeros de la Orden del Temple, además de monjes guerreros que protegían a los peregrinos cristianos que llegaban a Jerusalén, fueron los precursores del sistema bancario moderno. Su servicio se basaba en la posibilidad de depositar oro, por ejemplo, en Londres, y, gracias a una carta de crédito, retirarlo en Jerusalén. Este sistema se basaba en una premisa fundamental: la confianza. La Orden del Temple garantizaba que el dinero iba a ser devuelto al depositante. Las monedas y billetes fiduciarios funcionan de una manera similar. El dinero mercancía basa su valor en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro metal noble o valores. El dinero fiduciario tiene valor debido a su declaración como dinero por el estado, y también en el crédito y la confianza (la fe en su futura aceptación) que inspira. Es decir, se basa en la confianza. En el año 2009 se creó la criptomoneda bitcoin. A través de un proceso informático complejo, se crea una moneda con tecnología de blockchain, que permite que los pagos sean directos sin necesidad de instituciones financieras o bancos y que no necesita de la supervisión de los bancos centrales o de los estados. Estas criptomonedas también basan su valor en la confianza. ¿Hasta qué punto serán aceptadas para la compra y venta de productos y servicios? En otras palabras, ¿qué me podré comprar con una criptomoneda? La primera transacción reconocida y que estableció el primer valor para el Bitcoin fue la compra de dos pizzas en Papa John´s. Se pagaron 10.000 bitcoins por esas dos pizzas que en dinero fiduciario tenían un precio de 30$. Actualmente hay distintos establecimientos que aceptan el pago en bitcoins. Por ejemplo, empresas de viajes, ocio y tiempo libre, como Expedia, Destinia, empresas de videojuegos, tiendas digitales, tiendas de informática […]

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